Esta semana se generó un debate intenso sobre la libertad y la responsabilidad de los mensajes que se emiten en el Internet y las redes sociales.
El presidente Ricardo Martinelli expresó una idea válida; ¿si se requiere una licencia para manejar, porqué no tener una para navegar? Con esto buscó otorgar responsabilidad a las personas que emiten comentarios en la web, y propuso además, identificar el IP de donde sale la información y que la misma tenga caducidad.
Al respecto algunas observaciones:
La información en Internet no caduca por varias razones; por que hay organizaciones como los archivos de Internet que recorren la web para rescatar la información que se publica y la guardan. Es como un a prueba del desarrollo de la información.
Además, Google guarda una copia temporal de todo lo que encuentra y aunque el emisor ponga una fecha de caducidad Google guarda esta información. Por tanto si hay una copia de lo que tiene caducidad, basta con que alguien pueda publicarla nuevamente.
Sobre el IP.
El dueño de cualquier servidor tiene una bitácora de donde sale la información que el dueño puede tener, no obstante, todas las cosas que emanan de una red compartida proceden del mismo IP, lo que obliga al administrador a identificar cual de sus usuarios emitió “x” información. Es decir, si se emite un mensaje obsceno utilizando “Internet para todos” directamente no podrán identificar de que computador proviene. Una serie de elementos lo corroborarán después de una extenuante investigación que incluya hora, numero de serie del computador (fabricante), lugar etc.
Los expertos en informática saben camuflagear su IP para evitar ser identificados. Pagan un servicio como si fuera que estuviera en otro país y en ese sentido logran tener acceso a otras páginas o emitir mensajes sin que se vincule el lugar físico donde se encuentra la computadora. No hay certeza en este asunto porque la misma tecnología permite esta alternativa.
Ahora bien, la responsabilidad no debe confundirse con el “control” o la censura, pues si lo que deseamos es desactivar el anonimato, flaco favor le hacemos a la libertad. Además identificar los IPs para saber quién escribe qué para actuar políticamente tiramos por la borda el mensaje principal; el respeto.
Los anónimos no tienen el mismo valor a diferencia de quien firma con nombre propio y con ello se adquiere credibilidad.
La licencia para navegar es válida, pero no se debe coartar la libertad de expresión o el derecho a la información. En cambio, puede percibirse de que lo que se busca es realmente controlarlo.
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