¿Detendrá el control de uso de armas las masacres en EU?

Los pedidos de armas en el país norteño se dispararon ante la intención del presidente Barak Obama de imponer un control al uso de armas después de la tragedia de Newtown Connecticut donde 27 personas murieron después de que Adam Lanza disparó a su madre y después mató a 6 maestras y 20 niños en una escuela del pueblo. Por primera vez en muchas décadas esta tragedia propició el debate sobre la portación y uso de armas, liderado principalmente por congresistas que antes ya se habían pronunciado en el tema, y buscaban tan solo un pretexto para alzar la voz de transformación.

El incidente ocurrido en el teatro Aurora en Colorado, descrito como uno de los mas horribles casos de asesinato masivo en la historia de Estados Unidos donde James Holmes disparó a 12 personas e hirió a otras 58 que asistían al estreno de la película Batman. El homicida tenía un arma M16 semiautomática, otra pistola de mano calibre 40, además las transferencias efectuadas por Internet revelaron que Holmes adquirió mas de 6 mil municiones.

La población no se había recuperado de esta noticia cuando pasaron 16 días y un hombre entró a un centro religioso musulmán y mató a seis trabajadores e hirió a otras tres personas. Una de las víctimas heridas en este hecho era un oficial de policía que supuestamente fue herido mientras brindaba ayuda con primeros auxilios a una de las víctimas. Como en la mayoría de este tipo de crímenes el homicida se quitó la vida, en este caso se trataba de un neo Nazi.

Esta falta de control del uso de armas que pasan de mano en mano hasta que en su gran mayoría paran en los carteles de la droga potencializando el riesgo de su uso. La senadora Diane Fainsten (D) conocida por haber introducido la ley que prohibió el uso de fusiles de asalto, ha dicho que “esto tiene que parar” y se dispuso a presentar una propuesta en el pleno para volver a prohibir en forma definitiva ese tipo de armamento de uso militar, o al menos controlarlo.

Newtown no es el primer escándalo o tragedia que involucra armas y muertes en los Estados Unidos, en junio 2012 la casa de representantes citó al Fiscal General Eric Holder por la falta de presentación de documentos adicionales con respecto a la operación Rápido y Furioso. La operación mas bochornosa de las agencias de inteligencia norteamericanas, en este caso la oficina para el Control de Alcohol, Tabaco y Armas ATF permitió el paso de 1,794 armas a México en el transcurso de un año, según la oficina, la idea era lograr una trazabilidad de las armas para detectar a los grandes capos de la droga mexicana, en cambio, ninguna de estas armas logró parar en dichas manos, peor aún, dos agentes norteamericanos perdieron la vida por disparos que provenían de estas armas.

En septiembre del 2012 miembros del comité de reformas de gobierno del senado obtuvieron una audiencia con la oficina del Inspector General OIG por sus siglas en inglés, del cual se realizó un reporte titulado “ A review of ATF´s Operation Fast and Furious and Related Matters”, el cual responsabiliza altos rangos de supervisores y oficiales así como los “headquarters” de la oficina de Phoenix de las estrategias fuera de control, errores en discernimiento y manejos fallidos en la operación Rápido y Furioso.

En Estados Unidos 88 de cada 100 civiles portan un arma. Según la ONUCD en este país hay 270 millones de armas en manos de ciudadanos comunes y corrientes. Además del total de los homicidios cometidos en este país el 67,5% se hizo con estas armas.

Con estas estadísticas, y lo que parece un yunque en la espalda el congreso estadounidense publicó un reporte de la autoría de William Krouse, especialista en seguridad doméstica y políticas criminales en el que se abre la discusión para legislar sobre algunos puntos esenciales en esta materia.

Se pretende verificar los antecedentes del solicitante con las listas de vigilancia de terroristas, echar mano a la lucha contra el tráfico de armas, una reforma a la regulación de los vendedores de armas con licencia federal, verificación de antecedentes para las transferencias de armas de fuego privadas en ferias de armas y regular mas estrictamente el uso de armas de asalto semiautomáticas y rifles que utilizan los francotiradores.

A lo largo de los años las iniciativas legislativas se han preguntado que restricciones en armas son permitidas en la constitución. Y además se preguntan si los homicidios, robos o delitos relacionados a las armas disminuirán después de aplicar medidas restrictivas.

Al parecer esta propuesta, añadida a otras recomendaciones de miembros del senado y psiquiatras especialistas en temas postraumáticos surtieron efecto. El presidente Barak Obama, presentó este miércoles (17 de enero) al Congreso del país un proyecto de ley que prohíbe la venta al ciudadano común de los fusiles de asalto y los cargadores de gran capacidad.

El proyecto podría una decena de disposiciones que no requerirían de una votación del Senado, mas bien, se efectuarían bajo una acción ejecutiva. A pesar de que de esta forma tendrían un alcance limitado y en otros casos implicaría solo la aplicación de leyes actuales.

En tanto, la Asociación Nacional de Rifle, NRA, pone a prueba todas sus herramientas para impedir la medida de Obama ante el Congreso. Después de la tragedia Newtown, la NRA salió con la brillante idea de armar a los profesores de las escuelas en caso de que se presente un caso similar al ocurrido en aquel pueblo donde las estadísticas por homicidio tan solo registraban uno en años.

Si bien las estadísticas no ayudan a establecer un vínculo directo entre la violencia y las armas, lo que es claro es la cantidad de armas que producen los Estados Unidos, así como la cantidad de portantes. De acuerdo a la ATF, a finales de 1996 habían disponibles para la venta 242 millones de armas o estaban en manos de civiles.