Se trata de una farmaceuta experimentada en esta labor. A pesar de su pericia, algo pasó que le impidió controlar la dosis de heparina
Se trata de una farmaceuta experimentada en esta labor. A pesar de su pericia, algo pasó que le impidió controlar la dosis de heparina
Un año ha tardado el Ministerio Público para a llegar al fondo de lo que ocurrió aquel 11 de junio de 2013 en la Sala de Neonatología de la Caja de Seguro Social.
Era un martes, durante el turno de la noche, cuando los bebés empezaron a descompensarse, después de que se le administró, a 13 de los 25 recién nacidos, una nutrición parenteral que contenía altas dosis de heparina con alcohol bencílico. Como consecuencia, nueve bebés se intoxicaron y fallecieron. Otros tres luchan por vencer las secuelas del veneno.
-¿Quiénes están encargadas de la preparación de la nutrición parenteral?, preguntó la fiscal Elena Cossú, de la Unidad de Homicidios del Ministerio Público, a la licenciada en farmacia Yasmín Núñez.
-Las farmacéuticas que están capacitadas para ello son Elizabeth Herrera, Carmel Cal de González, Melia (Mabis) Mock y Lina Cedeño, respondió la licenciada, que recientemente había sido promovida a la Subjefatura de consulta externa de medicamento.
En otro de los 33 tomos que componen hasta ahora la pesquisa fiscal, se aprecia un tono más específico en el interrogatorio realizado a otra de las farmacéuticas:
-Diga ¿quién preparó las nutriciones parenterales el día 11 de junio en el área de soporte nutricional?
-La licenciada Mabis Mock.
En esta ocasión, las preguntas las dirigió la fiscal a la farmacéutica Alma Luz Rivera, otra de las funcionarias que labora en la sección de soporte nutricional.
La fiscalía tiene certeza de una cosa: que los bebés se intoxicaron con alcohol bencílico. Que éste es un preservante de la heparina, y que las alertas internacionales habían relacionado la muerte de neonatos con esta sustancia, razón por la que existe una advertencia internacional sobre su uso en bebés recién nacidos.
LO INDESCIFRABLE
Lo que hasta el momento la fiscalía no ha logrado acertar es cómo altas dosis de este medicamento llegaron a la bolsa nutricional si la persona encargada de esta función estaba capacitada para esta labor. Más aún, tenía años de hacerlo.
Mock no devolvió las llamadas que efectuó La Estrella de Panamá , pero se trata de una de las funcionarias más antiguas y experimentadas de la institución. Cuenta con un registro de idoneidad profesional como farmaceuta que le otorgó el Consejo Técnico de Salud, emitido por el Ministerio de Salud, que data de finales de la década de los ochenta.
El quehacer de las farmacéuticas consiste, entre otras cosas, en extraer todo lo relacionado a la administración de los medicamentos, es decir, verificar las dosis iniciales, las dosis omitidas, o sus ajustes, y las fechas de inicio y finalización de un medicamento. La preparación y verificación de la NTP también es tarea del farmacéutico.
Cuando la CSS trataba de ofrecer una explicación a la prensa sobre lo ocurrido, el doctor Néstor Sosa, vocero de la comisión interinstitucional que investigó las defunciones de los neonatos, describía así a la funcionaria: ‘la persona que preparó la nutrición parenteral tiene años de hacerlo, siempre lo hace’, decía entonces Sosa, al tiempo que reconocía el uso de heparina sódica en el Complejo, a pesar de las alertas internacionales contra el alcohol bencílico como excipiente de medicamentos en niños prematuros.
LAS DOSIS VS. EL HALLAZGO
Sin embargo, los análisis forenses efectuados a las muestras de tejidos, orina y restos de la nutrición parenteral (NTP) reflejaron concentraciones de alcohol bencílico mayores a las esperadas.
Por ejemplo, en las muestras de orina de dos bebés que fallecieron —de la hija de Yilany Bernardo y la de Lurisbeth Sánchez— la condensación de bencílico era de 0.065mg/ml y 0.072mg/ml, respectivamente. Mientras que la cantidad que acostumbraba a tener la NTP debe oscilar, según la versión de las farmacéutas, entre 0.01 cc o 0.02 cc, ni siquiera la mitad de una gota.
Por la inmadurez de su metabolismo, en general, los prematuros tienen dificultades para metabolizar muchos medicamentos, entre ellos el alcohol bencílico. De hecho, existen registros que indican que 8 días después de la intoxicación, todavía se encontró la sustancia en los bebés que se libraron de la muerte.
HIPÓTESIS DESCARTADAS
Los reportes de la comisión interinstitucional que ayudó con la investigación de las defunciones de los neonatos tampoco detectó una rata de infusión más rápida de lo esperado en la administración de la NTP. De haber sido así, el contenido de la bolsa no hubiese durado hasta el día siguiente, como en efecto ocurrió. El día 12, los médicos ordenaron suspender la NTP iniciada el día 11 de junio.
- ¿Es posible que la bomba de llenado donde se prepara la solución parental haya aumentado la cantidad de heparina vertida el día 11 de junio?, preguntó la fiscal Cossú a la farmacéutica Núñez, quien labora desde hace 14 años en la CSS.
-No. No es posible, porque se aplica manualmente. Se hace la medición de la heparina por cada orden de nutrición parenteral, respondió la licenciada Núñez.
La farmacéutica se tomó la tarea de hacer el ejercicio de calcular cuánto se tendría que haber inyectado en la NTP de heparina para haber alcanzado el porcentaje que tenían las bolsas, y concluyó que por lo menos tuvo que haber sido una jeringuilla completa y otra por la mitad para haber alcanzado ese porcentaje de alcohol bencílico. Por tanto, ese aumento manual de heparina tendría que haberse dado en cada una de las bolsas.
Núñez explicó también que la heparina se inyecta pura a la bolsa de NTP, y en ese volumen van contenidas las unidades del medicamento que son indicadas en cada prescripción. Sabiendo que cada mililitro de heparina tiene cinco mil unidades, se calcula el volumen a la cantidad de unidades indicadas en la prescripción. Todo, basado en el peso del bebé.
Como dato adicional, al momento en que ocurrió la intoxicación, todas las heparinas estaban vigentes. Sin embargo las farmaceutas afirman que no en todos los viales (frascos) de heparina se notificaba que contenían bencílico. Esta advertencia aparece más bien en el inserto del medicamento.
Su presentación es en cajita individual, y en ocasiones el despachador del depósito retira el inserto de la cajeta ‘para no perder tiempo en las salas’, según declaró Carmen Rodríguez, otra de las farmeceutas que rindió declaración y reconoció que se enteró, después de 33 años de servicio, que la heparina sódica contenía alcohol bencílico.
RESUMEN DE LOS HECHOS
El 11 de junio de 2013, en la Sala de Neonatología eran las 3 de la tarde y aún no habían arribado las bolsas con la nutrición parenteral.
Lo usual es que se reciban a la una de la tarde. Pero ese día algo pasó en Farmacia, donde se mezclan los componentes, que empezada la tarde no habían llegado.
Cuando llegaron las bolsas las enfermeras iniciaron su administración.
Pero en el turno de la noche, los pacientes empezaron a descompensarse. El ambiente empezó a complicarse; los pacientes requerían ventilación mecánica, se pusieron graves. Como denominador común presentaron hemorragias y el síndrome de Gasping, asociado a los efectos del bencílico en neonatos.
Los médicos, y el personal de la sala sospechaban que podía tratarse de un cuadro infeccioso, pero todavía nadie se atrevía a relacionar el hecho con las nutriciones parenterales.
Una vez se ordenó retirar las bolsas, se logró controlar la situación en la sala.
Los doctores recogieron las heparinas y las regresaron a farmacia. Ese día se eliminó la solución heparinizada de la sala. A pesar de los intensos esfuerzos médicos, murieron 9 recién nacidos, y otros tres resultaron afectados.
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