En marzo de 2012 la Superintendencia de Mercado de Valores (SMV) detectó una serie de irregularidades que provocarían la intervención de la casa de valores Financial Pacific.
Pero los hechos que rodearon la investigación de un supuesto fraude en la casa de valores, actuaron en detrimento del regente en la materia.
Financial Pacific es, sin duda, el caso de corrupción más serio que ha enfrentado la Superintendencia.
Fuentes de la institución abundan en que las anomalías no solo se vivieron en la casa de valores, sino también dentro de la SMV.
Una de las fuentes relacionadas a la investigación explica que a pesar de que se habían detectado más de una docena de irregularidades en Financial Pacific, notaron una lentitud inusual de sus superiores para dar la orden de intervenir la casa de valores. En comparación con otros casos en los que con menos anomalías la SMV actuaba, esta situación, llamó la atención de algunos funcionarios.
Añade la fuente que dentro de la SMV era un secreto a voces que desde enero de 2014, habían detectado un comportamiento inusual en uno de sus colaboradores. Por ejemplo, conversaba con frecuencia con un alto directivo de Financial Pacific. Sin embargo, el Superintendente no lo destituyó. En vez, le solicitó la renuncia seis meses después. “Se comprobó que dejaba de hacer cosas desde enero del 2014, ¿por qué no lo botaron antes?”, se pregunta esta persona. Agrega que el día que destituyeron a Fábrega éste tuvo acceso a su correo electrónico. Otra situación inusual si lo que buscaba la institución era recabar pruebas en su contra. Eso todo mundo lo vio” manifiesta.
Según la fuente, el informe que guarda las conclusiones de la intervención de la casa de valores calcula que el hueco financiero de Financial Pacific dobla los doce millones. No obstante, los primeros meses del 2013 la SMV permitió la venta de la casa de valores. Para ello, los exdirectivos West Valdés e Iván Clare -a quienes la SMV canceló la licencia definitivamente- abrieron una cuenta nueva en enero de 2013 en Banco Universal con la que supuestamente tapaban el faltante de $12.2 millones.
Se conoce que estos fondos, los $12.2 millones, provinieron de tres cuentas corporativas (dos cuentas del Banco Universal y una de Multibank), aunque los dueños permanecen ocultos. En cambio, Clare y West aseguraron que vendieron e hipotecaron todos sus bienes para colectar el dinero de la deuda. En su momento Juan Manuel Martans, actual Superintendente, indicó a este diario que al cuestionar a la banca sobre el origen de los fondos, éstos se limitaron a decir que la ley no facultaba a la SMV para indagar, pero que los dineros eran lícitos.
Mientras la SMV debía efectuar una investigación autónoma e independiente para esclarecer la situación, en la propia institución se registraron hechos delicados: uno de sus funcionarios, el Director de la Dirección de Supervisión -según querella SMV vs Ignacio Fábrega- enviaba información secreta a Financial Pacific sobre las futuras acciones que tomaría la entidad contra la casa de valores.
Otro hecho relevante, fue el atentado que sufrió Gustavo Gordón, funcionario de la SMV que investigaba a Financial Pacific. Gordón fue apuñalado en junio de 2014 cuando caminaba rumbo al edificio donde esta ubicada la empresa.
Hasta el momento las autoridades no han logrado identificar al atacante o conocer el móvil del crimen.
La base de datos de la SMV también fue blanco de los criminales. Una serie de incidencias en los servidores alojados en la nube gubernamental de la Autoridad Nacional para la Innovación Gubernamental al parecer afectaron la información que ahí guardaba la SMV.
Lo que ha sido un enigma desde noviembre de 2012 es la desaparición del sub director de la Dirección de Supervisión, Vernon Ramos, del que no se le conoce rastro hace más de dos años.
Ramos también se adentró en las pesquisas de la casa de valores. Hasta la fecha no se sabe si él mismo planificó su fuga o desapareció contra su voluntad.
A mediados del 2012 los entonces directivos de Financial Pacific West Valdés e Iván Clare denunciaron un desfalco de $12 millones y culparon del faltante a una de sus colaboradoras, Mayte Pellegrini.
El caso no se limitó a un fraude como sus directivos lo expusieron a las autoridades a mediados de 2012. Las investigaciones judiciales y las efectuadas por La Estrella de Panamá desvelaron un caso más complejo que expone la telaraña del poder tras la casa de valores.
Una de las primeras alertas de que se trataba de un asunto más complicado surgió de la boca de Mayte Pellegrini, cuando denunció presiones por parte del exprocurador José Ayú Prado, hoy presidente de la Corte Suprema de Justicia, para que se retractara de una primera declaración en la que vinculó al exmandatario Ricardo Martinelli con una de las cuentas de la casa de valores supuestamente utilizada para la compra y venta de acciones de minera Petaquilla con uso de información privilegiada.
Desde aquel instante para muchos dejó de ser una sospecha que los hilos del poder político y judicial impedían una investigación prístina sobre las irregularidades ocurridas en la empresa.
Hoy, varios directivos de Financial Pacfic enfrentan querella por posibles delitos de blanqueo de capitales, delitos financieros, delincuencia organizada, quiebra y contra la seguridad informática.
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