La VII Cumbre de las Américas culminará sin la clásica Declaración de Panamá o “Mandato para la acción” que se habían comprometido a firmar los 35 países participantes, debido a la inclusión de “última hora” que intentó incluir Venezuela en la redacción.
La propuesta venezolana buscaba incluir un párrafo en el que los países reconocían la imposición de medidas unilaterales, regulaciones con impacto extraterritorial y otras medidas coercitivas contrarias al principio de cooperación solidaria entre los Estados.
El país Bolivariano insertó en el escrito, sin éxito, el rechazo al Decreto Ejecutivo del 9 de marzo de 2015 en contra de Venezuela emitido por el norte en el que declara una emergencia nacional que representa el gobierno venezolano para la seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos.
El decreto ejecutivo firmado por el presidente Barack Obama condena la persecución de opositores políticos, la restricción de libertades de prensa, el uso de violencia y las violaciones y abusos de derechos humanos en respuesta a manifestaciones antigubernamentales, entre otros puntos.
El espinoso tercer párrafo, en esta materia, que buscaba dejar por sentada la posición venezolana, rompió el compás armónico que habían alcanzado las delegaciones técnicas en un 95% antes de la celebración de la cumbre.
A pesar de que a último momento Obama se retractó en el sentido de que Venezuela representa una amenaza para los Estados Unidos, sus acciones no lograron satisfacer la posición de Maduro, quien insistió en la inclusión de estas líneas en la declaración que finalmente retiraron los países para su firma.
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