La droga que viaja por mar y recala en puerto panameño

Las autoridades han detectado 4 grupos organizados que operan en los 6 puertos del país. La droga se envía en contenedores sin importar el tipo de mercancía, lo principal es el destino

En 2015 más de 6.8 millones de contenedores pasaron por los seis puertos panameños, Solo el 1% de la carga fue revisada. En Panamá Ports, el parque de contenedores ubicado en el Pacífico más grande de Latinoamérica, en donde se mueven 4.9 millones de Teus (2015), las enormes grúas escarban entre un universo de contenedores para escoger al azar los que serán revisados. En esa estadística se mueve el crimen.

Este hub de trasbordo hacia todas partes, también es aprovechado por las organizaciones delictivas internacionales para mover su mercancía.

El narcotráfico no discrimina qué tipo de carga lleva la caja de metal de 20 o 0 pies. Envían la droga en cualquier contenedor, lo principal es el destino del mismo. Las rutas más comunes son Europa y Estados Unidos donde el polvo blanco adquiere un valor hasta doce veces más alto que en Panamá donde se cotiza un kilo de cocaína en 5 mil dólares.

El trabajador de una naviera que inspecciona los contenedores en el puerto del Pacífico revisa que la mercancía declarada que proviene de la India con destino a Chile, sea genuina. Un operativo de Aduanas por posible falsificación está en pleno auge. A diario se realizan de 5 a 6 inspecciones en este puerto, dependiendo de la mercancía. El piso del andén esta tapizado de cajas con prendas de ropa.

El joven, en sus treintas, trabaja para una de las navieras más conocidas en el mundo, pide que por favor se evite su nombre y el de la naviera para no entrar en “conflictos”.

Lo más importante que tiene el empleado entre las manos es el sello que blinda el contenedor de una posible contaminación. “Lo cuido como oro. Cualquiera puede sacar la carga y le ponen el sello y luego me echan la culpa si lo pierdo. Debo hacer un reporte con fotos y la descripción de todo lo que tengo o se encontró”, explica el joven bilingüe.

Las urgencias ocurren cuando los contenedores son sospechosos de droga. Eso siempre ocurre de noche. El cargamento más voluminoso que ha visto este empleado consistía en cincuenta o sesenta kilos que venían en maletas dentro de un contenedor de leche en polvo. Fue hace dos semanas atrás a la fecha en que me habla. En aquella ocasión la droga tenía como destino Honduras, procedente de Sudamérica, pero hizo una escala en Panamá como lo hace el 90% de los contenedores que utilizan el servicio portuario del istmo.

“Cuando hay droga, describe el joven de la naviera, se hace el reporte y se escribe; en el contenedor tal, con el sello tal, se encontraron sustancias ilícitas denominadas tal y luego de eso, digo que se sacó la droga y procedemos a sellar la unidad”, explica.

Con tanta seguridad que vimos en el puerto -al entrar o salir- le pregunto al joven cuál es la logística que utilizan los carteles para enviar la droga en los contenedores sin ser detectada.

Tan solo para ingresar hemos sido objeto de varios controles, uno a la entrada en la garita de seguridad, el segundo al ingresar al área del anden en el que atravesamos puertas giratorias que conducían a un aparato de rayos “x” similares a los que se utiliza en el aeropuerto.

La logística es la siguiente; explica el empleado, “en ciertos puertos llega alguien y le dice al foreman, o a su contacto dentro del puerto, que ubique un contenedor con destino a “x” país. Le pide que lo ponga en un lugar discreto dentro del inmenso parque de contenedores. Eso da pie para que el personal en complicidad introduzca la droga, lo contamina y da luz verde al foreman indicando que está lista la carga. Entonces el personal manda a recoger el contenedor para que lo pongan en el patio y de ahí el barco que venga se lo lleva al destino. Una vez que llega a su destino hay otro contacto que hace lo mismo, sacan la carga y sellan el contenedor. Es difícil de controlar por el dinero involucrado y la cantidad de gente que participa. Quienes participan son personas infiltradas del crimen organizado que trabajan en el puerto, como si fueran espías. Observan la operación y de ahí se ingenian la manera”. Es una forma de evitar levantar sospecha. “El problema es que los delincuentes sobornan a los guardias para que dejen pasar el carro al puerto. Normalmente cuando un carro entra al puerto es difícil que se pregunten qué hace ahí, pues ya pasó los rigores de seguridad”, añade el trabajador de la naviera.

¿CÓMO PASA LA DROGA?
Nadie sabe la cantidad de droga que se transporta por esta vía. “Es una cifra negra, porque con base en el porcentaje de contenedores que son escaneados y revisados físicamente a nivel mundial no es posible determinar una cifra precisa”, exclama Amado Phillip de Andrés, representante de la Oficina Contra el Delito y Crimen Organizado de las Naciones Unidas.

Los narcos no se toman el trabajo de esconder la droga entre la carga. “La forma es burda, no es que la esconden o disimulan. La ponen en maletas al fondo del contenedor y lo cierran. Cuando se ve por el escaner, uno cuenta las cajas y las maletas sobresalen por su diferencia con el resto de la carga del contenedor”, precisa Irving Muñoz, encargado de la seguridad de Panamá Ports.

Las autoridades que laboran en el puerto han detectado hasta cuatro grupos organizados que trabajan en los seis puertos internacionales que manejan contenedores en Panamá.

Irving Muñoz, un comisionado retirado de la Policía Nacional está a cargo de olfatear cualquier carga contaminada en el puerto de PPC.

Muñoz explica su hipótesis de cómo operan estos grupos. Afirma que cada caso detectado en el patio de puerto es investigado o puesto a órdenes de las autoridades respectivas quienes inspeccionan los contenedores del parque portuario para determinar cuáles escogen los criminales, de acuerdo a su destino.

Las unidades investigativas del puerto, junto a los representantes del Programa Global de Control de Contenedores de las Naciones Unidas, identificaron una “modo de trabajo” gracias al manifiesto que tiene que reportar la naviera de la carga y el número de sello.

“El sello se clona, no se usa el sello original. El original lo introducen dentro de la mercancía y el otro, el falso, sella el contenedor. Eso se cierra en cualquier patio de contenedores. Por eso es que nosotros verificamos sellos, si el contenedor no llega con sellos, notificamos al capitán del barco, no solamente porque puede venir con droga, sino porque se puede perder la mercancía”, indica
Muñoz.

Detectar un sello falso requiere de mucha experiencia, algunos han caído en desuso, otros tienen sus particularidades, y otros más no aplican para ciertos contenedores, estas son señales o alertas de que el sello puede estar falseado.

Muñoz reconoce que la “contaminación” de la carga puede ocurrir con la complicidad del personal del puerto.

Según su experiencia, es posible que al mes se contaminen uno o dos contenedores. Todo depende del mercado.

Es una red internacional la que envía la mercancía a Estados Unidos, Albania o Europa sin importar la carga que lleve dentro la caja. “Sabemos que hay droga que no podemos detener aquí, pero ponemos una alerta al puerto adonde se dirige”, apunta Muñoz.

DE ÁFRICA A PANAMÁ
Paul Wallace, acaba de tomar las riendas del patio que alberga un promedio de 4 mil contenedores al año. Su formación en el negocio se remonta treinta años atrás. En África, donde estuvo dos años antes de ser trasladado a Panamá, la mayor parte de los delitos consistía en robo de mercancía. El inglés sabe que en Panamá hay un reto mayor aún, “hay que estar seguro de que estamos cumpliendo con cualquier tema y queremos manejar el barco muy derecho”, dice en su español rudimentario.

Una de las claves para mantener la ruta es implementar procesos exitosos en prevención y evitar pagos extras de suplidores al personal. Además, está en constante comunicación con las autoridades facultadas para abrir los contenedores por si sospechan de algo o reciben una alerta del extranjero.
Paul insiste y recalca que PPC coopera con las autoridades para combatir el tráfico de drogas. Reconoce que sus instalaciones también son aprovechadas por el crimen organizado para transportar droga, pero la relación con la ley les ha dado resultados muy positivos que terminan en incautaciones.

El puerto realiza labores de prevención con inteligencia interna que se nutre de fuentes locales, computariza toda la carga, refuerzan el ingreso restringido al puerto que permanece cercado, utilizan un protocolo de ingreso con puntos fijos de seguridad, patrullajes, vigilancia de circuito cerrado, y un monitoreo constante del puerto.

¿CUÁNTA DROGA PASA?
De enero a julio de 2016, la Autoridad de Aduanas de Panamá (ANA) ha incautado 3,092 kilos de cocaína, la mayoría con destino a Europa.

El año pasado Aduanas decomisó 4,126 kilos de polvo blanco, unos mil kilos menos en el 2014. Desde el 2012 a julio de 2016, se decomisaron 16,098 kilos que intentaron cruzar los océanos para llegar al mercado americano o al europeo.

La cifra es imprecisa. Nadie sabe a ciencia cierta la cantidad de droga que pasa.

El director de Aduanas, José Gómez, cree que la mayor parte de la droga que transita por el país lo hace a través de lanchas rápidas y no en contenedores. “Yo lo que pienso, sin ser experto en el materia, es que la droga viene por vía marítima porque la droga se coge afuera, en aguas. No estamos seguros del porcentaje de droga que se transporte en contenedores. Es una cifra oscura, negra. El tema de droga se trabaja con otras instancias”, señala el director.

¿Cómo identifica un contenedor con droga en el escáner, por ejemplo?
“El escaner viene, revisa y si tienes cajas a la mitad del contenedor o casi pegado al fondo aparecen unas cajas distintas y el escaner las identifica, y ahí está la cuestión”, responde Gómez.

El director tiene la idea de que la contaminación de los contenedores no se hace dentro de los puertos, sino cuando salen del mismo.

“En el puerto es difícil hacer cosas, es afuera donde se contaminan”, apunta Gómez. Algunos contenedores que se trasladan de alguna fábrica, o cuyos productos son de exportación, o los que están en trasbordo, se contaminan en algún punto del trayecto de Atlántico al Pacífico, o al revés”, afirma.

Sin embargo el crimen organizado, utiliza la misma base que los comerciantes para hacer llegar su mercancía al consumidor.

“Esto se traduce en una naviera que maneja la carga, un transportista, puertos para hacer la transferencia y llegar al usuario. El negocio de los puertos es legal, pero es la misma base que utilizan los criminales. En algunos tramos de este recorrido, más que todo en el sur de la América donde se produce la droga, los contenedores en puertos como Cartagena o Buenaventura se contaminan. La relación que existe a nivel internacional y las que las autoridades tienen con el puerto, nos alertan”, explicó Muñoz.

Gómez planea contrarrestar la vulnerabilidad de la contaminación de los contenedores con precintos electrónicos que permitan la trazabilidad del contenedor. De esa forma, si la mula se detiene en algún punto de la carretera Panamá-Colón se logrará detectar a dónde paró y por cuánto tiempo. Un proyecto que pretenden agilizar el paso de contenedores y se estima empiece a funcionar a mediados del 2017.

Es constante escuchar a funcionarios de distintas instituciones justificar cualquier situación por falta de personal.

Ramón Arosemena, analista de riesgo en Aduanas, con más de 7 años de experiencia en el campo se sabe casi de memoria qué información puede traducirse en una alerta.

Las navieras envían un manifiesto de carga vía electrónica. El funcionario de aduana puede medir el riesgo de la misma según el embarcador. Por lo general se mira si ha tenido algún antecedente en Panamá o si se trata de una empresa que ha incurrido en falta. También lo identifica por el tipo de mercancía declarada. “Las empresas nuevas por lo general son un indicador de riesgo”, dice Arosemena.

La Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNDOC) mantiene una estrategia agresiva contra el tráfico ilegal de droga. Tal vez no sea suficiente para evitar el abuso del sistema portuario, pero desde la instalación del programa Container Control Programme ha sido más fácil detectar droga.

Según Amado Phillip De Andrés, de la Oficina Regional para Centroamérica y el Caribe de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el modus operandi principal de la contaminación de contenedores en Panamá es el "rip off / rip on", también conocido como "gancho ciego": Se abre el contenedor y se extrae mercancía para sustituirla por la carga ilícita (generalmente cocaína); en otras ocasiones, se abre el contenedor y se introduce la droga sin necesidad de extraer mercancía del interior.

También se han identificado casos en los que la mercancía ilícita se encuentra oculta fuera del contenedor: en un vehículo dentro del barco o incluso mediante una carga sumergida que está adherida a la base de la embarcación.

El exministro de Seguridad José Raúl Mulino, abona en el tema. Dice que también se dificulta la ubicación de la droga porque en ocasiones el sello principal esta intachable, “ pero la meten desarmando la puerta entera del contenedor”.

Mulino agrega que durante su gestión, cuando se recibía información sensitiva de otros puertos, se estableció un convenio con la Autoridad del Canal de Panamá “en la que el Consejo de Seguridad recibía el bill of lading de todas las naves. “De esta manera se sabía de antemano qué transportaba cada barco. Aprendimos de los norteamericanos a identificar las alertas y los perfiles sospechosos. Esto generalmente ocurre cuando una compañía dedicada a transportar ciertos rubros se salía de su rutina y se apareciaba una carga fuera de lo regular. Levantaba sospecha y se abría el contenedor para inspeccionar. Así sucedía con los demás productos”, explicó el exministro.

En los puertos panameños, la mayor parte de la información de inteligencia de los casos de droga proviene de las fuentes del programa de la UNDOC. Es así como se logra el decomiso de cientos de kilos del polvo blanco y de otras mercancías ilícitas.

Los delincuentes no pueden disfrazarla tanto. Un caso que ejemplifica la creatividad del crimen organizado se registró en diciembre de 2015 cuando la droga venía dentro de tanques con picante. El cargamento pasó por Panamá pero eso se abrió en destino, en Honduras.

La contaminación de un contenedor no demora más de 5 minutos. En PPC se han registrado casos en los que se decomisaron cargas hasta de 500 kilos de cocaína.

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