La declaración del fiscal Harry Díaz en el caso de los "pinchazos" aporta varios testigos que afirman que ‘Rony' Rodríguez, funcionario del CSN, respondía a Ricardo Martinelli
El próximo 3 de agosto, el juez Edwin Torres, de la Corte del Distrito Sur de la Florida, analizará si existen suficientes indicios o pruebas que vinculen al expresidente Ricardo Martinelli con los delitos de inviolabilidad del secreto e interceptación ilegal de las comunicaciones de 150 personas.
Ambas partes, tanto la defensa de Martinelli como la Fiscalía (en representación del Estado panameño), presentarán sus argumentos. No es un juicio como tal, sino la valoración de los documentos y testimonios de las partes con el propósito de que el juez determine si hay indicios suficientes de que Martinelli cometió esos delitos, y si las pruebas bastan para extraditarlo para que enfrente cargos en Panamá. Finalmente, es por este asunto por el que Martinelli está detenido en la prisión federal de Miami desde el 12 de junio.
Antes, se presentará un resumen de los testimonios de las personas que declararán para que el juez estipule el orden en que intervendrán.
Es muy probable que la defensa del exmandatario llame al estrado a los abogados Roberto Moreno, Silvio Guerra y Alejandro Pérez. Ellos ya han avanzado escritos que reposan en el expediente. Posiblemente, los abogados de Martinelli recurrirán a la declaración jurada enviada por ‘Rony' Rodríguez, jefe de inteligencia del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) mientras Martinelli estaba en el poder, en la que niega haber escuchado a cientos de personas por orden del entonces presidente.
La Fiscalía basará su argumento, entre otras cosas, en la declaración jurada o affidavit que envió el magistrado fiscal de la causa en Panamá, Harry Díaz. En ella hace un recuento de los hechos, describe cómo operó el CSN durante la administración Martinelli y sustenta las acusaciones. También estarán presentes algunas víctimas de las escuchas.
La Estrella de Panamá tuvo acceso al affidavit del fiscal Harry Díaz, así como a la declaración jurada de Rodríguez, documentos de los que, a continuación, publicamos un extracto.
HARRY DÍAZ
Lo que narra Díaz en su escrito está basado en información suministrada por las instituciones del Estado, entrevistas a testigos y otras fuentes de información que no necesariamente representa el total de la evidencia.
‘En 2014, a punto de culminar el mandato del entonces presidente, se obtuvo evidencia de un correo electrónico y de la memoria de una computadora que guardaba cientos de correos y grabaciones de mensajes y conversaciones derivadas de las interceptaciones y seguimientos a personas que fueron efectuadas por funcionarios que respondían directamente a Martinelli. Las víctimas de estas violaciones confirmaron que los archivos eran parte de sus correos o mensajes, conversaciones grabadas privadas', establece Díaz en su escrito.
‘En mi capacidad de magistrado fiscal, investigué si estas interceptaciones fueron autorizadas por una orden judicial, para lo que la Sala Segunda de lo Penal de la Corte indicó que no contaba con órdenes judiciales que correspondían a los archivos recuperados. El Ministerio Público negó haber realizado una petición de inspección judicial de éstos números', añade.
RELACIÓN CON RODRÍGUEZ
De acuerdo con la información obtenida en la investigación, Rodríguez era un teniente de la Policía y director de inteligencia del CSN desde el 28 de septiembre de 2009 hasta mayo de 2014.
Durante este tiempo, Rodríguez fue promovido a capitán, en diciembre de 2010; luego, a rango de mayor, en julio 5 de 2012; después, a comisionado, el 6 de junio de 2013. (Para ascender un rango en la Policía Nacional deben mediar cuatro años).
Rodríguez se retiró con el rango de comisionado el 8 de mayo de 2014, unos días después de que Martinelli fuera derrotado en las elecciones.
Gustavo Pérez, exdirector de la Policía Nacional y del CSN, declaró que Rodríguez fue nombrado por Martinelli y tenía ordenes estrictas de trabajar directamente con el entonces presidente, y que cada mañana le entregaba un sobre en la Presidencia.
Pérez también declaró que no tenía acceso a esos reportes que entregaba Rodríguez y que cuando él fue nombrado director del CSN, ya existía un modus operandi entre Rodríguez y la presidencia.
Gustavo Serrano, otro agente del CSN, dijo a Díaz que sabían que Rodríguez ‘reportaba directamente al presidente y que le hacía trabajos'.
Elvin Ortiz, también agente del CSN, se refirió a Rodríguez y dijo que él le daba cuentas directamente de Martinelli. Según Ortiz, Rodríguez decía que se reunía en privado con el expresidente, de quien recibía instrucciones directas y que él y su compañero Elvys Moreno fueron entrenados por los israelíes para operar los equipos capaces de localizar los celulares y acceder a las computadoras.
Júbilo Grael, funcionario del CSN, dijo que Rodríguez daba instrucciones de vigilar y rastrear ciertos objetivos que concernían como prioridad a Martinelli, y que cada mañana conducía a Rodríguez, quien llevaba un sobre amarillo, a la Presidencia. Además, dijo que ayudó a transportar un estante que estaba ubicado en el CSN, en el edificio 150, a las oficinas del súper 99 en Monte Oscuro. Al mismo tiempo, según el relato de Grael, el equipo Pegasus, que se utilizó para las escuchas ilegales, dejó de funcionar.
En entrevistas que efectuó Díaz con Demetrio ‘Jimmy' Papadimitriu y Roberto Henríquez, ministros durante la administración Martinelli, dijeron que el único responsable de las políticas de seguridad del Estado, y el único que daba órdenes sobre seguridad nacional era el presidente.
‘Durante su administración, el director de inteligencia del Consejo, ‘Rony' Rodríguez, reportaba directamente al presidente. Era conocido entre los funcionarios que Rodríguez ‘hizo trabajos por fuera', que ordenaba el presidente', se lee en la declaración .
Rodríguez destinó un espacio en las instalaciones del CSN, al que no tenía acceso nadie. Se ingresaba con tarjetas electrónicas que tenía solo el personal de confianza, como Rodríguez.
Según Gustavo Pérez, Rodríguez entregaba cada mañana un informe al presidente.
Así, Martinelli estaba al tanto de las conversaciones privadas que no se podían haber obtenido por la vía regular. Erasmo Pinilla, entonces magistrado del Tribunal Electoral, testificó que Martinelli lo cuestionó sobre un tema que era materia de los correos que Pinilla había enviado. Pinilla dijo que Martinelli estaba al tanto del contenido de los correos. Se supo además que Martinelli despidió a su abogado, Rosendo Rivera, por unos ‘chats' que envió a un adversario político.
Durante la investigación, se descubrió un correo identificado como [email protected] en una computadora portátil con varias grabaciones.
En este correo había una serie de informaciones y comunicaciones obtenidas a través de los métodos descritos. Los forenses recuperaron información sobre correos, imágenes, textos o archivos y grabaciones de audio, de las víctimas.
En junio de 2015, la Corte Suprema de Justicia consideró que existían suficientes elementos para demostrar que desde el año 2012 hasta inicios de 2014, se hizo un trabajo ilegal de interceptación de teléfonos y correos, desde y con el personal del CSN. Además, determinó que existía evidencia para probar que las interceptaciones ilegales presuntamente involucraban a Martinelli, con la ‘prueba idónea' que requiere la legislación panameña.
Como magistrado fiscal, Díaz inició la investigación que concluyó el 6 de octubre de 2015, en la que acusa a Martinelli de cuatro delitos: violación del secreto, de las comunicaciones, y malversación de fondos públicos en al menos dos formas.
LA DECLARACIÓN JURADA DE ‘RONY' RODRÍGUEZ
‘Yo no sé pinchar teléfonos': El 15 de julio de 2016, el subcomisionado de la Policía hace su declaración jurada desde algún lugar de las montañas de Veraguas, de manera voluntaria, a fin de dejar por escrito la verdad de los hechos relacionados con las supuestas escuchas telefónicas en el Consejo de Seguridad Nacional (CSN).
‘Rony' Rodríguez fue director de Inteligencia del CSN durante la administración de Ricardo Martinelli y renunció a su cargo en mayo de 2014, para jubilarse.
Mientras estuvo en su cargo, según describe, monitoreó marchas y movimientos sociales que incluían dar seguimiento e identificar a sus líderes y entregar la información a los estamentos de seguridad. Así lo cuenta:
‘La metodología de trabajo ha sido heredada desde el gobierno de Guillermo Endara a la fecha. Esto es así porque no pueden existir alteraciones al orden público sin que el Estado tenga conocimiento para determinar su peligrosidad.
En el caso de las interceptaciones telefónicas, se realizaron múltiples operaciones a pedido de los estamentos de seguridad y fuerza pública, así como del Ministerio Público y todas se realizaron bajo autorizaciones judiciales. Se hicieron operaciones para migración coordinadas con el entonces subdirector de la institución, hoy director del CSN, Rolando López.
Con la Policía Nacional, se hicieron con el Comisionado Omar Pinzón (todavía no era director de la Policía). Además, con la vicepresidencia de la República cuando Juan Carlos Varela fungía como tal. Estas reuniones se coordinaban con el CSN, al cual asistían los jefes de todos los estamentos, el Ministerio Público y otros ministros como Jimmy Papadimitriu'.
Tan pronto Varela tomó la presidencia, dice Rodríguez que el nuevo director del CSN, Rolando López, le ofreció un cargo diplomático en Washington D.C., a cambio de colaborar para incriminar al expresidente Martinelli en casos de escuchas telefónicas ilegales. Para zafarse, le dijo que lo pensaría. Días después, dice que recibió llamadas de sus excolaboradores, Ismael Pittí y William Pittí y otro agente ya fallecido, para comunicarle que estaban recibiendo presiones similares. Uno de estos agentes, dice, murió.
Rodríguez afirma que acordó con los otros agentes ‘mantenerse firme'. Sin embargo, días después fue citado a la Dirección de la Policía Nacional donde estaban presentes el director del Consejo, quien le ofreció llevarlo a la Presidencia, frente a Varela, para ofrecerle ‘lo que quisiera' si incriminaba al expresidente. Le dijeron, según Rodríguez, que en el 2015 ya tendrían la Procuraduría General y podría convertirse en testigo protegido, pero él se negó.
Añade que López lo llamó para amenazarlo y terminó la conversación con las siguientes palabras: ‘te vamos a destituir de la Policía Nacional, te vamos a meter preso y en La Joya no vas a durar vivo una semana'. Ante esto, conversó con William Pittí y le confirmó que él había sido objeto de las mismas amenazas. No pudo localizar a Ismael, pero desde el CSN le llegó información de que estaba retenido en una celda del SPI y que lo estaban presionando para incriminar al expresidente.
Rodríguez dice que quedó muy preocupado, así que contactó al abogado Alejandro Pérez. El jurista interpuso dos denuncias de secuestro para saber el paradero de Ismael Pittí. Ante esto, le otorgó poder a Pérez porque sabía que lo peor venía contra él y desapareció.
Rodríguez manifiesta que luego fue destituido de la Policía, le abrieron tres casos criminales y le declararon reo rebelde además de emitirse una alerta roja en su contra. Según Rodríguez, los casos en su contra están llenos de mentiras.
‘En el caso particular del equipo que se perdió, no tengo nada que ver en eso. Ni lo solicité, ni lo compré, nunca lo vi en el CSN. Según tengo entendido, todo eso se dio en el PAN. Lo que mencionan mis subalternos con relación a que se entrenaron en este equipo, es imposible que sea verdad ya que no solo no saben la identificación de los supuestos equipos, sino que lo que aparece en el expediente como comprado, no son aparatos, sino aplicaciones de internet, garantías, soporte y adiestramiento'. Además, dice que quienes declaran lo hacen bajo amenazas de destitución o de ir presos.
Sobre el caso de escuchas telefónicas, dice: ‘al acogerme a mi jubilación procedí a devolver los muebles que pedí prestado a amigos, incluyendo el estante que mencionan'.
Admite que ese estante salió del CSN, pero que era ‘un simple mueble' y no un equipo. Que nunca fue entrenado en un curso por el gobierno de España. (Este país no está mencionado en el caso de los pinchazos). ‘No sé pinchar teléfonos y no manejo muy bien los medios tecnológicos. Para pinchar y usar aplicaciones de inteligencia, se requiere de mucho conocimiento de computación que ni William Pittí ni yo tenemos, y los que hacían eso en el Consejo sí tenían conocimiento especializado y algunos hasta título universitario como es el caso de Ismael Pittí'.
En su caso, la computadora la entregó sin el disco duro porque estaba dañado y este se lo había dado previamente a Lucho para que lo arreglara, ‘la verdad no sé qué hizo con él', señala. ‘Cuando William entregó su computadora la hizo revisar y no encontraron interceptaciones telefónicas. En algún momento, supongo que alguien alterando la cadena de custodia, introdujo información de interceptaciones ilegales en la computadora de William Pittí para incriminarlo y en consecuencia a mí', justifica.
Al revisar el material de escuchas, nos damos cuenta, señala Rodríguez, ‘que lo que entregó un supuesto testigo protegido es una copia digitalizada de las interceptaciones o grabaciones realizadas por un experto en el uso de aplicaciones de internet que ni William ni yo tenemos conocimiento para realizar. Dichas grabaciones, que reposan en el expediente, fueron realizadas por técnicos y no necesariamente desde el CSN.
Los casos en nuestra contra se usan por altos funcionarios del actual gobierno con el propósito de vincularlos al expediente porque rehusaron relacionar al expresidente en actividades que no le constan', apunta. Esas presiones no le dieron otra opción más que desaparecer. ‘Juro ante Dios que todo lo anterior relatado es verdad', finaliza el exfuncionario .
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