Más de cien jóvenes de alto riesgo tienen título

Esta semana, el Centro Básico Laboral de San Miguelito, con apoyo de la Fundación Jesús Luz de Oportunidades, graduó a 130 jóvenes y adultos que por alguna razón no culminaron sus estudios de primer y segundo ciclo. Es la quinta promoción que opta por la educación como medio para cambiar de vida


Vestidos de azul eléctrico, los graduandos encontraron en el estudios una forma de romper ese círculo vicioso.

Se trata de personas muy vulnerables que viven en barrios de alto riesgo, desertores por múltiples razones, pero que decidieron regresar a los estudios.

El Ministerio de Seguridad apoya en esta tarea a través de útiles escolares, capacitaciones, docentes, y dando las validaciones a los diplomas con el Ministerio de Educación.

Debajo de la toga del estudiante Calletano se ven puros tatuajes, cicatrices de bala. El graduando pronunció unas breves palabras a los presentes del evento del miércoles 20 de diciembre. “Si Jesús viene de Nazareth, yo vengo del Chorrillo”, exclamaba orgulloso de su triunfo. Dejó atrás aquellos años como pandillero, tiempos tormentosos y violentos.

Vestidos de azul eléctrico, los graduandos encontraron en el estudios una forma de romper ese círculo vicioso. Hoy son hombres y mujeres que con mucho esfuerzo lograron un título de bachiller, o de primer y segundo ciclo de secundaria.

Calletano, trabaja para la Fundación Jesús Luz y Oportunidades. Se dedica a repartir 500 comidas diarias a moradores de El Chorrillo, Santa Ana, y otras zonas rojas. La Fundación vio en él un canal para hacer llegar los alimentos a estas personas de escasos recursos que viven en sitios violentos porque lo conocen, “lo dejan pasar, ya saben quién es, explicó Rafael Ceballos integrante de la Fundación”.

El programa inició por petición de algunos moradores de alto riesgo en San Felipe, y luego amplió el horizonte a El Chorrillo, San Miguelito y otros barrios.


Un promedio de 19 muchachos al mes logran conseguir un trabajo en hoteles, restaurantes, supermercados, bodegas etc.

“Desde hace 5 años, la Fundación ha logrado graduar a más de 300 estudiantes y beneficiar del programa a 500 personas. Ésto último se traduce en ubicarlos en empleos estables. Este año nos costó como $19 mil dólares la parte educativa del programa, sin contar la inserción laboral o la comida”, indicó Ceballos.

Un promedio de 19 muchachos al mes logran conseguir un trabajo en hoteles, restaurantes, supermercados, bodegas etc. Gracias al apoyo de 127 empresas que han abierto sus puertas a estas personas dejado a un lado el miedo y los estigmas. Jóvenes que hoy se ganan la vida honradamente, se ocupan, y crecen emocional y profesionalmente.

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