Fue durante la presentación del libro ‘Gabo, periodista’ edición de Panamá, que recoge su obra periodística. Un acto en el que las fundaciones Publicando Historia y Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, rindieron tributo al autor.
Fue un saludo cordial, muy gentil, de dos hombres que se conocían muy bien a pesar de que nunca habían coincidido en un mismo salón. Ocurrió una vez finalizado el evento. A unas horas de quitarse el sombrero de diplomático, el embajador de Estados Unidos en Panamá, Feeley, se caminó en línea recta en busca del empresario para estrecharle la mano. Waked respondió al saludo hasta quedar frente a frente casi en un semi abrazo.
¿Qué estaría pensando el hombre, al que de un plumazo la Oficina de Control de Activos OFAC le arruinó todos sus negocios? Y el norteamericano de ojos claros, percibido entonces como un ejecutor obediente de su gobierno, ¿buscaría alguna absolución?
Decir amargo es poco para ilustrar los dos últimos años de Waked, después de haber sido incluido en la lista Clinton y despojado de todas sus tiendas libres de impuestos a nivel internacional, además de una tienda departamental y el centro comercial Soho en la capital panameña, solo por mencionar algunos. Lo hiriente, o indignante, es que el gobierno norteamericano nunca develó la razón que motivó a la OFAC a incluir 68 empresas e individuos en el listado, justo dos semanas después del escándalo de los Papeles de Panamá, en abril de 2016. Dos años después, al gobierno estadounidense le fallaron las pruebas, sobre todo al someterse al control judicial en sus propios tribunales. Los fiscales tuvieron que rendirse y llegar a un acuerdo con uno de los familiares de Waked, exonerado del delito de blanqueo de capitales.
Por eso es que el acercamiento fue calificado por algunos en las redes sociales como ‘inverosímil’.
Durante la ceremonia, hubo un momento que arrancó acalorados aplausos de los presentes. Fue cuando el presidente del Grupo Gese, Eduardo Quirós, recordó la fórmula que liberó a los diarios de un cierre definitivo como consecuencia de las sanciones norteamericanas. Waked se desprendió del 51% de las acciones de los diarios en forma irrevocable y los cedió a la Fundación Publicando Historia, lo que permitió salvar los trabajos de cientos de colaboradores. Pero lo más significativo fue mantener la libertad de expresión e información. La audiencia aplaudió entusiasmada casi por un minuto, y el embajador se inclinó hacia adelante con las palmas juntas. Era casi imposible no percatarse de la escena que ocurría en la primera fila que compartían Waked y Feeley, aunque separados por varios metros. Cuando Feeley se acercó al ‘vendedor de perfumes’, como se define a sí mismo Waked, se lo comunicó personalmente. Lo felicitó por su decisión de ayudar a salvar a los periódicos.
Antes de que iniciara el conversatorio sobre Gabo -protagonizado por Jaime Abello, desde Cartagena de Indias, desde Bogotá, la colombiana María Jimena Duzán, desde Puerto Rico, el periodista y editor de la publicación Héctor Feliciano, y el excanciller y amigo de Gabo. Jorge Eduardo Ritter- Feeley comentó cómo surgió su relación con García Márquez.
“Durante mi misión en México, el entonces embajador había salido de viaje y me encargó que atendiera a Gabo para tramitar la visa, él también estaba en la lista. Me sentí muy orgulloso de haberlo conocido”, indicó.
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