A María Jimena Duzán, periodista colombiana, le afana el control del costo de los contenidos las redes. La producción debe tener un costo para Google y Facebook. En Estados Unidos se logró un 30% para las páginas
María Jimena Duzán.
¿Cuál fue la mejor lección que aprendió de Gabriel García Márquez?
Hay muchas lecciones de Gabo en reportería, siempre estaba buscando historias. Una de las que más peleó por sacar era lo que estaba pasando en el país en el momento en que tuvo que irse. De ahí nació 'noticia de un secuestro' que me parece que es una manera de entender él como era la reportería. Era un escritor y siempre buscaba noticias para hacer reportajes, ángulos, historias con diferentes ópticas. Nunca se quedó en la parte superficial del periodismo, le gustaba la calle, contar, salir. Se sentía dichoso cuando cogía sus fuentes, era muy famoso y tenía amigos igual de estelares, pero esos detalles no influían a la hora de escribir y hasta que no supiera el último detalle, no paraba.
¿Desde cuándo lo conoció?
Yo empecé en el diario El Espectador desde chica. Cuando me fui a París, Francia, en 1981, el director del periódico Guillermo Cano le habló a Gabo para decirle que me iba a mandar de corresponsal y necesitaba que me ayude y me guíe. Cuando llegué me dio pena llamarlo porque, aunque mi papá lo conocía, yo no. Un día él me llamó y yo pensé que me estaban bromeando porque me dijeron que me llamaba García Márquez. ¿Qué? Dije yo, no esté mamando gallo. Pero era él (risas). Cuando conversamos me dijo que Cano le había encargado que me ayude. Gabo tenía una columna en el diario, me invitó a su departamento, estaba todo arreglado en blanco como es Mercedes (la esposa), estilo minimalista. Ahí la conocí al igual que a Gabo, y a sus hijos Gonzálo y Rodrígo.
¿Desde ahí se hicieron cercanos?
Sí, yo duré en Francia un año y medio y ellos se volvieron como mis papas. Yo salía a tocar música con el hijo Gonzálo en el metro. Tocaba guitarra yo, y él saxofón pero a sus papás no les gustó eso. Gabo me ayudaba a buscar historias en Francia.
¿Como cuáles?
Me acuerdo una que era la historia de los perros en París. Hice una historia de una calle que nos gustaba mucho que era como un mercado donde podías comprar lo quieras de cosas. Gabo era así, le iba diciendo a uno lo que se podía hacer. Me gustaba mucho como me enseñaba porque era un gran maestro. No es como Vargas Llosa que tiene una cosa aquí grande, es un ensayista. Pero Gabo era un hombre que conocía la vida misma. Había vivido muchos años en Francia y conocía el París más complicado, el París malo, y el pobre y el rico. Lo mismo en Bogotá, se conocía todos los metederos de Bogotá, eso no lo he visto mucho.
Ese periodismo de Gabo y el actual ¿cómo le contrasta?
Pues yo al contrario a lo que dicen que estamos en crisis, no coincido. Nuestra época está forzando a los periodistas a sacar lo mejo de sí, al básico. El periodismo de escritorio está mandado a recoger. Ese puede tener en las redes likes, pero son temporales. La prueba de esto son las investigaciones que están haciendo los diarios. A mí lo que me afana son Facebook y Google. Esos son nuestros enemigos, las redes no, sus dueños.
¿En qué forma son nuestros enemigos?
Porque ellos están prácticamente monopolizando la producción de contenidos. Por ejemplo, controlan el costo de los contenidos. Nosotros producimos contenidos para las redes, yo hago podcast, facebook live, youtubes, etc. Pero cuando vas a mirar, la pauta que hay en estas páginas, por ley en Estados Unidos se logró que el 30% del dinero que entre a estas páginas se vaya a los que lo producen. En América Latina eso no está así. Los contenidos que uno entra a las redes la pauta, no le llega nada, todo le llega a Facebook y Google. Por ese mismo caso está demandado Google en Europa, porque les parece el colmo. Entonces cómo vamos a financiar los contenidos? Hay que pelear. No es que hay una crisis en el periodismo, sino que la producción de contenidos no se puede hacer gratis. No podemos trabajar para que la pauta se vaya a estas empresas.
¿Cuál fue la reacción de las FARC cuando ganó el 'no' en el plebiscito sobre el proceso de paz?
Bueno no estaba allá pero leí un libro sobre eso. Ellos también estaban en contra de la consulta a diferencia de Santos que la arrogancia lo llevó a pensar que era impoluto. Las FARC sabían que era absurdo hacer un plebiscito con un gobierno con los índices de popularidad tan bajos. La guerrilla se opuso desde el comienzo, ellos no se sorprendieron tanto como Santos.
¿Cómo reaccionó el presidente Santos?
Perplejo, nunca se lo imaginó. Fue un error de cálculo político profundo. Muchos lo dijimos anticipando el resultado. Ni siquiera el pueblo entendía el proceso de paz, un escrito de 232 páginas tenía que leer en un mes y medio. Eso no es así. Yo creo que era una decisión de una persona que pensó que en el último momento no requería de un gran esfuerzo. Pero resulta que se le quemó el pan en la puerta del horno.
¿Usted cree que las FARC logren convertirse en un partido político?
Eso no, eso está por verse. A mi me gustaría que las FARC no muriera como partido político porque tiene que tener una posición en la sociedad, eso es bueno para la democracia. Ya se hizo un acuerdo, y aunque le hayan hecho un daño al país, hay que cumplir un acuerdo. Quién era Dilma Rousseff? Todas las guerrillas han sido como esta, pero cuando haces un acuerdo debes respetarlo. Hay más armas que hombres y todas las entregaron. Lo que no está funcionando son las reformas. Paradójicamente lo que falta es un tema de justicia muy profundo. Ahora la discusión en la sociedad es que estos señores quieren ir al Congreso sin pasar por la justicia. Eso ha causado escozor en la sociedad y con razón. Luego la justicia dirá quiénes pueden ir a la política y quiénes no.
La reforma agraria que se propone, tomando en cuenta que se triplicaron los cultivos de coca en Colombia, ¿cómo afectará la cadena de producción de la droga?
Yo creo que es necesaria una reforma agraria. No tiene nada que ver con la producción de cocaína.
Muchos campesinos aprovechando el subsidio que entregaría el gobierno acobijado con los acuerdos de paz, sembró droga...
Es cierto, pero no solamente eso. Los comodities bajaron, y produjo que gente que no tenía nada que hacer se metieron a cultivar coca. Afortunadamente Colombia tiene esos problemas que son superables. Hemos logrado destrozar los carteles y por cuenta eso es que México pasó a ser el que maneja los canales de distribución. Es cierto que tenemos muchos problemas en eso, pero menores a los que teníamos antes. Hemos reducido nuestros problemas. Todo lo que está pasando en México es producto de la guerra que le hicimos a los carteles. Nosotros logramos destruir el cartel de Medellín, luego del de Cali, después el del Norte del Valle. Y cuando ya terminamos con los tres había una cosa más manejable, y también desarmamos a las FARC. Estamos mucho mejor que antes.
¿Por quién va a votar en las próximas elecciones presidenciales de su país?
Me gusta alguien como Sergio Fajardo que construya algo. Me parece que es lógico que si las cosas no funcionan con tantos años de derecha debe haber un cambio a la izquierda.
¿Percibe miedo a la corriente izquierda?
No, y ¿por qué no hay miedo a la derecha?
Las izquierdas tienen fama de no querer dejar el poder...
Si pero mira la izquierda de Chile, mira a Uruguay. Nosotros no somos Venezuela. La diferencia muy grande es que al mismo tiempo, (Álvaro) Uribe y Hugo Chávez quisieron cambiar la constitución para quedarse. Uribe lo había cambiado pero la Corte no lo dejó en Colombia.
Pero en Venezuela no hubo relevo del poder...
Esa es la diferencia entre Colombia y los vecinos. Hay una diferencia abismal. Nosotros tenemos pesos y contrapesos muy distintos a los de Venezuela. Ahora, tenemos que cambiar oprque ya no hay guerra, y puede surgir una izquierda.
¿Cómo fue su experiencia en la cobertura de los procesos de Paz?. ¿Qué observó de los líderes de la guerrilla?
La verdad una de las guerrillas que menos podía ver era las FARC porque eran impenetrables. La guerrilla consideraba a la revista Semana para la cual trabajo, y a mí en lo personal, como la representación de las élites, las capas opresoras. La discusión era muy difícil, ellos ni siquiera aceptaban una entrevista de mi parte. Las FARC es una de las últimas, o la última guerrilla del mundo, que causó dolor en Colombia, que secuestró, que mató. Eso cambió la vida de muchos colombianos, y yo quería ver, si eso se iba a parar, estar presente, atestiguar. Al principio no creía en el proceso, y poco a poco me fui dando cuenta que realmente las FARC se habían sentado a la mesa y que produciría un desarme. Eso me impresionó por la cantidad de gentes que hemos evitado con este acuerdo. Lo lamentable es que perdió el plebiscito.
El premio Nobel a Santos, descríbalo...
Muy bien merecido a un mal político. Ha sido capaz de hacer cosas que ningún otro presidente ha hecho sin capital político. Es malo haciendo política en comparación de Uribe. Este no tiene capacidad de palabra, pero tiene una cosa muy interesante, le introdujo algo muy importante a los colombianos que es culminar una guerra.
La frontera entre Colombia y Venezuela es muy tensa por el constante flujo migratorio. ¿Cuál sería, desde su punto de vista la hoja de ruta que debe seguir Venezuela para salir de la crisis?
Es lamentable lo que ocurre. Primero un régimen cada vez más autoritario y se cierra más. Acaba con la poca libertad de expresión y la situación de la gente es paupérrima. En términos estratégicos es considerada como un problema humanitario similar a lo que produjo la guerra con Siria en los países aledaños. La frontera entre ambos países, es impresionante. Las familias por la mañana se levantan y van a trabajar al otro lado, y vuelven. Es una frontera fibrosa, no está escrita y eso nos ha exigido mucho a los colombianos últimamente porque en los últimos 20 años hay una atención principal en esa frontera. Colombia está saliendo de un proceso de paz y está implementando el acuerdo, pero queda otra guerrilla, muy pequeña, Ejército de Liberación Nacional de Colombia que está en territorio venezolano. Entonces es un tema muy complicado, cada vez más nos cuesta tener un entendimiento con el gobierno de Maduro. La discusión es complicada porque Maduro ha erosionado la posición venezolana, que esta coartada, dividida, mermada. Nos enfrentamos a una larga crisis con Venezuela.
¿Cómo observa usted la relación Donald Trump – medios de comunicación?
Una pelea que la están dando con altura los medios. Ha sido una oportunidad de oro para que el Times se recupere, para que el Washington Post se superen. Al contrario, más que nunca hoy hay lectores y personas en las redes viendo lo que hacen los medios. Hay un sistema de checks and balance, pero yo creo que esta es la época del declive de los Estados Unidos, y surgirá el nuevo país que destino del mundo, puede ser China. Pero Trump es el declive de Estados Unidos.
¿El declive estaría presente con o sin Trump?
Pues yo creo que eso es parte de lo que pasa en la historia. Se ve un declive del poderío de Estados Unidos a nivel político, la democracia de ellos está siendo amenazada por asuntos internos. Pero la historia cambia y veremos quién toma el sitio en los próximos años.
En su experiencia como periodista, en los momentos en que ha sufrido atentados, ¿le ha dado miedo continuar con la carrera?
Si, muchas veces me ha pasado que pienso que el periodismo que se hacía en ese momento no valía la pena, pero de alguna forma lo seguía haciendo tratando de aprender lo que tenía que hacer para mantenerme viva. Tengo alma de periodista, dudé pero también lo que hice me ayudó a entender muchas cosas que ocurrían en mi país en los momentos en que se luchaba contra el narcotráfico.
¿Cómo retornó al trabajo después del atentado más fuerte que sufrió?
Lo que pasa es que yo entré al Espectador a los 16 años, así que a los 20 años me sentía una mujer de 40 por todo lo que había vivido. En esos cuatro años la vida me cambió y conocí la muerte muy joven y fue un golpe duro porque en pocos años vi como cayó Guillermo Cano, el director del diario, y la persona que me metió en el entorno. Yo era muy cercana a él. Por otro lado veía la absurda pelea con Pablo Escobar. Pero fíjate que después, cuando empecé a crecer, me di cuenta que uno tiene que aprender muy bien lo que pasa y saber lo que tiene que hacer para mantener la vida sin dejar de ser periodista. Poco a poco entendí que no tenía que volverme una persona con odio como muchos políticos en Colombia. Mataron a mi hermana, vi muchas muertes, pero queda una persona que entiende mejor la condición humana y no quiere odios ni peleas.
¿Cuál es el título del libro que escribe?
Santos. Yo trato de mirar más allá de lo que pase. Es casi una tragedia. El libro empieza cuando perdió el plebiscito y termina cuando recibe el premio Nobel. A través de ese mes y medio trato de explicar lo que pasó en Colombia. Todavía no se cuál es la conclusión, porque si bien estamos mejor que antes, y las FARC están desarmadas, aunque hay ataques muy esporádicos contra unidades, las FARC están desactivadas.
OPINO SE ADELANTARON AL PRESIDENTE DE COLOMBIA EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ ANTES DE HABERLA LOGRADO. OPINO ESTO QUEDA COMPROBADO CON ESTA ENTREVISTA
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