En la audiencia de ayer el juez de garantías Jerónimo Mejía negó a la defensa del expresidente la objeción presentada a la acusación formulada por el fiscal, en la que se alegaba que no se había imputado a su cliente
El juez de garantías Jerónimo Mejía, durante la audiencia de acusación en contra del expresidente Ricardo Martinelli, celebrada ayer en el Órgano Judicial, rechazó el incidente de objeción presentado por la defensa del exgobernante el 19 de octubre de 2015. En dicho recurso, los abogados pretendían que se declare nula la acusación efectuada por el fiscal Harry Díaz, arguyendo que su cliente no había sido imputado, y que el fiscal se había saltado un paso vital en el proceso que garantizaba el debido proceso en el caso.
Como si se tratara de una cátedra de derecho, el juez de garantías, después de haber escuchado los planteamientos de los querellantes y de los apoderados de Martinelli, sustentó con detalle el criterio que lo llevó a tomar dicha decisión.
La decisión de Mejía descartó así, uno de los argumentos principales de los abogados del exmandatario, que incluso, se había empleado como una herramienta por la defensa en la Corte del Distrito Sur de la Florida para evitar la extradición de su cliente a Panamá.
En la audiencia celebrada ayer, Sitton expuso que la defensa no tuvo la oportunidad de ejercer su derecho a la defensa a falta de una imputación contra su cliente. Comparó el caso de su cliente con el juicio de Nüremberg de 1945, en el cual se le dio este derecho, a que contaran con una imputación, los nazis capturados por delitos de lesa humanidad y crímenes atroces.
En el referido juicio, Nüremberg, no existían precedentes similares en toda la historia del enjuiciamiento universal, el juicio sentó jurisprudencia, y los sindicados fueron condenados.
La respuesta que dictó el juez de garantías a Sitton fue contundente. Inició por decir que la objeción de la defensa debía efectuarse en la fase de alegaciones previas de la audiencia, y no 10 días después de que el fiscal presentara el escrito de acusación, como lo hizo la defensa. “El incumplimiento de alguno de estos procesos trae consecuencias jurídicas”, manifestó Mejía.
Después hizo una basta comparación entre un proceso ordinario y el de un diputado, la condición que adquirió el exgobernante en el Parlamento Centroamericano y que mantenía cuando inició el proceso.
En el caso de los procesos contra diputados -precisó el juez después de haber explicado la forma en que se realiza una imputación en casos ordinarios-, la imputación ocurre cuando el fiscal estima que existen suficientes elementos que vinculan al diputado al delito. Es decir, cuando existe una relación precisa, clara, y circunstanciada del hecho atribuido, lugar y tiempo de su realización.
La única manera de saber eso, es si alguien ha realizado una investigación previa. “Al diputado lo imputa el querellante, no tiene que ser en una audiencia de imputación. ¿Dónde esta escrito que no puede hacerse de otra forma?”, preguntó el juez a los presentes en el salón del Segundo Tribunal de Justicia del Órgano Judicial, donde se realizó la diligencia judicial.
Mientras Mejía esgrimía su posición, Martinelli hacía algunas anotaciones en una libreta, una costumbre que ha adoptado en casi todas las audiencias.
Así continuó el juez su planteamiento y añadió que la imputación también es sinónimo del conocimiento de los elementos que se puedan atribuir en contra de una persona, y que los abogados del expresidente tuvieron pleno acceso a la carpetilla donde se acumulaban las pruebas y debieron haberle informado. “No me pueden decir que Ricardo Martinelli no sabía lo que estaba pasando porque los abogados estarían en problemas serios de ética”, enfatizó el juez.
Mejía especificó que en la misma audiencia de acusación es posible efectuar la imputación, ésta última, ocurre cuando se acredita el hecho punible.
Al finalizar la audiencia, La Estrella de Panamá conversó con Sitton sobre la decisión del juez. A lo que éste indicó: “Cuando escucho al magistrado Mejía decir esto, me parece que estoy en Universal Studios viendo al payaso ‘Krusty’ (de la serie de los Simpson), ahí es donde me sentí cuando escuché esa explicación”.
El abogado exclamó que no se puede tratar de vender la idea de omitir un paso tan importante para la defensa, como es la imputación, y que le conculque el derecho que le asiste desde ese momento para ejercer su defensa y recabar los elementos de convicción.
EL LIBRO DE MARTINELLI
La audiencia de acusación inició a las 9:45 de la mañana de ayer. El exmandatario fue trasladado a tiempo a las instalaciones del Órgano Judicial. Por el pasillo hacia el salón, custodiado por tres guardias, vociferaba, como lo ha hecho en ocasiones anteriores frente a la prensa, que se le están violando sus derechos.
En sus manos cargaba el libro “La primera guerra mundial contada para escépticos”, de Juan Eslava Galán. Una obra que hace referencia a la guerra que se peleaba desde las trincheras. Tal vez, como se visualiza a sí mismo, en su propia batalla, desde El Renacer.
En la obra, el novelista hace eco de las operaciones militares, la crudeza de la guerra y de los errores de unos generales que no parecían entender que no se podían usar estrategias antiguas con armas modernas.
A Martinelli se le veía el rostro mucho más tranquilo que el lunes en la tarde, cuando constantemente se agarraba con las palmas la frente y la cabeza mostrando su malestar. Ese día, cuando se le otorgó la palabra, dijo sentirse muy mal, con muchos dolores.
A diferencia de ayer, Martinelli se refugiaba en sus anotaciones. De vez en cuando escuchaba la voz de la abogada sentada a su derecha que le decía cosas al oído. Acudió vestido con un saco azul, jeans y una camisa polo. Su rostro se nota más delgado en comparación a los años en que gobernó el país (2009-2014). Ayer el juez no le dio la palabra, como lo hizo en las audiencias anteriores en las que ha esbozado su que todo se trata de una persecución política.
Su esposa Marta, su hija, sus hermanas, y demás familiares, lo acompañaron durante toda la audiencia. También lo hicieron prominentes figuras de su partido, los diputados Miguel Fanovich y Carlos ‘Tito’ Afú, entre otros.
FISCAL Y QUERELLANTES
Después de que la defensa solicitó la nulidad de la acusación, el fiscal tomó la palabra y miró a la defensa. Les dijo a los abogados que tienen reticencia a acatar los fallos de la Corte. Explicó que una acusación conlleva más garantías para el procesado que una imputación. Recordó a los defensores del procesado que anteriormente ellos han recurrido a normas que avalan la acusación.
Artículos que tratan sobre el tiempo de investigación con que cuenta el fiscal para recabar las pruebas y la sumatoria de elementos recolectados para hacer una acusación. Además recordó que éste ha sido un tema superado, ya que cuando se presenta una querella, se da por admitida una imputación en casos especiales, como el que se atiende en contra del acusado por supuestos pinchazos telefónicos y dos delitos de fraude.
Enseguida el juez otorgó la palabra a los abogados de los querellantes. La mayoría coincidió en que lo presentado por los abogados de la defensa de Martinelli consistía en dilatar el proceso. Incluso solicitaron al juez que llame al orden a los abogados de la defensa para poder avanzar en el proceso que ha estado estancado en la salud del exmandatario, cuando debiera discutirse la evaluación de pruebas.
Rodolfo Pinzón, abogado de Balbina Herrera, Nicomedes Castillo, defensor de Juan Carlos Navarro, Carlos Herrera abogado de Mauro Zúñiga, David Cuevas en representación de Rosendo Rivera, Michell Doens en representación propia y Johann Jaramillo abogado de Rubén Polanco, solicitaron que se rechace el incidente presentado por Sitton.
ÁLVAREZ SE RETIRA DEL CASO ‘PINCHAZOS’
El abogado Ángel Álvarez, representante de cinco víctimas, abandonó el recinto cuando el magistrado de garantías, Jerónimo Mejía, respondía a la defensa de Ricardo Martinelli la objeción a la acusación efectuada por el fiscal Harry Díaz.
El juez le dijo de frente al abogado que si se quería interrogar a testigos y aportar pruebas, tenía que constituirse en querellante.
Álvarez no se sumó a la querella del fiscal ni tampoco se convirtió en querellante autónomo, pero representaba a la diputada Zulay Rodríguez y a su esposo, Álvaro Testa; al exdiputado Yassir Purcait; al abogado Miguel Antonio Bernal y a la dirigente magisterial Yadira Pino, como víctimas de los pinchazos telefónicos.
El jurista había planteado más temprano su criterio. Uno similar al de la defensa del expresidente, que consistía en que había que imputar a Ricardo Martinelli antes de acusarlo.
No es la primera vez que Álvarez esgrime su posición. Desde el inicio del caso manifestó su desacuerdo con la posición de la fiscalía, por eso no se adhirió.
Álvarez sostuvo durante la audiencia que no cabía la nulidad planteada por la defensa de Martinelli. “No comparto la opinión de que debamos omitir la imputación. Este no es un proceso especial, el Código Procesal Penal habla de los procedimientos especiales, que son donde se juzga a diputados y presidentes. Este precedente, de la no imputación, abrigaría la posibilidad de que el día de mañana cualquier magistrado sea sacado de su cargo con una imputación”, indicó.
“Sé que el fiscal cree que soy su enemigo —dijo Álvarez— pero no lo soy”, remató.
Antes de escuchar la decisión del juez, Álvarez insistió a la prensa en que se debía fijar un plazo para completar cualquier evidencia de los querellantes y defensores, y después retornar a la audiencia de acusación.
Alegaba que el día de mañana, cuando cambiase la composición de la Corte Suprema de Justicia, el caso podría ser revisado y caer en anulación por la omisión de los pasos en el proceso.
A muchos querellantes les causó suspicacia la posición de Álvarez, ya que su postura beneficiaba a la defensa del expresidente. Incluso lo llegaron a etiquetar como “ el caballo de Troya” de la defensa.
Yassir Purcait, una de las víctimas que se hacía representar por Álvarez, le quitó el poder y dijo sentirse decepcionado de su actuación.
CONTINÚA FASE DE ALEGACIONES PREVIAS
En el día de hoy continúa la fase de alegaciones previas de la audiencia de acusación.
Podrían presentarse, por parte de la defensa del exmandatario Ricardo Martinelli, nuevos impedimentos, recusaciones o nulidades.
También tocará el turno a los querellantes y a la fiscalía responder a los mismos o presentar los propios.
Una vez superada esta etapa, se leerá la acusación al exmandatario. Enseguida se realizará una valoración de la misma. Los defensores podrán valorar si no está bien formulada y, en todo caso, solicitar al magistrado que corrija o aclare el tema en cuestión.
Después se analizarán las pruebas de cada parte. Por parte de la Fiscalía y del querellante autónomo Rosendo Rivera, se tiene contemplado someter 75 testimonios, más de una veintena de documentos complementarios, que deberán probar la vinculación del exmandatario a las escuchas telefónicas, interceptación de correos electrónicos y seguimientos. El fiscal también tendrá la tarea de probar el fraude y la malversación de fondos que se le endilgan al acusado.
El sistema empleado para las escuchas tuvo un costo de $13.4 millones y se adquirió de la empresa M.L.M. bajo el contrato “equipo, instalación, entrenamiento y mantenimiento del equipo tecnológico y de seguridad”, que fue justificado como una compra para “necesidades de interés social y mejorar la calidad de vida de personas necesitadas”.
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