Panamá necesita salir a negociar con las organizaciones financieras internacionales para evitar que desaparezca el centro financiero internacional, atractivo de nuestra economía desde el siglo pasado
Adolfo Quintero Adelita Coriat.
Esto treará serias consecuencias en el dinamismo económico, la atracción de inversión extranjera y para el atractivo de Panamá ante el mundo. Hasta el momento, se percibe un pobre equipo negociador que sea capaz de bajar las presiones sobre el país y alcanzar acuerdos satisfactorios. Lo anterior, sin tomar en cuenta las futuras adecuaciones legales que se suman a estas exigencias internacionales como la penalización de la evasión fiscal, y otra más dura, obligar a que el sistema fiscal panameño, que es territorial, pase a un sistema universal.
Quintero explicó la situación de la economía que parece pisar freno ante la falta de políticas públicas, la situación regional, y el nerviosismo empresarial ante el próximo torneo electoral.
A pesar de cumplir con las exigencias de la OCDE, parece una tarea de nunca acabar. ¿Qué implica gravar los ingresos universales y si hay manera de negociarlo?
En primera instancia tener un sistema universal implica costos importantes para el país y no necesariamente resultados positivos. ¿Qué ventajas tiene el sistema panameño? Costos reducidos, ya tenemos un formulario que, en un momento dado, las personas naturales o comerciales tienen que cumplir. Me refiero al formulario 43 que es pago al tercero. Con ese sistema, cruzando la información nosotros no tenemos que penalizar absolutamente a nadie porque las personas se verían obligados a cumplir, y el que no cumple con la información cruzada lo detecta la Dirección General de Ingresos y puede exigir el pago correspondiente.
¿A dónde vamos a llegar con la inclusión del Panamá en nuevas listas grises?
Aunque Panamá cumpla vendrán nuevos elementos que nos van a exigir y al final, en perspectiva, obligarnos a un sistema no territorial en cuanto al tributo, sino universal. En pocas palabras están tratando que nosotros seamos los captadores de tributo de esas economía. Nos exigen solamente a nosotros. Para enfrentar esto hay que recurrir a la historia. Panamá logró sacar el enclave colonial en la zona del canal. Se le devolvió el Canal de Panamá a nuestro país. Cómo lo consiguió, dialogando. Salimos al extranjero a explicar qué era Panamá, sus problemas sociales y político, y en un momento dado el mundo se puso de nuestro lado y logramos recuperar la zona del Canal y la vía interoceánica. Esto hay que hacerlo con las acciones que esta realizando la OCDE con miras a que los países entiendan transparentemente qué es Panamá, su sistema tributario, su mecanismo de trata de colaborar con las economías y los fiscos de esos países y que en un momento determinado nos dejen trabajar como hasta ahora lo hemos hecho. Un alto porcentaje de transparencia y de buenas prácticas en cuanto a actividades comerciales y de negocios.
¿Por qué a nosotros sí y al resto no le exigen lo mismo?
El final de esto es tratar de destruir nuestro sistema financiero. Un elemento técnico es que Panamá no siendo un país productor y exportador de petróleo el 20% de los ingresos que percibe el gobierno central provienen directamente del Canal. Estamos hablando de la actividad básica del canal, y cuando un país tiene ese porcentaje proviniendo de una actividad específica, eso tiene un peso en no tratar de aumentar los impuestos porque hay otros ingresos no tributarios que contribuyen de manera importante a la economía y tienen sus efectos multiplicador.
No obstante, no se percibe una iniciativa para dialogar con los actores que están presionando el país...
Desde mi punto de vista no hay un equipo que salga a defender la situación de Panamá y sus aspectos económicos y fiscales. En el periodo del Canal, los que salieron a explicar la situación de Panamá eran personas de alto nivel, no solo académico, sino de experiencia y se logró convencer al mundo la causa de Panamá y nos apoyaron. Y ahora hay que hacer lo mismo.
¿Esos aliados quiénes pueden ser?
Esos aliados pueden ser la Cámara de Comercio, el Consejo Nacional de la Empresa Privada, en el movimiento obrero organizado y los sectores privados y públicos.
¿A nivel internacional?
El principal aliado que tiene nuestro país es Estados Unidos. De esta forma por lo menos ayudaría a fortalecer la posición de Panamá. Y vemos que además de los cambios que ha hecho nuestra economía, Panamá se ha diversificado para evitar una monoexportación o monoproducción. De esa diversificación tenemos un sistema financiero de los primeros países en acatar los cambios fiscales de Estados Unidos sin haberse aprobado la Ley 23, Panamá ya estaba haciendo los cambios. Eso indica que está siendo transparente. Hay que hacer ajustes, es verdad, pero tenemos que salir a dialogar para evitar la lucha injusta que nos tienen los países de la OCDE.
¿Estamos en una postura que nos permite negociar?
Es una necesidad del país explicar su situación fiscal, su transparencia, su necesidad de intercambiar información con los demás países y buscar aliados. La presión histórica en los últimos años ha sido que el sistema tributario panameño ha sido un tema muy débil que en un momento dado la tasa es baja mientras los demás países tienen una presión tributaria bastante alta. Pero qué sucede? Estados Unidos por ejemplo bajó las tasas impositivas y logró un crecimiento de la economía y la confianza de los inversionistas, pero a nosotros nos exigen algunos aspectos que a otros no les exigen.
¿Qué está pasando en la economía panameña?
En estos momentos, si analizamos el periodo presidencial de Juan Carlos Varela, observamos que la economía viene en procesos de zig zag, un año crecemos, el otro disminuimos. Este año esperamos un crecimiento sumamente bajo de 3.8%. Si vemos los últimos 20 años de la economía panameña, en dos momentos se ha dado esta situación: durante el periodo de la señora Mireya Moscoso y el periodo del señor Varela.
Este año se había proyectado la economía para un crecimiento de casi 6%, ¿qué ocurrió?
Los organismos internacionales y el propio Ministerio de Economía y Finanzas proyectaban para este año un crecimiento de 5.9%. ¿Qué esta sucediendo? Los organismos internacionales están corrigiendo este crecimiento y todavía no han terminado de corregir este crecimiento a la baja.
¿La corrección refiere a Panamá solamente o a la región?
Básicamente de Panamá y América Latina. En cuanto a Panamá recordemos que junto con República Dominicana son las economías que más crecen en América. Sin embargo, observamos el crecimiento que tiene Estados Unidos y en el caso de Panamá, sigue creciendo pero a tasas mucho menores que las pronosticadas.
¿Por qué la economía no se está portando como lo proyectado?
Sobre todo es la situación en el mercado interno donde estamos observando que las actividades que impulsan la economía, como son la construcción y el comercio al por menor, vienen disminuyendo independientemente de la huelga de los trabajadores que se registró en mayo pasado. En el mercado externo las actividades vinculadas con esos sectores están creciendo, incluyendo la Zona Libre de Colón. Pero los países de la OCDE y del GAFI están generando una presión en nuestro país y eso está conllevando al nerviosismo en cuanto a la inversión, no solamente nacional, sino extranjera.
¿La economía se encuentra así debido a la incapacidad del gobierno o porque se trata de un factor cíclico?
En el caso del periodo de gobierno del señor Juan Carlos Varela no es cíclico. Lo cíclico en nuestro país es un periodo de crecimiento de tres o cuatro años, luego un periodo de menor crecimiento por un periodo igual y posteriormente se cierra el ciclo. Ahora no, ahora es zig zag. Sube la economía, disminuye, sube, y para el 2018 vuelve y cae.
¿Se debe a la dirección desde el Ejecutivo?
Parte tiene que ver con las políticas públicas. Parte con la presión existente de los organismos internacionales que reitero, pone nerviosos a los inversionistas nacionales y los extranjeros. Por ejemplo, abrir una cuenta de banco en Panamá es bien problemático, en comparación con otras zonas como lo hace en 20 minutos.
¿Nos fuimos al extremo en el cumplimiento de estas adecuaciones internacionales en nuestro sistema financiero?
Todavía no nos hemos ido al extremo. El proyecto donde penaliza la evasión fiscal, más que nos hayan puesto en la lista gris en cuanto a las visas, está generando en perspectiva que la OCDE nos va a obligar a que el sistema fiscal panameño, que es territorial, pase a un sistema universal. Ahí si nuestra economía colapsa. Todos los elementos conllevan a eso.
¿Usted cree que exista alguna forma de redinamizar la economía de aquí a mayo?
Aquí estamos observando buena voluntad. En el año 2001 la economía crecía menos del 1%, prácticamente se estancaba. Hubo el acuerdo de los partidos políticos, de gobierno central con la Asamblea de Diputados. Se logró el acuerdo y se permitió el uso de $200 millones para reactivar la economía. Hoy lo estamos observando con la aprobación de la mal llamada dispensa fiscal de $300 millones, que no es tal. Es una reforma fiscal donde se aumentan los topes del déficit. Es buena voluntad porque no se están estancando los proyectos de gobierno que se requieren como política anticíclica para reactivar la economía. Esto no significa que la economía va a crecer, pero por lo menos vamos a estabilizar y que no siga cayendo.
¿Cuánto dinero debe el Gobierno a proveedores?
Tenemos que dividir en deuda flotante que debe de estar entre $600 y $700 millones. En los proyectos de infraestructura también se tiene deuda, y esa deuda ha obligado a la reforma fiscal para aumentar el déficit. Lo importante es que a pesar de aumentar la deuda, se va a estabilizar como política de acuerdo nacional, estabilizar la economía para que no siga decayendo.
¿Son suficientes esos $300 millones?
Se ha tratado de mediatizar que son $300 millones y no es así. El déficit actual es 1.5%, se está llevando a 2% de más o menos $1,200 a $1,300 millones de déficit que necesariamente va a tener que hacerse a través de préstamo. Y esos no son $300 millones. Eso fue lo que aprobó la Asamblea en tercer debate. Eso definitivamente va a ayudar al gobierno a estabilizar la situación fiscal actual y a su vez va a permitir que se pague a los proveedores, se cumplan las obras y la economía no siga cayendo como hasta ahora.
¿Qué debemos esperar con esta maniobra fiscal?
La economía va a tener una tasa de crecimiento entre 3.8%, máximo 4% en este año. Ese déficit que estamos aumentando va a permitir que no siga cayendo. Pero esto no implica que el otro año, un nuevo periodo fiscal esto siga disminuyendo. Estamos hablando para finalizar el 2018.
¿Cree usted que el próximo año electoral se mejore el crecimiento económico?
Esto va a depender del nuevo gobierno que escojamos. En referencia histórica, en un periodo electoral, los 6 primeros meses son periodos que nadie trata de invertir porque no sabe los resultados de las elecciones. En 2004, la economía estaba en un crecimiento de 2% o 3%, llegó el gobierno de Martín Torrijos y se dinamizó la economía a tasa de un 8%. Esta dinamización fue la consecuencia de las facilidades a los inversionistas nacionales y extranjeros. Se estableció nuevamente programas que pudieran impulsar las actividades económicas propias del país, y además, en la concertación Nacional en la que participan todas las fuerzas vivas del país, se acordó el ensanche del Canal que después fue a un referendum.
Sin embargo, al contrastar esta realidad con el presidente Varela, éste desestima la situación y pone como ejemplo compras de aviones millonarias y la fusión de esta empresa...
Ahora estamos viendo los resultados positivos de ese acuerdo. Estamos hablando del país, tenemos que ver los aspectos macroeconómicos no una empresa que son aspectos muy mirco. En un momento esa parte micro contribuye, pero no es la solución. Hay que ser estadista, donde todos los panameños nos veamos beneficiados de las políticas públicas.
La deuda pública supera los $24 mil millones, ¿le preocupa la cifra?
Si.
¿Por qué la inversión extranjera ha caído?
Las razones no son tanto nacionales sino internacionales. Estados Unidos aumentó la tasa de interés y las personas en vez de depositar en Panamá, lo hacen en ese país. En Panamá los depósitos no tienen ese rendimiento. El otro aspecto es que los inversionistas están viendo que estamos siendo presionados por la OCDE y si yo soy francés, no voy a estar en Panamá. Prefiero irme al Caribe o a Delaware para poner mis inversiones porque como Panamá está siendo presionada, les da miedo que en un momento les diga lo siento Francia aquí está este individuo, procésalo. Entonces para el inversionistas Panamá huele a peligro.
Si el país se está regularizando para atraer buenas inversiones, ¿por qué no llegan?
La presión es demasiado fuerte. Los bancos corresponsales ya no quieren muchos tratos con Panamá. Estamos perdiendo corresponsalías de bancos. Siendo panameña, si quieres abrir una cuenta en Europa se te hace muy difícil.
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