El representante para del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola habla sobre las políticas que deben adoptar los gobiernos para impulsar los cultivos y la importancia de mantener un diálogo con importadores
Arnold Hamerlees, del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (Fida), es un hombre práctico lleno de sabiduría. Visitó Panamá recientemente para formalizar la apertura de la oficina de Fida en el Istmo y brinda asesoría a los gobiernos de turno en cuanto a financiamiento y planificación agrícola. El organismo se especializa en el otorgamiento de préstamos a bajos intereses para el sector que en los últimos años ha sufrido un desequilibrío importante debido a la falta de planificación entre las importaciones y el tiempo de cosechas. Hamerlees atribuye parcialmente un aumento en la inseguridad alimentaria a la situación que atraviesa Venezuela, donde la población en promedio ha perdido el 15% de su peso. Recuerda la importancia de una correcta alimentación recordando las viejas y sabias frases de los abuelos: se puede comer de todo, pero con moderación.
Fida recién se instaló en Panamá, ¿qué planes hay para nuestro país?
En principio estamos analizando la situación del sector y qué pasa en términos de pobreza rural. También hemos hecho los primeros contactos con el Gobierno para explorar posibles financiamientos en conjunto con el gobierno. No hemos llegado aún a un nivel en el que sabemos lo que vamos a hacer, pero a corto plazo tendremos ideas más claras de lo que quiere el gobierno y cómo vamos a apoyarlos en eso.
Existe un banco de Desarrollo Agropecuario y otros bancos privados que se han interesado en préstamos para el sector agropecuario, ¿cómo compiten con ellos?
Yo creo que es un proceso porque queremos hacer buenas inversiones, no queremos que los recursos que provienen de los países nórdicos, Europa y otros países de Asia, se inviertan mal. Eso no puede usarse mal. Normalmente es un proceso largo, desde el inicio de la idea hasta la ejecución pueden pasar 8 meses aproximadamente. Una vez acordado el proyecto el desembolso es rápido, en muchos casos depende mucho del país mismo, que cumpla condiciones por ejemplo la firma, en otros casos, tratándose de un préstamo debe contar con la aprobación del parlamento.
¿Cómo se traduce este apoyo financiero?
Nosotros trabajamos a través de los gobiernos y hacemos préstamos muy baratos y donaciones para solucionar problemas específicos pero nos enfocamos en los más pobres que son las personas que tienen menos acceso a los beneficios del Estado. Es algo muy caro llegar a estas poblaciones por eso nosotros subsidiamos este acceso a servicios del Estado. Esto puede ser a través de pequeñas inversiones, asistencia técnicas, apoyar accesos a servicios financieros, pero la idea es que ellos generen un contexto para desarrollarse y tengan mejor futuro.
¿Cómo llegan estas personas a ustedes?
Normalmente es vía del Estado. Para nosotros es muy importante como organización no gubernamental, no tener relación directa con las personas sino como parte de un servicio del Estado que tiene más necesidades.
¿Cuánto ha sido el monto del préstamos que ha gestionado la FIDA?
En total , en el mundo, hemos prestado más de $20 mil millones. En este momento en Latinoamérica hemos colocado $500 millones de los cuales la mitad viene de Fida pero también trabajamos con otras entidades financieras. Estamos en este momento ayudando a 300 mil familias en Centro América.
¿Cómo eligen en dónde invertir?
Normalmente es un proceso técnico pero también en conjunto con el país que estamos trabajando. Ellos definen dónde están sus prioridades pero también hay un proceso técnico que lo define qué potenciales hay. Por ejemplo, cuando el cultivo del maíz no es viable económicamente no podemos estimular su producción, pero la idea es estimular oportunidades nuevas para la gente con más necesidad.
Una de las quejas de los agricultores panameños se basan en falta de tecnología, insumos, y las importaciones del mismo producto que ellos cosechan...
Es parte del proceso que apoyamos. Es un proceso de diálogo político. No puede ser que apoyemos a los productores de arroz y al mismo tiempo se importe de Brasil una gran cantidad a precios baratos. Esas son las políticas del Estado y nosotros las respetamos. Pero una vez decidido el proyecto, tomando en cuenta los efectos del cambio climático, debemos preparar los cultivos y mitigar este problema. En algunos países los cultivos tendrán que cambiarse. Por ejemplo, en Honduras, en algunos años, será muy difícil producir café por las altas temperaturas que impactarán ese país. Esos productores tendrán que buscar nuevos productos. Cosas similares van a pasar en Panamá y parte de preparar el sector agrícola es esto. En términos de innovación nosotros estamos conectados con los centros de investigación más grandes del mundo, por lo que se nos hace fácil traer esa tecnología al país y apoyar en la implementación.
Ustedes ayudan a los países a recuperar la autosuficiencia en cultivos que han perdido hectareaje, por ejemplo, ¿en Panamá el caso del arroz?
Es una decisión del país, hay un compromiso de los países en ser auto suficiente en esos cultivos que se deben desarrollar con los productores. Nosotros podemos mejorar la eficiencia de producción de arroz porque también debe ser económicamente auto sostenible, pero cuando hay este tipo de oportunidades se pueden implementar.
¿Cómo funciona su relación con los gobiernos?
En la mayoría de los países hay un contacto permanente con los gobiernos y se habla de oportunidades. En el momento en que hay una decisión política de avanzar podemos desarrollar cultivos o áreas y trabajar en conjunto.
¿Cómo definen la seguridad alimentaria?
Hay dos conceptos de eso. El de los economistas que miden seguridad alimentaria en términos de si de está seguro de que en el futuro hay suficiente comida. Pero también involucran en ese tema que los precios queden estables. En ese sentido hace unas semanas salió un informe de que la seguridad alimentaria del mundo ha mejorado, desde le punto de vista de los economistas. Pero hay un problema en el mundo muy serio: Creceremos de 7 billones de personas a 9 billones de personas en el mundo. Esas personas serán gente de clase media y ellos consumen productos como pollo, cerdo, carne. Para poder abastecer esta demanda se requiere el triple del área y no lo tenemos. Eso no lo vamos a tener. Cuando todos quieran comer, vamos a tener que buscar alternativas. Debe haber un balance de energía para poder alimentar a los animales. Pero también tenemos un problema de inseguridad alimentaria. Son personas que al día no puede comer tres comidas. para sobrevivir comen una o dos. Y esta ha aumentado, se calcula que es el 10% de Latinoamérica.
¿Este aumento se puede deber a las crisis de los gobiernos, Venezuela, por ejemplo?
Eso es un ejemplo clásico. Allá en los últimos 5 años, la población en promedio ha perdido aproximadamente un 15% de su peso, y eso es algo muy serio.
¿Cómo definen la situación en Venezuela?
La única solución a corto plazo es apoyo de emergencia como hacemos en África.
¿Es comparable a África?
Casi. Hay una crisis humanitaria. No es por nada que hay millones que quieran salir de ahí.
¿Qué otro país de la región tiene condiciones similares?
Haití, por su crisis política. no hay que olvidar que en Latinoamérica el desarrollo económico no ha sido muy inclusivo, y en Panamá no es la excepción. Tenemos un grupo del 20% que son realmente pobres, no tienen acceso a suficiente comida. Del otro lado tenemos a los ricos que tienen acceso a todo. Entonces nuestro desarrollo no ha sido tan inclusivo que digamos. Las diferencias son enormes en comparación con Europa. En mi país, Holanda, alguien que no tiene trabajo es miembro del club de tenis donde juega el director de una gran empresa, por ejemplo.
Panamá sufre de grandes problemas de desnutrición en las áreas comarcales, ¿qué aconsejan?
En nuestros programas solemos acompañar temas para asegurar la solución a este problema. Muchas veces tiene que ver con acceso a los alimentos por precio, pero también por distancia. Nosotros trabajamos junto a World Food Program (Programa Mundial de Alimentos) para asegurarnos de que los niños reciban sus alimentos y también trabajamos con programas de nutrición en las escuelas especialmente en este tipo de poblaciones. Pero es decisión del Estado, estos niños que en Latinoamérica sobrepasan los 5 millones, se están afectando para el resto de la vida por no contar con una alimentación adecuada en los primeros años de su vida. Pero del otro lado tenemos un nuevo problema en la región que es el sobre peso.
¿A qué atribuyen el sobre peso en la región?
Es un cambio de nutrición que se ve en todo el mundo. Antes la comida consistía mucho más en granos, frutas o en alimentos que no tenían los niveles de grasa que estamos comiendo. Nuestro cuerpo no está hecho para comer tanta grasa y tanta proteína, pero es un cambio que está pasando en todo el mundo. Nos preocupa mucho especialmente porque en el futuro causará un costo enorme en servicios de salud. Por tanto es algo que queremos prevenir. Inicia con concienciación, conocimiento, otras formas de preparar comida, no sobre procesar la comida, y tener algunas disciplinas de cómo se come a diario.
¿Una dieta?
No es una dieta, sino un estilo de vida. Cuando quieres bajar de peso la dieta ayuda, pero es mejor cambiar tus hábitos, tu estilo de vida, caminar más, solo comer 3 veces al día sin comer en los intermedios. Se puede comer de todo, pero espaciado, limitado en cantidades y buscar el balance. Luego nos damos cuenta que no comemos fibra, frutas, verduras frescas, esa es una rutina que tenemos que incorporar en nuestra vida.
Hay una fiebre de los productos orgánicos, ¿qué tanta diferencia hay con los productos tradicionales?
El producto orgánico se produce con un estándar, y se define como un producto auto sostenible, un sistema donde no usan muchos fertilizantes artificiales o insecticidas. Pero eso tiene un costo. Producir un tomate orgánico cuesta un 30% que los productos no orgánicos. Esto no implica que los productos no orgánicos son malos, especialmente cuando se tiene un buen sistema de control de calidad y de diferentes tipos de producción.
¿Qué tan buenos resultados han tenido los menús 'sanos' en las escuelas?
Por ejemplo, en Inglaterra y Holanda, donde se utiliza la escuela como punto de entrada han recibido resultados muy importantes para estas personas. Cuando tu puedes enseñar sobre una buena nutrición en las escuelas es un éxito. Hay países como Inglaterra donde en las escuelas se daba la peor comida que puedes imaginarte, pero por suerte eso está cambiando y se ven los resultados en los estudiantes que son adultos. También estamos muy cerca, a un colapso en Estados Unidos y Europa, del sistema de salud por los problemas de obesidad. En muchos países el costo de obesidad es mucho más alto que el costo de fumadores, casi que debemos de pensar en implementar un impuesto a los obesos para sufragar las enfermedades que requerirán tratamiento.
¿Quién es considerado como una persona obesa?
Más o menos alguien que tiene 15% más peso en base a su altura es una persona con sobre peso. Alguien que tiene más de 20% de su peso es una persona obesa.
¿Qué lectura le da usted a la población panameña como experto en el tema?
En Panamá hay una obesidad alta. Pero comparación del promedio en Latinoamérica, donde hay un 50% con sobre peso y 36% con obesidad y en Panamá hay un 20% de la población con obesidad, están mejor que otros países. Esto se debe en parte por la genética aunque las poblaciones indígenas tienen problemas con el sobre peso. También puede ser que aquí se respeta más la comida, no como en otros países donde la comida rápida es algo de todos los días. Pero hay que ver con cuidado esto, porque hemos visto que en Estados Unidos tomó 50 años a la población engordar, pero en Latinoamérica, en 10 años se igualó a Estados Unidos en este aspecto.
¿Qué tan efectivas son las políticas gubernamentales que han añadido impuestos a gaseosas y bebidas azucaradas?
No estoy seguro que ayuda a disminuir el consumo, pero por lo menos el gobierno va a tener un ingreso para poder atender los daños a la salud que causa el consumo de azúcar. Yo creo que cuando realmente queremos cambiar hay que empezar con educación, sensibilización desde muy joven de lo que significa comer sano y saber qué no es bueno para comer. Esto se implementa en los países nórdicos que han trabajado en esto por años y los niveles de sobre peso son mucho más bajos.
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