Panamá acredita a Zavarce representante de Juan Guaidó

Fabiola Zavarce presentó credenciales como embajadora de Venezuela en Panamá, unas horas antes la Cancillería informó al hasta entonces embajador de ese país que le retiraría las credenciales

El embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Panamá, Jorge Luis Durán Centeno, recibió en la mañana de ayer una llamada telefónica de un alto funcionario de la Cancillería panameña para informarle que le retirarían sus credenciales diplomáticas. Acompañado de este mensaje, el gobierno panameño no le impuso un término o plazo para que abandonase el país.

A medio día, en acto simbólico, el Istmo reconocerió a Fabiola Zavarce, designada por el auto proclamado presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, como la representante de ese Estado en Panamá.

Durán no se sorprendió por la noticia. Sabía que la posición de Panamá desde un principio se alineó con el Grupo de Lima, aunque al mismo tiempo, a menos que reciba una contra orden superior, no piensa moverse de Panamá donde ha sido el representante oficial del gobierno de Venezuela por 10 años y está más que instalado.

Pasada la una de la tarde, Zavarce agradeció al gobierno panameño por su reconocimiento. “Panamá es un país hermano de Venezuela, en esta lucha están comprometidos a alcanzar la libertad de Venezuela. Gracias al gobierno de Varela por ser protagonista en alcanzar la lucha por nuestra democracia”, exclamó la nueva delegada diplomática en las escalinatas del Palacio de las Garzas.

Zavarce, no obstante, no ocupará la oficina de Durán Centeno. Despachará desde un sitio distinto, una oficina temporal, aunque los más de 50 mil venezolanos que residen en Panamá tendrán que acudir a la embajada de Venezuela para tramitar sus pasaportes, cédulas vencidas, inscripciones y este tipo de documentación que seguirá a cargo del personal del Consulado nombrado por Nicolás Maduro, el régimen que Panamá no reconoce más.

El vicecanciller de la República, Luis Miguel Hincapié, justificó la acción porque el país no puede “quitar a los venezolanos residentes en Panamá la capacidad de realizar sus trámites consulares. Por eso es que se permitirá una operación netamente administrativa. De hecho, es el modelo que varios países en América Latina estamos adoptando”.

Un asunto diplomático más que confuso, inédito, como lo califican los propios diplomáticos, tomando en cuenta los protocolos que se emplean para la acreditación de un embajador en un tercer país. Tres elementos son los que rigen a un Estado: territorio, gobierno y población. Es así como la persona que represente al país debe representar estos tres aspectos.

En el caso que nos ocupa, se trata de una situación atípica, como la ha calificado una fuente de la Cancillería, quien mencionó que en todo caso Durán Centeno permanecería en Panamá como un ciudadano venezolano más.

Hasta el cierre de esta edición, el gobierno de Nicolás Maduro no había tomado una decisión sobre la movida diplomática de Panamá.

Durán Centeno dijo a La Estrella de Panamá que “es respetuoso de las decisiones que tome el gobierno panameño: “no nos involucramos en los temas que competen al Gobierno y mucho menos a las decisiones tomadas, somos respetuosos de la soberanía de los pueblos”.

Al ser cuestionado si abandonará el país, el hasta ayer embajador de Venezuela, informó que esperará “la decisión que tome el presidente de Panamá es única de él (en cuanto a si le solicita que abandone el país), y nosotros no vamos a contradecirla sino hablar en términos de reciprocidad”, avanzó.

A juzgar por las declaraciones de la fuente de Cancillería que ofreció a este medio, el gobierno de Juan Carlos Varela no pretende solicitar a Durán Centeno que abandone el país. Éste último dijo estar dispuesto a permanecer en Panamá en el peor escenario, “pero depende de la decisión que tome el gobierno de Panamá. Hasta ahora, estoy acá y no me puedo adelantar de ninguna presunción que tome el presidente Varela. En el peor escenario continuaré en Panamá”, dijo.

Durán Centeno tampoco quiso adelantar sobre el futuro del resto del personal consular o diplomático que se encuentra en Panamá. “Velaremos por el bien de la comunidad venezolana, atendenos a diario casi a 500 personas, hemos facilitado el servicio consular que hacen uso de él”, indicó.

FUERA DE PROTOCOLO
Sin embargo, la decisión del gobierno de Varela de reconocer a la representante de Guaidó es incomprensible para algunos diplomáticos.

Vladimir Franco, abogado y exdirector de Asuntos Jurídicos y Tratados del Ministerio de Relaciones Exteriores, reiteró que se trata de una situación atípica que rompe las reglas de la diplomacia: “por un lado dices no reconozco a este embajador (Durán Centeno) pero sigue funcionando el Consulado con el personal que nombró el gobierno de Nicolás Maduro). Es una acción política para crear una reacción, pero puede ocurrir que el gobierno de Maduro tome acciones drásticas y retire, y cierre, la embajada incluyendo funciones consulares”.

Franco responsabilizó al gobierno de Varela de las consecuencias de esta acción, “no puedes tener dos gobiernos diplomáticos y dos funciones”, añadió. Para Franco hay más preguntas que respuestas, la primera es, ¿quién es el Canciller de Juan Guaidó?, ¿cómo se presenta una acreditación de un funcionario que no ha sido canalizada por vías correspondientes?, por ejemplo.

La Cancillería defiende que este modelo ha funcionado en otros países de Latinoamérica que no reconocen a Maduro pero que a su vez, evitan afectar a la población venezolana que reside en esos países.

Eloy Alfaro, exembajador de Panamá en Washington, opinó que existe un divorcio con los criterios diplomáticos tradicionales para reconocimiento de Estados, entre los que se perfila que el gobierno que se reconoce esté en control efectivo del del Estado y “Guaidó no es está en control efectivo de ninguna de las dos cosas. Esto genera un conflicto con los criterios diplomáticos que se emplean para reconocer un gobierno”, indicó Alfaro.

Añadió que el gobierno de Varela “quiere pensar que se trata de una convicción democrática que rechaza a un gobierno que se ha convertido en abusador, represivo de los derechos humanos e instituciones democráticas y bienestar de su pueblo, lo cual hace a Panamá identificarse con estos conceptos, pero no puedo descartar que Panamá este actuando por presiones de otros Estados o países al tomar esta decisión”.

Alfaro no abandonó la idea de que el tema pueda tornarse complicado porque en la medida en que se profundicen las sanciones y afloren iniciativas para endurecer las presionescontra el régimen de Maduro, podrán surgir complicaciones para Panamá especialmente que pongan a prueba su tradicional neutralidad.

En tanto, el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (Frenadeso) que forma parte del colectivo Frente Amplio por la Democracia, repudió el hecho y criticó la acción como una subordinación del gobierno panameño a los intereses norteamericanos: “de esta forma el gobierno de Varela cede una vez más a las presiones y chantajes de los sectores más recalcitrantes de la ultra derecha venezolana, a los que también se le permite desarrollar actos políticos vedados por nuestras leyes a extranjeros”, señala el comunicado de Frenadeso.

Finaliza con un llamado al pueblo de no permitir que el territorio panameño se preste como plataforma para una intervención armada en Venezuela.

UN MODELO ADOPTADO POR OTROS PAÍSES: LA EXPERIENCIA EN PERÚ
El pasado 31 de enero, el presidente de Perú, Martín Vizcarra, recibió las cartas credenciales de Carlos Schull como representante diplomático del presidente encargado de Venezuela Juan Guaidó. Schull no tiene un despacho oficial para representar a su país pero dejó claro, al igual que la recién acreditada en Panamá Fabiola Zavarce, que impulsarán desde el extranjero el cese a la usurpación de Nicolás Maduro para lograr un gobierno de transición y llamar a elecciones libres y democráticas. Por ahora, Zavarce tenía programado hablar con la población de su país residente en Panamá el próximo miércoles y presentarle el ‘Plan país’, evento que ha sido reprogramado.

En Perú, Schull dijo no tener intención de ocupar la sede diplomática desde donde se continúan los trámites de los más de 600 mil venezolanos que residen en Perú. Una situación muy similar a la que se pretende copiar en Panamá, un diplomático que representa a Juan Guaidó, y un consulado bajo las normas de Nicolás Maduro para atender los trámites de los venezolanos residentes en esos países.

No hay comentarios

Publicar un comentario