Califican gestión de Varela de incapaz; gobierno saliente asegura que cumplió

Temas pendientes como la justicia, la Constituyente carente de planificación y políticas públicas, además de la crisis del sector agropecuario, son parte del análisis de algunos consultados sobre la administración Varela que hoy se despide del poder

Probablemente no exista un individuo más solo que el que se despide del poder. Juan Carlos Varela hoy es uno de ellos.

El balance de su administración, no obstante, se verá con luces más claras cuando tome posesión el gobierno entrante y se conozca en detalle el estado en que se encuentran las instituciones.

Con el mote de tortugón a cuestas, que le acompañó en todo su mandato, diferentes dirigentes consultados por La Estrella de Panamá, califican la administración de Varela como una deficiente y carente de planificación y políticas públicas. Este sinsabor genera que en estos tiempos pocos recuerden la visita del papa Francisco a Panamá en enero pasado.

En el campo de las finanzas del Estado, el ministro de Economía y Finanzas entrante, Héctor Alexander, advierte que existe un déficit financiero más hondo de lo revelado hasta ahora por el gobierno saliente. En las cifras presentadas, no aparecen como parte del déficit los pagos que no se hicieron a los proveedores.

“Gran parte de este problema se debe a la falta de planificación en el uso de los dineros públicos sin medir los costos-beneficios”, manifestó el economista Adolfo Quintero.

Desde el inicio de su gestión, que inició un día como hoy hace cinco años, Varela recibió severas críticas de sectores que sufrieron una de las peores crisis económicas por falta de planificación.

El sector agropecuario se enfrentó en varias ocasiones con la administración Varela por las desmedidas importaciones de productos justo en época de cosecha, lo que provocó la caída de la superficie de hectáreas sembradas en cebolla, papa, poroto, arroz, entre otros.

En el sector agropecuario se registraron una serie de protestas y cierres de vías en el interior de la República protagonizadas por los productores, hartos de solicitar un diálogo para trazar un plan de acción, que incluía el desmantelamiento de la Autoridad Panameña de Seguridad de Alimentos (Aupsa).

“No llenó las expectativas del sector agropecuario, hubo muy poco interés hacia el sector porque ignoró en muchas ocasiones nuestras solicitudes para reunirnos, incluso quedó pendiente una cita en diciembre 2019, y otra que pactó en persona con los productores en marzo pasado, pero que nunca cumplió”, manifestó el productor Aquiles Acevedo.

En el campo de la justicia la administración Varela evidenció serias distorsiones en el manejo de las investigaciones efectuadas por el Ministerio Público, y las desviaciones en las funciones del Consejo de Seguridad. Empleó una justicia paralela en contra de sus adversarios y para ella se sirvió del aparato judicial y de su abogado personal, a quien contrató como consultor penal para armar expedientes puntuales, que poco a poco han sido desestimados en los juzgados.

Se denunció el club “de la Taquilla” conformado por abogados de confianza, allegados políticos y personal judicial, que comerciaban con la justicia. En la Procuraduría primaron investigaciones selectiva que utilizó todo tipo de excusas para evitar alcanzar a allegados de su gobierno, como en el caso Odebrecht.

La justicia no ha sido el norte de Varela, asevera Alfonso Fraguela, presidente del Colegio Nacional de Abogados.

“Prueba de ello es que buscó que la Asamblea le aprobara el nombramiento de una de sus fiscales en la Corte Suprema de Justicia (CSJ), y al no lograr el respaldo sintió un rechazo de la ciudadanía”. Aún dos magistrados de la CSJ esperan relevo desde hace un año y medio.

Las quejas sobre una carente estrategia de comunicación entre la Presidencia, los medios de comunicación y los círculos empresariales permaneció a lo largo de su gobierno a pesar de que la administración Varela estaba consciente de ello.

El presidente saliente insistió en que hizo un gobierno de paz, sin muertos por revueltas sociales. Pero también gerenció con poco interés de impulsar reformas estructurales urgentes en las instituciones de salud, educación, seguridad y justicia.

“La gestión de Varela pareciese un gobierno que no fue de represión, pero la utilizó en varios momentos en áreas de gran foco social de exigencia de derechos sociales, en las comarcas, acceso de agua, el agropecuario”, insistió Yadira Pino, dirigente de la Asociación de Educadores de Veraguas.

Pino denunció que el gobierno empleó la estrategia del diálogo para “dilatar la situación sin dar respuestas a problemas en distintos sectores”. En educación enumeró una serie de tropiezos como “la demora en el pago a educadores de difícil acceso; la deserción escolar en aumento; infraestructuras que no cuentan con el sostenimiento para su mantenimiento”.

“Los proyectos que pudieron ser utilizados como estandartes de su gobierno se convirtieron en negocios, como el Panamá Bilingüe”, añadió la dirigente.

Transcurrieron cinco años sin cumplir una de sus promesas de campaña, la constituyente, un engaño para miles de electores que creyeron en su palabra y lo demostraron con su voto en 2014. Lo más cercano que estuvo de este paso ocurrió en la recta final de su gobierno. En mayo de 2018 encomendó al ministro de la Presidencia, Álvaro Alemán, reunir a todos los sectores y explorar la posibilidad de una Asamblea Constituyente Paralela, cuyos constituyentes serían elegidos en las elecciones generales de mayo 2019.

El tardío anuncio generó más rechazo que simpatía en la opinión pública que esperaba la acción como una de las prioridades de la administración Varela. Finalmente, a pesar del periplo de Alemán, nunca se concretó nada y las reformas a la Constitución se empujaron al gobierno que hoy asume el poder.

Fue incapaz de revisar el control de precios de ciertos productos de la canasta básica que debía regir por seis meses, pero culminó el gobierno sin que levantara la medida. Tampoco fue capaz de demostrar científicamente que el bolsillo del panameño ahorró mensualmente 58 dólares.

En materia de seguridad la administración Varela logró reducir los índices de homicidio a una de las tasas más bajas en los últimos 10 años (9.7% por cada cien mil habitantes), Pero esto no se debió al programa Barrios Seguros, como lo atribuye el Ministerio de Seguridad, en el que participaron 5,440 jóvenes. El informe de la Estrategia Internacional de Control de Narcóticos 2018, elaborado por el Departamento de Estado de Estados Unidos, lo atribuye a la adopción del modelo de intelligence-led policing o vigilancia guiada por la inteligencia.

El Ministerio de Vivienda gestionó 105 mil soluciones habitacionales a nivel nacional que se encuentran contratadas y en ejecución. De estas, se entregaron 56 mil. Los tres con mayor impacto social son: Altos de Los Lagos en la provincia de Colón, Ciudad Esperanza en Panamá Oeste y Urbanización San Antonio en Veraguas.

VARELA INICIÓ RELACIONES DIPLOMÁTICAS CON CHINA: ANUNCIO INESPERADO
En junio de 2017 el mandatario Juan Carlos Varela sorprendió a su aliado estadounidense tras el anuncio del inicio de relaciones diplomáticas con el gigante de Asia, la República Popular China. Desde entonces se notó una vorágine en la firma de acuerdos bilaterales comerciales y culturales. La apertura de la vía diplomática con el gigante asiático motivó una visita del máximo líder comunista Xi Jinping a Panamá, antecedida por la del secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo, quien advertía al Istmo mantener los ojos bien abiertos sobre los riesgos de las inversiones de China en Panamá. La publicación del estudio de factibilidad de un tren Panamá-David quedó en el tintero, un proyecto que supera los mil millones.

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