El juicio contra el expresidente Ricardo Martinelli se retomó este lunes con el contra interrogatorio de la defensa al testigo protegido de la Fiscalía.
Después de que el Tribunal de Apelaciones confirmara al exgobernante el arresto domiciliario que otorgó el Tribunal de Juicio en primera instancia, Martinelli se presentó puntual a la audiencia programada para las 9 a.m., escoltado por agentes del Servicio de Protección Institucional. Lucía un rostro sin barba, pantalón mezclilla y una camiseta que cubría con un abrigo liviano.
Por la mañana, la defensa centró sus preguntas en aspectos técnicos que buscaban desacreditar la credibilidad del testigo, o la autenticidad de las evidencias presentadas en la sala de audiencia durante toda la semana pasada.
Sidney Sittón, abogado de la defensa, efectuó preguntas muy puntuales al protegido. Por ejemplo, estaba interesado en conocer si el declarante conocía el número de serie del disco compacto en el que grabó el material que extrajo de su correo [email protected]; cómo operaba el sistema Pegasus; si el formato PDF en el que guardaba los archivos se podía modificar; la forma en que se creaban los correos falsos y su propósito; las características de marca y memoria del computador que usaba en el Consejo de Seguridad; las modificaciones que hacía a los títulos de los correos cuando guardaba la información, si la editaba, o la copiaba íntegra.
A muchas de estas preguntas el declarante respondió que no recordaba, o que desconocía. Por lo general estas respuestas correspondían a las características de los equipos que le pertenecían cuando laboró en el Consejo de Seguridad y efectuó las interceptaciones.
A las otras interrogantes, como la titulación de varios correos, explicó que los identificaba con la fecha y el sujeto al cual iban dirigidos los mismos.
El abogado Sidney Sittón, encargado del contra interrogatorio se mostró muy satisfecho con los resultados que obtuvo.
"Tenemos a un testigo protegido que no conoce las particularidades básicas de los sistemas informáticos. Recordemos que el interrogatorio busca deshabilitar al testigo en cuanto a su credibilidad frente al Tribunal o frente a su testimonio. Hemos logrado las dos cosas. Esta tarde debe culminar el contra al testigo protegido", dijo Sittón al salir de la audiencia.
Adelantó que en horas de la tarde aflorará 'algo' que el testigo y la fiscalía han ocultado a lo largo del juicio.
Aunado a esto, el defensor atacó el hecho de que el testigo protegido, siendo un cabo de la Policía Nacional, ostenta un cargo designado para oficiales de alto rango en representación del país ante la Junta Interamericana de Defensa de la Organización de Estados Americanos (OEA), designado por el mandatario Juan Carlos Varela en agosto de 2014, unos días después de haber rendido tres declaraciones ante la Fiscalía Auxiliar haciéndose pasar por un tercero que conocía sobre las interceptaciones sin una orden judicial en el Consejo de Seguridad entre 2012-2014.
Aunado a lo anterior, para el abogado, la ausencia de ejercicios técnicos practicados a las pruebas por el Instituto de Medicina Legal confirma que no se puede hablar de los mismos datos que el testigo obtuvo de un sistema. Lo anterior porque el protegido indicó que no llevó su laptop a Medicina Legal para que verificara el aparato en donde grabó cientos de correos electrónicos de las víctimas y las volcó en un disco compacto.
No obstante, para la Fiscalía hay algo importante y contundente: la defensa no ha desacreditado los hechos jurídicamente relevantes. El fiscal Aurelio Vásquez espera ver a una defensa que haga que su testigo diga que nunca se intervinieron los teléfonos y correos de las víctimas, y para el fiscal, eso no ocurrirá. Es más, asevera que cuando las víctimas pasen al estrado a reconocer la información que se extrajo de sus correos y teléfonos, jamás podrán contravenir su testimonio.
"Yo creo que esto es un juego de palabras, él dice que vuelca el correo y modifica el asunto del correo pero mantiene el contenido de la información. De hecho eso para nosotros no es problema porque cuando vengan las víctimas y se le muestre el correo, les corresponderá a ellos decir si se modificó o no el contenido. De hecho ya lo han hecho", manifestó Vásquez al salir de la audiencia.
El fiscal añadió que la valoración sobre la desacreditación del testigo corresponde al Tribunal. "El testigo no maneja el cúmulo de información que le defensa ha requerido que le responda, hay cosas que se le escapan. Lo medular es que los correos no se han desvirtuado en su contenido, van a venir las víctimas que tenían derecho a reclama", dijo Vásquez.
DATOS CURIOSOS PARA QUIENES CREEN QUE LOS PINCHAN
La explicación del testigo protegido sobre los aspectos técnicos que obstaculizaban la operatividad del sistema refieren a que cuando la persona cambiaba de celular, o salía de viaje, o actualizaba la versión de su móvil, debían infectarlo nuevamente. Otra cosa que reveló es que no se hicieron interceptaciones a blancos fuera del territorio panameño, y que la forma más común para lograr dominio sobre el teléfono era a través de una llamada que se hacía con el prefijo 507, sin que el usuario pudiera percatarse de que había sido infectado. Una segunda forma era enviar un mensaje de texto con un link, de un número que desconocía el usuario, pero ésta no era tan efectiva porque creaba desconfianza.
Si alguien pensaba que al borrar la información que ha sido enviada, o que ha recibido en su móvil era una forma efectiva para evitar que sea percibida por los pinchadores, se equivoca. El sistema Pegasus era capaz de recoger todos los textos que supuestamente alguien borraba, incluso los de dispositivos Black berry que en su momento se decía que eran seguros para chatear. Esto se pudo evidenciar en una conversación en la que una de las allegadas a una víctima, le escribía en el celular después de enviar información sensitiva: lee y borra, borra. Todo esto con el afán de que la conversación no trascendiera a terceras personas. Sin embargo, en el juicio fue divulgada la fallida estrategia.
El testigo también dijo que a pesar de que el sistema permitía interceptar a 150 objetivos en forma simultánea, el grupo cerrado de 3 funcionarios del Consejo que efectuaba esta tarea copaba la mitad.
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