La mañana de este lunes, la sesión del juicio contra el expresidente Ricardo Martinelli por el caso pinchazos estuvo encendida. Todo empezó cuando el testigo protegido de la Fiscalía, excolaborador del Consejo de Seguridad e integrante del grupo de tres personas encargadas de los pinchazos, hizo mención de un correo electrónico del mes de agosto de 2013. No obstante, en medio de la narración el fiscal Ricaurte González, quien lideraba el interrogatorio por parte del Ministerio Público, le preguntó si conocía a Martinelli, a lo que éste respondió en forma afirmativa. Enseguida, el testigo protegido describió que en el año 2011 había llevado a la Presidencia, a solicitud del exgobernante, dos discos compactos que guardaban información de unas computadoras del Partido Panameñista ubicadas en la Asamblea Nacional. Para la obtención de esta información, según el declarante, un diputado de dicha bancada le dio acceso a los equipos.
El testigo de la fiscalía, vestido con saco y corbata, una constante desde que se despojó del atuendo que ocultaba su identidad, sentado a cuatro metros de distancia del acusado, desvió la mirada de la pantalla de donde leía la información, se volteó, miró a Martinelli y le dijo: Tú me conoces.
De inmediato el acusado intervino en voz alta: "tu eres un atrevido y mentiroso", mientras hacía señas con la mano en forma de negación.
El testigo añadió que Martinelli se había quedado con ambos discos compactos.
A continuación el juez Roberto Tejeira, presidente del Tribunal, llamó al orden en la sala.
El testigo protegido afirmó que esa fue la única vez que vio al Presidente. Tras haber identificado al acusado, la Fiscalía no ahondó en el interrogatorio para intentar conocer la forma o circunstancia en que supuestamente ambos se conocieron. Tampoco preguntó si hubo alguna instrucción directa del entonces mandatario al declarante mientras éste laboró en la sección de servicios especiales en el Consejo de Seguridad, oficina ubicada en el último piso del edificio 150 de la mencionada entidad de inteligencia.
El señalamiento del testigo protegido, se efectúa a un día de que Martinelli cumpla un año de estar detenido preventivamente en el centro penitenciario El Renacer. El martes los abogados de Martinelli solicitarán su excarcelación en base al artículo 12 del Código Procesal Penal que establece como tiempo límite de la detención preventiva un año.
No obstante, hay dos asuntos importantes a resaltar. La supuesta información a la que hizo referencia el testigo protegido acerca del material que entregó a Martinelli, se obtuvo con el sistema italiano Da Vinci, capaz de infectar correos electrónicos y algunos dispositivos móviles. Este sistema no es objeto de la investigación contra el exgobernante, así como tampoco el año en que entregó el material, 2011. Las acusaciones contra el expresidente abarcan de marzo de 2012 a mayo 2014.
Para la defensa de Martinelli la Fiscalía emplea esta estrategia para intentar vincular a su cliente a la investigación con hechos que no forman parte de la misma, 'y eso es grave'. Carlos Carrillo, abogado de la defensa, asegura que la Fiscalía no tiene nada sólido que vincule a su cliente y por eso utilizan este tipo de tácticas. "El vínculo está fuera de contexto, es improcedente, traen pruebas de otra cosa, la defensa no ha podido contradecir. Han traído a un policía como testigo protegido, eso es muy riesgoso de establecer, además de estar encapuchado, declarar como testigo protegido. Si estas pagado por el Consejo de Seguridad, ¿vas a hacer lo que te ordenen, o qué?", se preguntó el abogado.
Al salir de la sesión, el fiscal Aurelio Vásquez reconoció a los medios de comunicación que la información proporcionada por su testigo no abarca los tiempos de la investigación contra Martinelli. No obstante, "con eso se potencia igualmente que no era desconocido para el autor de la conducta que esta siendo acusado. No era desconocido lo que hacían estas tres personas en el Consejo, uno de ellos rinde declaración en este momento y dos se encuentran prófugos", dijo Vásquez.
Al mismo tiempo, tendió un puente con los dos exfuncionarios del Consejo que formaban parte del grupo de tres personas que laboraban en el Consejo de Seguridad junto al testigo protegido, para que se acerquen a las autoridades y hagan un arreglo por los cargos que se le imputan. Se trata de Rony Rodríguez y William Pittí, prófugos, que deben comparecer a favor del expresidente cuando sea el turno a la defensa de presentar sus pruebas. Mientras que el tercer exfuncionario no enfrenta cargos por la misma conducta, es el testigo de la fiscalía.
El detalle es que sobre los prófugos pesa una orden de aprehensión dictada por un juez por no comparecer al juicio en su contra que se libró en el Tribunal XVI. Proceso en el que se condenó a dos exsecretarios del Consejo de Seguridad, y que ahora mismo se encuentra en apelación la sentencia emitida por el juzgado de circuito.
"Los invitamos a que se acerquen a las autoridades para hacer un arreglo. Hay bondades dentro del procedimiento acusatorio y mixto en donde pueden hacer un arreglo", expresó el fiscal.
El resto de la mañana transcurrió con la lectura de los elementos del mes de agosto, septiembre y octubre de 2013.
De agosto, la fiscalía seleccionó 20 de los 24 elementos para leer en la sesión. En estos correos aparecían comunicaciones extraídas del correo de Mitchell Doens, víctima y querellante, miembro del Partido Revolucionario Democrático (PRD). Se abrió una comunicación con José Stoute y otros copartidarios sobre distintos asuntos políticos relacionados a la campaña presidencial de Juan Carlos Navarro, candidato del mencionado colectivo.
También se leyó un mensaje de la víctima, doctor Mauro Zúñiga, a un colega cuyo contenido se centraba en la bacteria KPC hallada en el complejo de la Caja de Seguro Social y su posible esparcimiento en caso de que el director decidiera trasladar a los enfermos a otro centro de salud.
De septiembre, el testigo protegido solo guardó un correo, el número 24092013 que trataba sobre una notificación que envió él mismo al proveedor del sistema Pegasus para solicitar información sobre un mensaje de texto recibido en su celular en el que aparecía un link de Internet similar al que se emplea para infectar los teléfonos de las víctimas con el sistema Pegasus. El proveedor, en boca de Martín Berenstein de la empresa NSO Group, le respondió que se trataba de un típico mensaje empleado para estos procedimientos, pero no logró identificar de dónde provenía o el número de teléfono del extranjero que aparecía.
De octubre no hay elementos guardados, por lo que el juez Roberto Tejeira decretó un receso para el almuerzo y en la tarde analizar los correos de noviembre de 2013 en adelante.
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