El exmagistrado del Tribunal Electoral, Erasmo Pinilla, cree que sus diferencias con el expresidente Ricardo Martinelli ocurrieron cuando intercambió un correo con el entonces secretario del Partido Revolucionario Democrático (PRD) Michell Doens.
El cruce de conversaciones se dio en el año 2012, cuando el colectivo buscaba un sitio para celebrar su noveno congreso. El problema era que no encontraban un sitio adecuado para reunir a sus miembros. Habían intentado que se llevara a cabo en el gimnasio Roberto Durán, pero al no lograr concretar esta posibilidad, Doens recurrió al magistrado Pinilla para que se lograra habilitar otro sitio.
A los pocos días de haber intercambiado correos con el dirigente del PRD, durante una reunión que se efectuó en la Presidencia, el expresidente le reclamó a Pinilla: "Así que tu te comunicas con Michell Doens. ¿Qué tienes tú que comunicarte con Doens?".
El reproche le llamó la atención a Pinilla, quien reveló que de vez en cuando el presidente Martinelli lo invitaba a él y a sus colegas, los magistrados Eduardo Valdés y Heriberto Araúz, a departir en el Palacio de las Garzas. En dichas reuniones informales solían tomar algunos tragos, y en esa ocasión, como lo subrayó Pinilla: muy buen vino. El reproche de Martinelli, según contó Pinilla, ocurrió antes de los tragos.
Ante el reclamo, Pinilla dice que respondió al presidente de turno, que al igual que se comunicaba con él y otros presidentes de partidos políticos, lo hizo con Doens. El magistrado relacionó las palabras del presidente con el 'rechinchap' o dossier que Martinelli había manifestado tener de mucha gente. Palabras que vertió en 'varias entrevistas' , según Pinilla.
Esta comunicación fue interceptada por el Consejo de Seguridad, según la investigación de la Fiscalía Contra el Crimen Organizado, que acusa a Martinelli de haber ordenado la interceptación de comunicaciones de cientos de blancos. En la sesión de juicio contra el expresidente Ricardo Martinelli que se efectuó este martes, Pinilla acudió al Tribunal a reconocer dicho correo y ofrecer su testimonio como víctima.
Sereno, pero seguro de sí mismo, vestido con saco color claro, el exmagistrado narró al Tribunal el episodio cuando se enteró que su correo había sido intervenido. Vale la pena recordar que Doens fue uno de los blancos que más tiempo estuvo en el radar del Consejo de Seguridad debido a su férrea oposición al gobierno de Martinelli, y en previas sesiones, Doens también se refirió al correo que intercambió con Pinilla.
Cuando Pinilla se enteró de su correo, a invitación telefónica del fiscal auxiliar de turno, el magistrado acudió a esa entidad a reconocer la comunicación. Al llegar, notó que el remitente era otro: 'bradpit', como casi todos los testigos recuerdan el correo [email protected]. Lo que le presentaron en la Fiscalía Auxiliar era una especie de resumen de la conversación que había sostenido con Doens, por lo que Pinilla se comprometió con el fiscal a buscar los correos que eran motivo de investigación. Para ello, tuvo que recurrir a los servidores del Tribunal Electoral, ya que se trataba de una comunicación efectuada con su correo institucional, y luego los proporcionó. No obstante, la totalidad de estas conversaciones no forman parte de la carga de evidencias de la fiscalía, solo una de ellas.
A continuación relató, a pregunta del fiscal Ricaurte González a cargo del interrogatorio de la fiscalía, que se siente "profundamente decepcionado de que una persona que ocupó la máxima magistratura del país, haya intervenido ilegalmente las comunicaciones de cientos" de teléfonos provocando un daño irreversible.
Para la defensa, por primera vez se encuentra con un fiscal que invita por teléfono a un magistrado a rendir declaraciones o a poner una denuncia ante la Fiscalía. "Solo con leer la denuncia o la declaración de Pinilla, se establece que a él lo llevaron a ver una interpretación de correos", indicó el abogado defensor Roniel Ortíz.
El defensor reiteró que no existe en ningún lado de los 7 cuadernillos, que guardan el caudal de las interceptaciones, alguien que identifique a su cliente como autor de los pinchazos. "Él ha manifestado que le dijo al fiscal que en los servidores del Tribunal Electoral estaba la supuesta información que guardaba relación con el documento interpretado que le presentaron. Lo que el fiscal debió haber hecho era una inspección ocular invitando a las partes. Pero en cambio, mandó al señor (magistrado) sin juez de garantías, sin fiscal y sin la defensa, a hacer una diligencia judicial. Esto es inaudito, pero como estaban tan confiados en las instrucciones y en el respaldo que les daba el presidente Juan Carlos Varela y Rolando López, secretario del Consejo de Seguridad, hicieron lo que les daba la gana", acotó el defensor.
Durante el contra interrogatorio a Pinilla, el abogado Sidney Sittón insistió en los detalles sobre la reunión que sostuvo el exmagistrado con su cliente en la Presidencia, a lo que él precisó que departían no como amigos, sino como personas que se relacionan entre sí. También dijo que supone que la información que maneja en su correo, por ser institucional, es pública.
Pinilla indicó que no presentó una denuncia al momento de sospechar que Martinelli intervino su comunicación con Doens. Se mostró incómodo con el cuestionario cerrado que efectuaba la defensa, esto suele ocurrir con la mayoría de los testigos que buscan aportar más datos a la pregunta a la que solo pueden responder sí o no.
Por primera vez, desde que inició el juicio en marzo pasado, se evacuaron tres testigos en un día. Antes de Pinilla, el Tribunal escuchó el testimonio de un exfuncionario del Consejo de Seguridad, Elvis Moreno, quien estuvo presente durante la capacitación que recibieron algunos funcionarios para manejar el equipo adquirido a la empresa israelí M.L.M Protection, en 2011, a pesar de que la investigación contra Martinelli comprende del 2012-2014.
Moreno también servía como traductor de inglés a español a las capacitaciones que efectuaba el israelí de nombre Mike por espacio de un mes, en la entidad de seguridad. Añadió que el equipo solo se empleó por unos meses y en diciembre de 2011 dejó de funcionar.
Este testigo no participó como parte del grupo cerrado que se ubicó en la planta alta del edificio 150 del Consejo de Seguridad donde supuestamente se interceptaron las comunicaciones de las víctimas, así que no ofreció mayores detalles al respecto. Lo que recordó fue que en algún momento pudo ver a los tres integrantes rondar por el edificio.
Después explicó que el jefe de inteligencia del Consejo. Rony Rodríguez, alias Didier, lo contrató y formó parte de la oficina de inteligencia. No obstante, cuando el Consejo de Seguridad decidió no renovar la licencia del equipo que servía para interceptar correos electrónicos, fue trasladado a la sala de adquisiciones como se le conoce a la sala de escuchas. En este departamento hacía intervenciones autorizadas con una orden judicial. Manifestó en reiteradas ocasiones que nunca vio o escuchó a Martinelli dar ordenes de intervenir teléfonos, dar seguimientos, extraer equipo del Consejo, en forma ilegal.
Elvis Moreno dijo que fue despedido de la entidad en 2016 por diferencias, que se convirtieron en disgusto, con un allegado a Jacinto Gómez, entonces subsecretario del Consejo de Seguridad. El jefe alegó que había desconfianza en su persona y lo cesaron de labores.
Este testigo rindió una declaración en septiembre de 2015 en el despacho del magistrado de la Corte Suprema de Justicia Harry Díaz, quien actuó como fiscal del caso mientras el expresidente ostentaba el cargo de diputado del Parlamento Centroamericano,
Por la mañana compareció Julio Palacios, exfuncionario del Consejo de Seguridad, que dijo sentirse denigrado por la forma en que fue tratado por Jacinto Gómez.
Palacios encontró en el Tribunal un sitio seguro para revelar lo que guardó por más de 4 años: "lo que me hicieron no tiene nombre. No me van a presionar a hablar, lo que me hicieron fue tratarme de quebrar", se desahogó quien laboraba como analista en la Dirección de Inteligencia del Consejo de Seguridad entre julio de 2010 y mayo de 2015.
El testigo de la fiscalía respondía a las preguntas del Fiscal Aurelio Vásquez, quien indagaba acerca de las actividades que se desarrollaban en la entidad de seguridad durante los años 2012-2014. Entre sus declaraciones, Palacios narró el episodio cuando el presidente Juan Carlos Varela se acercó al Consejo de Seguridad en julio de 2014, y junto a Rolando López si director, y Jacinto Gómez mano derecha de López y después nombrado subdirector de la entidad, interrogaron por aproximadamente media hora a un grupo de funcionarios con el afán de conocer qué había ocurrido en el edificio 150 durante los años previos.
Cuando tocó su turno de entrevistarse con Varela, Gómez y López fue el presidente quien lideró las preguntas, el resto se mantenía en silencio. Entre ellas el interés reiterativo de saber qué había pasado en el edificio 150 durante la administración pasada.
Como Palacios dijo que no le constaba nada porque él no había participado del grupo cerrado de escuchas, se le amenazó que lo someterían a un polígrafo. Luego, por órdenes de Jacinto Gómez fue enviado de vacaciones por 100 días. A su regreso estuvo 60 días encargado de la garita del Consejo de Seguridad revisando los autos que entran y salen de la entidad.
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