El testigo del Ministerio Público respondió: "no recuerdo", a docenas de preguntas de la defensa que intentaba demostrar contradicciones en sus declaraciones previas
La defensa del expresidente Ricardo Martinelli solicitará la libertad para su cliente en horas de la tarde, al retomar el juicio por el caso pinchazos. Los abogados se apoyarán en la norma que expresa que el límite para la detención preventiva es de un año y el exgobernante ya lo ha cumplido, pero la estrategia de la defensa en continuar con el contra interrogatorio al testigo protegido obedece a resaltar las contradicciones o inconsistencias en su testimonio.
En esta etapa del contra interrogatorio la defensa busca probar que el testigo mintió o miente aún, y que hay muchas incongruencias en sus declaraciones.
Además, trata de demostrar al Tribunal que el testigo fue recompensado por sus declaraciones efectuadas ante la Fiscalía Auxiliar los días 29 de julio, 1 y 6 de agosto de 2014, con un nombramiento diplomático como agregado policial ante la Organización de Estados Americanos (OEA), cargo que se oficializó pocos días después de haber rendido declaración sobre los pinchazos ocurridos en el Consejo de Seguridad entre los años 2012-2014.
En esta última entidad, el testigo laboró como parte de un grupo especial de tres funcionarios cuyo objetivo era espiar la vida de más de 150 blancos.
En repetidas veces el testigo del Ministerio Público manifestó no recordar detalles básicos sobre ciertas preguntas a cargo de la defensa. Por ejemplo, el nombre de un hotel en el que se hospedó en la ciudad de Panamá cuando su presencia fue requerida en la ciudad por el Consejo de Seguridad para ser cuestionado por los supuestos pinchazos; el tiempo que permaneció ahí, cuánto le costó, etc.
La intención de la defensa con estos cuestionamientos es dejar en entre dicho su buena disposición al haber denunciado en forma voluntaria los hechos en el Consejo de Seguridad. En cambio, que fue motivado por el expresidente Juan Carlos Varela para involucrar a su enemigo político, Martinelli, como autor de los pinchazos.
Para la defensa, parte del pacto efectuado entre el testigo y el gobierno, fue su nombramiento en Washington, Estados Unidos, donde mensualmente recibe un salario mensual de $7 mil además de su sueldo como sargento II por haber solicitado una licencia en la Policía Nacional.
Para la fiscalía lo anterior no empaña la calidad la declaración del testigo protegido. "El efecto probatorio del testigo se circunscribe en progar el hecho, pues no he escuchado decir a la defensa si la documentación que reconoció es falsa. Es cierto todo, no hubo una autorización para conocer la vida de blancos y los hechos que trata de probar la fiscalía se enmarcan en un periodo de tiempo", indicó el fiscal Aurelio Vásquez.
Lo curioso es que el beneficiado no recuerda quién firmó su nombramiento o quién le comunicó directamente que sería trasladado a Estados Unidos con una licencia con sueldo de $1,324 mensuales.
Lo que sí recordó es que luego de haber efectuado su declaración ante la fiscalía, el Consejo de Seguridad y la Policía Nacional, le asignaron un cargo en el extranjero. Unos segundos antes, el testigo había dicho a los jueces que no comunicó a sus superiores en la Policía y el Consejo de Seguridad sobre la denuncia que interpuso en la Fiscalía.
A preguntas del abogado defensor, el testigo admitió que antes de trasladarse a la ciudad de Panamá no tenía planeado viajar a Washington, Estados Unidos.
Luego la defensa intentó, sin éxito, presentar la declaración jurada que hizo en forma voluntaria el testigo protegido en Washington, D.C. el 23 de enero de 2017.
Esta es la única declaración escrita del protegido en la que incrimina al expresidente Martinelli como autor intelectual de los pinchazos. No obstante manifestó que esa declaración la efectuó a petición del Departamento de Estado de Estados Unidos que realizó a través de un bufete de abogados norteamericanos del cual no recuerda el nombre ni las personas que lo atendieron.
En las anteriores declaraciones que rindió durante el mes de agosto de 2014, el testigo protegido narró a la Fiscalía la metodología empleada en el Consejo para interceptar los teléfonos y correos de las víctimas. Es decir, las plataformas que se utilizaron para los pinchazos como el sistema adquirido a la empresa M.L.M, y el Pegasus, y los blancos de los que se conoció la vida entera. Sin embargo, no explicó quiénes conocían sobre los hechos o quién había ordenado esto. La defensa tiene la convicción de que esta declaración fue a petición del fiscal que llevaba el caso en la Corte Suprema de Justicia y no por voluntad propia como hace saber el testigo protegido. Declaración que hizo como persona natural y no en calidad de testigo protegido. Para la defensa salta a la luz una incongruencia, pues, si salió con la condición de testigo protegido, cómo el Departamento de Estado se enteró que él se encontraba como agregado diplomático. El interrogado respondió que al momento de acreditarse como diplomático constan sus generales en los registros del Departamento de Estado.
El testigo protegido indicó que cuando llegó a la Fiscalía Auxiliar en 2014 a hacer su declaración se le asignó un número como testigo protegido. Manifestó que por temor, no quiso revelar su nombre ante las autoridades, ni quién era él realmente, razón por la que empleó la figura de la tercera persona para denunciar los hechos.
El fiscal Aurelio Vásquez manifestó al salir de la sesión, que el testigo había indicado que era otra persona la que daba la información y por consiguiente él tercerizaba la información. "Hoy en día se ha quitado la máscara de testigo protegido, no veo cuál es la contradicción. Es una circunstancia normal dentro de un procedimiento en juicio oral. No vemos relevancia en el contra interrogatorio que se diga que le reste credibilidad al testigo", zanjó Vásquez.
Mientras declaró en el 2014, dijo no recordar si el fiscal Auxiliar Marcelino Aguilar estaba presente durante el acto, pero al culminar proporcionó una dirección para su ubicación posterior. No obstante, cuando fue trasladado al exterior no notificó a la Fiscalía dónde podía ser localizado, y desconoce si intentaron hacerlo. La pregunta que se hizo la defensa entonces fue cómo la Fiscalía logró localizarlo para comunicarle sobre su comparecencia en el juicio que se sigue si sus datos no estaban actualizados en el libro de testigos protegidos.
De igual forma, la defensa buscó dejar en evidencia ante el Tribunal que el testigo mintió al momento de rendir declaración jurada ante la Fiscalía Auxiliar porque, a sabiendas de que él había sido autor material de los pinchazos, indicó a las autoridades que acudía como enlace de un agente que laboraba en el Consejo de Seguridad y que quería denunciar irregularidades.
En la primera declaración mencionó que desconocía el nombre del resto de los integrantes del grupo especial, en cambio conocía los alias, pero cuando declaró en la sesión actual admitió que conocía los nombres de sus compañeros años atrás.
Afirmó que cuando grabó el DVD en el que aparece la imagen y voz distorsionada de un hombre, lo hizo a solas con su esposa, y no participó ningún funcionario de la fiscalía o del Consejo de Seguridad.
Durante el desarrollo de la audiencia el juez presidente del Tribunal, Roberto Tejeira fue enfático en solicitar a los presentes no hacer exclamaciones o ademanes ante las respuestas del testigo protegido. La sala estaba abarrotada de simpatizantizantes que acompañaban al expresidente, pero que murmuraban a cada respuesta del testigo protegido. Para asegurar el silencio, el juez hizo pasar a un agente de seguridad para vigilara quién violaba las reglas de la audiencia.
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