Militares venezolanos, huéspedes de la embajada de Panamá en CCS

La diplomacia panameña quiere jugar un rol componedor en la crisis que vive el hermano país de Venezuela, sin embargo, el refugio que ha otorgado a 16 uniformados en la sede diplomática panameña en Caracas dificulta las relaciones entre ambas naciones

La diplomacia panameña enfrenta una situación difícil, complicada, con respecto a las relaciones bilaterales con el hermano país de Venezuela. Por un lado, reconoce a Juan Guaidó, líder de la oposición y presidente interino avalado por más de 50 países, y por el otro, mantiene cierto grado de relación con el gobierno de Nicolás Maduro.

La cereza del pastel en este escenario es que desde el 30 de abril pasado, la embajada de Panamá en Caracas tiene 16 huéspedes, uniformados venezolanos que participaron en el intento de golpe de esa fecha contra el régimen.

No obstante lo anterior, Panamá tiene interés de mediar como fuerza conciliadora para una salida democrática y pacífica para Venezulea. El problema, a criterio de algunos especialistas en el tema internacional, es que aún es parte del Grupo de Lima, y esta posición le brinda muy poco espacio para ejercer su rol componedor.

El canciller Alejandro Ferrer explicó ayer en el noticiero de TVN, que el Gobierno de Maduro envió recientemente una nota en la que alegaba que presuntamente esas personas, los huéspedes militares que se encuentran en la Embajada, continuaron en la planificación y participación de otras actividades”.

“Venezuela puede decir eso pero es muy difícil que puedan probarlo a menos que hayan interceptado las llamadas. No creo que ellos estén conspirando contra el gobierno de Maduro. Panamá no puede amparar eso. Creer lo que dice Venezuela es muy arriesgado”, reflexionó el profesor Euclides Tapia, de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá.

Incluso, añadió Ferrer, preguntan cuál fue el papel de los funcionarios panameños en esos hechos. “Es una situación complicada que requiere un manejo responsable”, dijo el Canciller.

Luis Miguel Hincapié, exvicecanciller de la República (2014-2019) lee el reclamo de Maduro como una provocación “para tener la certeza de que los militares se encuentran en la embajada panameña, considerado territorio de Panamá, para ejercer más presión y que sean expulsados, y arrestados, so pretexto que desde esa trinchera ellos planean algo”.

No se sabe hasta cuándo permanecerán en la sede diplomática los militares venezolanos, pero en caso de que se pretenda que éstas personas puedan volar hacia Panamá, debe ser a través de un salvoconducto otorgado por el Gobierno de Maduro, un escenario poco probable.

Ferrer confía en que esta espinosa situación se resolverá bajo el marco del derecho internacional que implica un respeto hacia la sede panameña en Caracas, su personal, los huéspedes, y que la embajada no sea utilizada para un fin distinto a lo que es, una sede diplomática.

“Estoy seguro que el Gobierno panameño sabrá proteger la vida e integridad de las personas que se encuentran en la embajada”, agregó Hincapié.

Ferrer manifestó la intención de Panamá de retomar “ese rol de liderazgo constructivo de un país que promueve el diálogo y genera consensos”. Pero la posibilidad de que Panamá actúe en un rol componedor dejo de existir desde el momento en que Istmo se incorporó al Grupo de Lima y reconoció a Guaidó. “Panamá debió haber protegido la neutralidad que le correspondía como país conciliador y neutral. Al incorporarse al Grupo de Lima, bajo presión de Estados Unidos, Panamá perdió cualquier oportunidad de ejercer su rol componedor”, expresó una fuente diplomática que pidió omitir su nombre.

QUEJA EN PAUSA
Por otra parte, Ferrer anunció que la reunión bilateral sostenida entre el mandatario Laurentino Cortizo y el presidente de Colombia Iván Duque durante la toma de posesión del primero, dio frutos positivos luego de que el vecino país suspendiera la queja que interpuso ante la ante la Secretaría del Foro Global de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) por la falta de cooperación de Panamá en intercambio de información relacionada al blanqueo de capitales.

La relación con Colombia debe ser integral, razón por la que ambos países decidieron solventar sus diferencias bilateralmente.

Panamá, por su parte, también hace un reclamo a Colombia por no acatar el fallo de la Organización Mundial de Comercio en tema arancelario.

“La agenda diplomática también estará centrada en defender los intereses del país antes que los extranjeros”, zanjó Ferrer.

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