La causa de muerte del señor Octavio Calderón Batista, de casi ochenta años, es un misterio. Sus familiares alegan que no tienen documentos oficiales que evidencien qué fue lo que pasó con su padre quien falleció el 21 de agosto pasado en David, Chiriquí.
Sin embargo, su muerte no parece haber sido producto de la vejez, sospechan que “fue aislado para acelerar su muerte”, su cuerpo fue cremado sin notificación a sus familiares, su apartamento saqueado, su carro robado, y además, alguien extrajo plata de su cuenta bancaria, según la versión de la familia.
El reclamo de los allegados se centra en la ‘lentitud’ de la Fiscalía de Homicidios de David, Chiriquí, que aunque investiga el caso por homicidio y robo del auto del difunto, aún no hay detenidos.
Alegan que la Policía sabe el nombre de las personas que poseen el vehículo robado, y hay testigos que han visto el auto circulando en las calles de la ciudad de David, pero no los detienen.
Se pudo conocer por parte del Ministerio Público de Chiriquí a cargo de la pesquisa, que la nieta era la administradora de los bienes del señor y dispuso del cadáver por medio de una nota de un médico que le diagnosticó cáncer en el estómago. Investigan “por qué se enviarían a Estados Unidos las cenizas del difunto a través de una compañía de mensajería, y están en el proceso de recibir una respuesta de Medicina Legal para determinar si las cenizas son de un ser humano”.
El motivo de todo parece ser el robo. “Calderón estuvo enfermo. En varias ocasiones fue llevado de emergencia al hospital, pero en una de ellas, una conocida lo trasladó a su casa donde murió”, manifestó uno de los familiares que pidió mantener su nombre en anonimato.
La misma persona indicó que la conocida, y una nieta del abuelo, cremaron sin permiso el cuerpo en una funeraria que tampoco ha dado constancia de ese servicio. La familia se pregunta dónde está el cuerpo de Calderón, por qué no hay evidencia del permiso de cremación que suele emitir el Municipio o la Morgue Judicial.
Por tanto, los familiares que viven en Estados Unidos, están preocupados por varias cosas: sospechan que se trata de algo mucho más profundo, y reclaman a la fiscalía una acción pronta para corroborar qué pasó con el cuerpo del abuelo. Aunado a esto, indican que las autoridades “le han dado vueltas a la detención de los sospechosos de robo, quienes al percatarse de que han sido buscados, se mudaron de lugar de residencia”.
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