Un mea culpa del ministro de Gobierno Carlos Romero, al reconocer que conocían sobre el ingreso de armas, pero a pesar de las 175 requisas efectuadas a nivel nacional, el pabellón 14 no se examinó
El Sistema Penitenciario ha efectuado 175 requisas en los penales del país desde que el gobierno de Laurentino Cortizo asumió el poder, pero curiosamente, el pabellón 14 de La Joyita, donde este martes se registró la muerte de 15 internos y una docena de heridos, no se requisó y dejó una de las escenas sangrientas más crueles que se hayan registrado en el país.
El mandatario Laurentino Cortizo reconoció que no se examinó ese pabellón como debiera, tal vez minimizando el peligro porque todos sus reos son miembros de una misma banda, pero éstos decidieron resolver sus diferencias con armas AK 47, pistolas de corto alcance y machetes, tomándole el pulso al gobierno.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, no obstante, reconoció que la semana pasada tuvo una reunión con el subdirector del sistema penitenciario, Luis Gordón, en la que éste le comunicó de manera “informal que se estaban introduciendo armas en los penales, pero sin especificar en qué penal o en qué área del país se estaban introduciendo dichas armas, eso fue lo que me comunicó el subdirector”, admitió Romero.
Enseguida el mandatario Cortizo, justificó que este tipo de acciones requiere al menos de 300 agentes, y una estrategia específica. La Estrella de Panamá conoció, por medio de una fuente del Sistema Penitenciario, que desde hace varios años no se hacen requisas en ese pabellón, uno de los más difíciles del centro penitenciario.
La primera medida del Presidente fue ordenar la suspensión del director y subdirector del Sistema Penitenciario, Walter Hernández y Luis Gordón, respectivamente. También suspendió al comisionado de la Policía Nacional José Melamed, jefe de la seguridad de La Joya; a Ismael Arguelles, encargado de la seguridad de La Joyita y al cabo Rigoberto Pérez, vigilante del pabellón 14.
El Colegio Nacional de Abogados (CNA), a través de Carlos Herrera Morán, presidente de la Comisión de Derechos Humanos, culpó a la Policía Nacional de introducir las armas a los penales, haciendo de esto un negocio.
Puntualizó que el pasado 11 de diciembre se reunió con el subdirector del Sistema Penitenciario, Luis Gordón, y le adviritó que se estaban introduciendo armas de grueso calibre a los penales y que los responsables eran las unidades policiales.
Gordón tomó nota de la información y la transmitió, pero los hechos demuestran que no se le dio una valoración adecuada a estos datos, no actuaron para contrarrestar un futuro incidente.
El gobierno hizo un mea culpa sobre esta falla, y advirtió que habrá correctivos, “gran cantidad considerable de destituciones”, además prometió un informe detallado sobre los hechos ocurridos que será entregado en dos semanas.
El mandatario enfatizó que era extraño que estas muertes ocurrieran entre miembros de una sola banda. Añadió que la inteligencia del país funciona, y que desde hace algunos meses unidades especializadas dan seguimiento a cabecillas de las bandas para recabar información sólida que permita judicializar las aprehensiones y los procesos no se caigan en los juicios. Estos individuos, manifestó Cortizo, “tienen una red bajo su mando en la que opera una compleja estructura de personas físicas y empresas de papel, además de abogados” que se encargan de su posterior defensa, por eso es importante contar con elementos sólidos.
El CNA pidió la separación del cargo de la directora de La Joyita, Katherine Ulloa, para evitar la contaminación de las investigaciones y las pruebas. “Está al frente de un centro donde había un arsenal de armas de guerra y ella se hacía la desentendida”, señaló Morán. Añadió que se separe también al comisionado José Melamed, jefe de seguridad del centro penitenciario La Joyita, y solicitó al director del Sistema Penitenciario, Walter Hernández, y a Luis Gordón, que no permitan la contaminación de las pesquisas y “den con la ubicación de las personas que tienen este criminal negocio de tráfico de armas”.
Al presidente Cortizo le pidió que tome control de la seguridad del país, pues las noticias están en todos los noticieros del mundo, y “que piense en reestructurar el Ministerio de Seguridad que hasta ahora ha sido un fracaso”. La ausencia del ministro de la cartera, Rolando Mirones, se hizo notoria en la conferencia a la que asistió el vice ministro Ivor Pittí.
Cortizo, sin querer minimizar el hecho, explicó que no se puede generalizar la criminalidad del país, indicó que la estrategia en seguridad se fortalecerá en Colón, sitio al que realizará una visita hoy, con el funcionamiento de 300 nuevas cámaras nuevas capaces de alertar sobre cualquier hecho delictivo, al igual que en el C5 de la ciudad que se equipará con 3,200 nuevas cámaras y se adicionarán a la vigilancia del país 900 unidades policiales recién nombradas.
“El hecho de esto ocurriera en una misma banda nos pone un signo de interrogación, hay algo en esa banda que no está funcionando”, exclamó el mandatario quien no quiso entrar en detalles sobre las operaciones que realizan las unidades especializadas que a los cabecillas.
Es una oportunidad para limpiar la mesa y legalizar los correctivos a corto y mediano plazo, dentro y fuera del Sistema Penitenciario.
Como en toda crisis, Cortizo encuentra una oportunidad para limpiar la mesa y mejorar el sistema de reclutamiento de las unidades que velarán por la seguridad en los penales.
La próxima semana presentará en Gabinete una propuesta legal para crear una fuerza especial penitenciaria que sea sometida a exámenes rigurosos y de polígrafo para seleccionar su reclutamiento.
El anteproyecto contempla la oportunidad de los agentes para escalar a mejores posiciones y evitar el estancamiento salarial, para evitar la corrupción.
El presidente comunicó al sector empresarial, que si bien el mencionado es un caso lamentable y duele lo que pasó, el país sigue siendo un buen lugar para invertir.
“No hay país perfecto, pero es un gran país que tiene todas las facilidades par hacerlo, tiene conectividad y muchas otras ventajas. Los panameños no nos rendimos”, culminó.
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