El Colegio Nacional de Abogados, a través de su Junta Directiva, rechazó por medio de un comunicado la propuesta de la Cámara de Comercio en liberalizar las profesiones, entre las que incluye la abogacía.
El domingo pasado, los empresarios, en su artículo de opinión dominical acostumbrado, expusieron la “urgencia de atraer talento del exterior” como parte de las necesidades que exige el crecimiento económico. Todo esto, basado en la sugerencia del economista Ricardo Hausmann, quien disertó recientemente sobre en Panamá sobre los retos económicos y lanzó un par de sugerencias.
La Cámara replicó el análisis de Hausmann con respecto a la necesidad de cambiar el modelo progresivo por actividades más complejas o sofisticadas, levantar la restricción de ingreso de talento extranjero y promover un cambio de la cultura para asimilar a los que llegan como aliados y no competidores. “Los países exitosos son los que compiten por talento”, citan los comerciantes.
Los abogados no concuerdan con Hausmann o con la Cámara en este punto. El CNA asegura que existe una práctica solapada de abogados y firmas extranjeras que utilizan a los abogados locales que ofrecen sus servicios de forma ilegítima.
Añade que en los últimos años han encontrado abogados nacionalizados que habiendo cumplido los requisitos de ley, ostentan id oneidad profesional de abogado en Panamá y así hay colegiados que su nacionalidad de nacimiento es otra a la panameña, pero que por razón de orden y control deben someterse a rigores de la ley para accesar a la idoneidad de abogado.
La Cámara se anticipa al cambio que requiere el país para posicionarse en la región y el mundo con profesionales que aporten al país.
Sin embargo, la Junta Directiva del CNA, en su comunicado, además de defender y proteger la profesión, reiteró la necesidad de una nueva ley de abogacía que incluya el control de acceso a la profesión, un nuevo proceso de la justicia disciplinaria y la obligatoriedad de la educación continuada para sus miembros. En el mismo documento, critican la mercantilización de la profesión como una iniciativa nefasta que no solo deriva en un mayor descontrol, sino que abre la puerta a la erradicación de la abogacía panameña.
Por último, hacen un llamado a los abogados del país a cerrar filas y hacer causa común frente a los “detractores del profesionalismo panameño”.
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