René Quevedo conversa con Adelita Coriat.
El año pasado los jóvenes obtuvieron uno de cada 27 empleos, en ese periodo de tiempo la delincuencia se triplicó. Especialistas están preocupados por el incremento en la inseguridad cuando se acerque la ola de despidos.
El consultor empresarial René Quevedo busca una alternativa a las devastadoras consecuencias que dejará la pandemia del Covid-19 en nuestro país. Resalta que en los últimos años los jóvenes engrosaban las cifras de desempleo, situación que se agravará al finalizar la pandemia debido a los masivos despidos que se esperan en la empresa privada, importante generador de empleo formal del país. La idea es incluir a esta población en capacitaciones, innovación y proyectos de infraestructura contratados por el gobierno para paliar la crisis.
Las medidas bancarias adoptadas han dado un oxígeno a los deudores, ¿cree usted que mientras que dure la crisis serán suficientes?
Yo creo que es importante saber que nos enfrentamos ante un enemigo desconocido y hasta ahora en Panamá invencible. El tiempo que duren las medidas económicas va a depender también del tiempo que nos tarde en contener el virus, en ese sentido creo que lo más prudente es seguir las recomendaciones para mitigar la agresiva tasa de infección que registra el virus. Es importante poner las cosas en contexto. La pandemia nos agarra en una coyuntura muy particular. Panamá en el año 2012, había recibido la advertencia del Banco Mundial en un informe llamado “Mejores empleos en Panamá, el rol del capital humano”, en el que anunciaban que la finalización de la construcción de la ampliación del Canal de Panamá ocasionarían un shock económico que duraría 10 años que ocasionaría una reducción en la demanda laboral. Por otro lado, es importante decir que en los últimos 8 años, tres de cada cuatro nuevos empleos que se han generado en el país son informales. De hecho, del 2014-2019, 85% de los empleos fueron informales y el otro 15% fue un aumento de la planilla estatal. Es decir, la empresa privada no está generando empleos desde aproximadamente 2011. Eso se debe a que ha disminuido la inversión privada y el clima para invertir, solo éste sector es el que genera empleo asalariado, o formal. Sin inversión privada lo que estamos generando es empleo informal. Ahora, desde el punto de vista del empleo, tratando de establecer un símil a nivel ilustrativo y guardando las distancias, al nosotros poner restricciones a la movilidad, restricciones a ciertos sitios, que generan consumo, es como si aquí hubiera un huracán (proporciones guardadas) que haya destruido la infraestructura. La gran ventaja es que sabemos que es temporal y que otros países han podido salir de la crisis, China está retomando su vida normal. Ahora bien, el empleo asalariado ha venido disminuyendo en el país antes del Coronavirus, de hecho el empleo asalariado en la empresa privada perdió 8 puntos en los últimos 6 años, pasó de 53% del empleo a 45% y va a seguir disminuyendo. Probablemente ocurra antes a consecuencia del virus. En el 2023 estimo que la mayoría de los trabajadores del sector privado serán no asalariados.
¿Qué debemos hacer en los próximos meses?
Como se han concentrado realmente las medidas, ante una inminente caída de los ingresos obviamente lo que hay que hacer es diferir los pagos para que pueda tener algo para vivir y por otro lado para generar algún tipo de demanda. Nuestro enemigo en este momento es la caída de la demanda. Para poner las cosas en perspectiva, en los últimos cinco años el sector privado perdió más de 9,300 empleos que fue un saldo entre 15 sectores económicos que generaron empleo asalariado y hubo seis sectores muy asociados a la caída de construcción y finalización de las obras del Canal, donde se perdieron 64 mil y tantos empleos. El balance de eso de los 9,300 empleos. Esa caída de los cuales casi 40 mil fueron en la industria de la construcción ocasionaron una reducción en el consumo de 484 millones de dólares al año. Esto tiene un impacto directo sobre financieras. En este momento estamos ante una situación de fuerza mayor que requiere medidas como las que se están tomando. Ahora ¿qué va a pasar después de los dos meses? Creo que en este sentido lo primero que debemos hacer es reactivar los proyectos contemplados para Panamá Oeste en materia de infraestructura. Estamos hablando del Cuarto Puente, de la ampliación a ocho carriles de la autopista, del corredor de las playas, de la costanera, proyectos de saneamiento, y todos los que están proyectados. Esto se suma a 507 proyectos de la empresa privada que están en ese sector. En total, hablamos de una inversión, contando la privada más la pública, de $7 mil millones aproximadamente. Eso es bastante más que lo que se invirtió en la ampliación del Canal de Panamá. Cada dólar que se invirtió en la ampliación generó 64 centavos de demanda interna.
¿Qué prevee en cuanto al desempleo y cómo analiza usted el manejo del empleo ahora que se paralizó por un tiempo?
Aventurarme con una cifra sobre el desempleo no me atrevería, pero por ahí vi una proyección de Estados Unidos que en ese país potencialmente subiría el desempleo a 20%, que sería una locura. De hecho el virus ha eliminado todas las ganancias que ha tenido Wall Streat desde el 2017. Yo creo que en este momento, ante la incertidumbre de los efectos del virus, ¿qué pagos podemos diferir? Las soluciones que ha tomado el gobierno son correctas. Y también ha habido medidas similares en otros países. Si tengo incertidumbre con respecto a ingresos yo tengo que busca minimizar los pagos y diferirlos hasta que el panorama de los ingresos se mejoren. Dentro de todo esto está el costo de planilla, dependiendo de la situación financiera de cada empresa estaremos en mayor o menor capacidad para hacer frente a este compromiso. Aquí es importante ver si las empresas pueden estar preparadas para esta situación, especialmente si tienen líneas de crédito que puedan tener acceso en estos momentos. Me preocupa la pequeña empresa, el que no tiene esa flexibilidad. En el espíritu de las medidas que se están tomando, sería aconsejable explorar líneas de crédito de manera puntual para las pequeñas empresas y amortiguar el impacto.
El rol del Estado en este momento es crucial, tendrá que inyectar plata, pero ¿en qué se puede traducir esta inyección de capital en el país?
Primero hay que decir que el sector privado aporta el 87% de la inversión y el 85% del empleo, la inversión pública anual es de $4 mil millones y la privada es de 27 millones. Yo creo que es importante el rol del Estado para facilitar la inversión privada. Ahora bien, en este momento, que tenemos el Fondo de Ahorro de Panamá (FAP) para este tipo de situaciones de emergencia nacional. Para este tipo de acciones es donde se debe inyectar el dinero. Ahora bien, es importante que la duración de esto, que en teoría debe durar tres o cuatro meses, que se extienda o no depende de los niveles de infestación. Yo creo que siendo un poco no se si filosófico, pero el Coronavirus es como la vida misma, nos va poniendo a prueba y después nos va a enseñar la lección, nos va a enseñar mucho sobre nosotros mismos para poder ser solidarios en momentos de crisis. En este momento, el discurso tiene que ser en búsqueda de consensos y no de críticas y culpables. Tenemos que pasar de las posiciones a los intereses, cuáles son las cosas que nos unen. No es tiempo para buscar protagonismo político ni generar discursos antagónicos. Yo creo que es importante, que si esto se va a pique, nos vamos todos juntos. Es difícil, como los tiempos de guerra.
El tema hasta ahora no explorado es el aumento de la delincuencia como consecuencia de la situación que estamos viviendo con el Coronavirus, ¿qué tan agravada estará?
Yo creo que tenemos que entender que antes del virus teníamos el más alto índice de desempleo juvenil y la peor crisis delictiva de la historia, a la vez. Creo que es importante tener claro que ante una posibilidad real de una mayor exclusión productiva de jóvenes la posibilidad del aumento de la delincuencia va a subir. Yo creo que tenemos que tomar la acciones, insisto en que podamos aprovechar las lecciones del virus en trabajar juntos, porque el mismo esquema que tenemos que aplicar para salir de la crisis, es la que vamos a tener que hacer con la delincuencia, con la recuperación económica, desempleo, y los problemas de la Caja de Seguro Social. Es una cantidad de problemas que han quedado rezagados ante esta situación de urgencia. Definitivamente creo que el tema de la delincuencia, que guarda directa relación con el empleo juvenil. La última década ampliamos el Canal y generamos 576 mil empleos, invertimos más de $15 mil millones en educación, duplicamos los salarios, pero los jóvenes que hace diez años obtenían uno de cada cuatro nuevos empleos, a partir del 2009 obtienen uno de cada 12. El año pasado obtuvieron uno de cada 27, entonces, en ese periodo de tiempo la delincuencia se triplicó. Pasamos de 6% de victimización en el 2008 a 19% en el 2017. Esto lamentablemente aunado a una deserción escolar rondando al 60% con 14 mil adolescentes desertando la escuela todos los años, tenemos una serie de retos que tenemos que abordar independientemente del Coronavirus.
¿Este panorama pudiera cambiar con la reactivación de los proyectos de construcción que están presupuestados?
Absolutamente, claro que sí, porque eso va a tener un impacto social importante que hay que planificar. A mi me preocupa mucho los jóvenes, particularmente en el área de Panamá Oeste, en los últimos cinco años, el número de desocupados entre los 15 y 24 años subió 80%, ahí tenemos un problema de pandillerismo y violencia terrible. No hemos podido generar empleo juvenil. Si no somos capaces de hacerlo vamos a tener que seguir contando muertos. Entonces creo que tenemos que ver que ese va a ser uno de los subproductos, por así decirlo, de esta crisis. Hay que crear los espacios. La identificación de los empleos y capacitación del personal es un proceso, pero sino se logran insertar a los muchachos en los empleos, se van a frustrar. Vamos a seguir siendo como dice el Banco Mundial, el país con la mayor proporción de adolescentes en toda Latinoamérica que ve la educación como una pérdida de tiempo.
Pudiéramos enseñar autogestión, no a ser asalariados...
Definitivamente. Antes del Coronavirus ya tres de cada cuatro nuevos empleos venían del emprendimiento, ahora va a ser más, serán tal vez cuatro de cinco. El emprendimiento es y seguirá siendo el motor del empleo, el problema es que mucho del emprendimiento va a califica como empleo informal, porque los informales son quienes no tienen contratos laborales o los independientes aunque coticen y paguen en la CSS. Estamos viviendo la era del emprendimiento, el empleo formal va a seguir. Estamos despertando la creación de este ecosistema de apoyo al emprendimiento, es realmente el que va a sacar la cara por el empleo.
La economía global está sufriendo una de sus peores crisis, Europa y Estados Unidos han adoptado medidas extraordinarias, ¿qué va a suceder con la economía global luego de esto?
Buena pregunta. En este momento todo lo que uno creía se ha desvanecido por completo. Es importante porque la crisis ha replanteado muchas teorías. Primero que para poder distribuir riqueza tengo que generarla, así que la pregunta es cómo generaremos riqueza y creo que estamos regresando a lo básico. Esta creando un colapso en todos los sistemas de salud en todo el mundo, no es un tema de ideología, es de un balance. La globalización había asumido una ruta de concentración de riqueza y creo que ésto es un proceso de nivelación, de replanteamiento. Vamos a ir a una economía global más solidaria, y creo que traerá cambios importantes. En estos días se anunció una disminución dramática en las tasas de interés y esto nos va a favorecer aquí que utilizamos ese dinero. Por ese punto de vista la disponibilidad de capital creo que va a ser importante. Dentro de todo tenemos que dirigir a la gente hacia el empoderamiento económico y no hacia la asistencia social o subsidio que crea dependencia, y debemos apuntar a la independencia financiera, ese es el reto. Nos obliga a ser solidarios. El coronavirus nos va a dejar muchísimas lecciones a lo que podemos lograr siendo solidarios, el peor enemigo del amor al prójimo es el amor propio.
¿Qué estrategia debe tomar la empresa cuando pase la crisis?
Lo más importante a tomar en cuenta es que se trata de un periodo temporal crítico, digo dos meses por decirlo, pero la demanda se va a reactivar. Habrá una reactivación del consumo en todas las áreas que tendrá dos componentes, un proceso gradual, tal vez algunas industrias se resienten más que otras. Aquí creo que dependerá del grado de costos fijos que tenga cada empresa y la flexibilidad de su materia de costo. Si por ejemplo, se pueden diferir los costos actuales, cualquier ingreso me va a rendir y puedo guardar o vivir con ese dinero en este periodo crítico. Pero habrá otras que les será más difícil, es una cadena. En el momento en que el Estado comience a pagar las cuentas de los nuevos proyectos, va a crear circulante, no va a ser suficiente, pero lo más importante es que muchas empresas van a enfocarse en productos y servicios que le van a dar la utilidad. Hay muchos negocios que mantienen ciertos productos y pueden revisar sus márgenes de ganancia, creo que habrá tendencia a la tercerización. Un dato al margen, se habla del impacto de la tecnología a futuro, pero es actual. En los últimos 10 años generamos 576 mil empleos, sin embargo, la tecnología eliminó 45 mil empleos de oficinistas, estas pasaron de ser 12% de todo el empleo a 6%. Esto quiere decir que el Coronavirus va acelerar tendencias que ya vienen y habrá más uso de la tecnología y búsqueda de la eficiencia. Hay mucho inventario de locales comerciales, hay que abordar este tema, pero quienes tienen locales alquilados no podrán pagar. De esto debería salir una gran alianza público privada, que no se centra en el Coronavirus, sino que debería ser permanente con comisiones de trabajo para analizar cada sector y buscar soluciones, medir el impacto porque sino no sirve. El problema que tienen los gobiernos es que tienen dificultades para trabajar con el sector privado porque hay hipersensibilidad en los políticos.
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