Mientras que el Minsa acredita a funerarias, el Imelcf ha implementado tres fases para atender la posible demanda de muertes por Covid-19. La morgue de La Chorrera funcionará como espacio transitorio hasta habilitar la morgue de Ancón, mientras que una tercera etapa consistiría en brindar sepultura de forma individual en un cementerio, en caso de sobrepasar la capacidad de las morgues
El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (Imelcf) contempla tres fases para manejar los cadáveres positivos de Covid-19 que arriben a sus instalaciones.
Hay varios escenarios para los que se han preparado los especialistas, médicos forenses, ayudantes y conductores, que intervienen en el traslado de los cuerpos desde el lugar de fallecimiento a la morgue.
Hasta el momento, Panamá ha registrado un 3% de prevalencia de muerte en casos positivos por Covid. Hasta el momento la cifra de fallecimientos ha sido manejable con 55 fallecimientos hasta el 6 de abril. Pero ante la pandemia extraordinaria es necesario considerar varios escenarios. Por ejemplo, en el supuesto de que se registrasen 10 mil casos positivos, tomando en cuenta el comportamiento registrado hasta la fecha, se contarían 300 muertes. Es lógico que no todas ocurrirían al mismo tiempo, pero podrían presentar picos de sobre carga, por eso es que las instituciones trabajan coordinadas entre sí para poder atender la supuesta demanda. Si en un momento dado, se presentan 5 mil casos positivos acumulados, entonces podrían prepararse para manejar 150 cadáveres.
Ante esta posibilidad se han trazado varias fases de planificación en el Imelcf, según explicó a La Estrella de Panamá, el director de la entidad, doctor José Vicente Pachar.
Una primera etapa consiste en habilitar la morgue de La Chorrera como un depósito transitorio, con espacio máximo para 20 cuerpos, con el propósito de recibir los casos positivos que no hayan fallecido en el hospital. De ahí la funeraria acude a recoger el cadáver y lo traslada a sus instalaciones y entrega a los familiares el cadáver para su entierro o las cenizas. Un trámite que no debería tomar más de 48 horas.
Las organizaciones internacionales de salud recomiendan incinerar los cuerpos ante la presencia del virus y la posible transmisión o infección del sitio donde se guardan los cuerpos hasta ser entregados a los familiares para su entierro, en el caso de que los familiares decidan no incinerar el cadáver, se respeta su voluntad.
La segunda fase consiste en, "habilitar la morgue de Ancón, en la ciudad de Panamá, sitio de donde se están evacuando los cadáveres actualmente no reclamados para aumentar la capacidad de depósito y permitir la presencia de personal en forma permanente para la certificación de la muerte 24/7 con el fin de agilizar la entrega de cuerpos", indicó Pachar.
La razón por la que no se ha optado como primera fase la morgue de Ancón, es por el trámite que toma la evacuación de los cadáveres aún no reclamados.
Con respecto a éstos que se pretenden evacuar, se procederá a un entierro de solemnidad de forma individual en un cementerio tomando en cuenta todos los parámetros de identificación por si en el futuro algún familiar reclama a su familiar.
El tercer escenario, el más drástico por decir lo menos, ocurriría en caso de que las morgues de La Chorrera, Panamá y Agua Dulce se copen, entonces el Imelcf, enterraría cada cadáver por separado con el consentimiento de la familia en un cementerio identificado para este propósito.
Alessandro Ganci, asesor del despacho superior del Minsa, explica que las funerarias que brinden el servicio deben estar certificadas por la institución pues se requiere de un protocolo especial para el tratamiento de los cadáveres. Hasta el momento hay dos funerarias acreditadas (Jardín de Paz y Grupo Lefevre) pero se está en proceso de certificar a quienes cumplan con los requisitos: "Deben contar con cuartos separados para colocar los cuerpos, acceso a crematorios, personal preparado, equipo de protección para los empleados. Si son casos positivo o sospechosos. Sino son el caso se maneja como cualquiera de los servicios", explicó.
Aunado a esto, los pacientes que mueran en los hospitales y no cuenten con los recursos económicos para sufragar los servicios funerarios, "el Minsa puede asumir esa responsabilidad previa nota de la trabajadora social que certifique la situación de la familia".
Otro tema relevante es la atención psicológica para los deudos, acostumbrados a despedirse de su ser querido con rituales religiosos que por las características de la pandemia se suprimieron. "El hecho de que el familiar no pueda despedirse de ellos como se acostumbra, se vio la necesidad de preparar un plan de atención psicológica con personal especializado de la institución y fundaciones que se encargan de brindar este tipo de apoyo", añadió Ganci
El servicio en las funerarias oscila entre $960 a $1,800, todo depende de las urnas. La Decana conversó con Catia Alvarado, encargada de la funeraria Divina Misericordia, quien explicó que debido al Covid, se han incrementado $350 el monto de los servicio debido a la indumentaria que deben emplear los empleados al trasladar el cadáver. "Debe moverse en un ataúd de metal hermético en su totalidad, envuelto en hasta tres bolsas, y después de todo el procedimiento deben desinfectar muy bien el equipo para volver a usarlo. Las urnas clásicas, las negras, son las más baratas, de ahí el precio sube si se opta por una de acrílico, de granito o de bronce, ésta última la más onerosas", manifestó la encargada.
En la ciudad de Panamá existen cinco funerarias que prestan el servicio de cremación, es decir, 7 hornos que deberían ser suficientes para atender la demanda que se presente en el pico de la enfermedad. Mientras que en el interior hay uno La chorrera, otro en Coclé y uno más en David, Chiriquí, según comunicó Alvarado.
La idea es hacer lo más rápido posible el procedimiento para que se tenga el menor contacto posible con el mismo. "Cremar un cuerpo, depende de la contextura si es delgada puede tomar de 3 a 4 horas y si es más gruesa de 4 a 5 horas", detalló la funeraria consultada, que agregó que todo debe ir programado con los familiares para que una vez que se movilice el cadáver del hospital el horno esté listo para la cremación y evitar una posterior contaminación del sitio.
El Imelcf implementó un protocolo de abordaje de los cadáveres de pacientes positivos, tarea que se suma a la actividad de la institución que se encarga de los casos de criminalidad que debe continuar atendiendo. Los casos de Covid-19 son un asunto de salud pública pero dadas las circunstancias, la entidad acordó con el Minsa apoyar en esta tarea. De esta manera, el Minsa tiene a su cargo los fallecimientos en los centros hospitalarios, mientras que medicina legal atiende los que ocurren en la vía pública, como en las casas o espacios públicos. Hasta ahora Pachar informó que no se han registrado casos positivos que requieran de la intervención de medicina legal.
En dicho acuerdo, se ha ofrecido dotar de personal adicional, equipo de protección para manejar los cadáveres, hechos que aún están pendientes por parte de las autoridades de salud. "Es una labor adicional para el Imelcf en movilizar el equipo, levantar el cadáver y llevarlo a la morgue", zanjó Pachar.
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