El sector considera que entre el 35% y 40% de las empresas no sobrevivirán a la etapa posCovid, calculan que requerirán más de mil millones y aún no hay una estrategia definida por parte del gobierno.
Gran parte del éxito de la reactivación económica del país responderá a la liquidez que tengan las pequeñas, medianas y micro empresas (Pymes) cuando las autoridades de salud autoricen el reinicio de operaciones.
Este dinero provendrá del préstamos que consiguió el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que consiste en $300 millones, que se dividirá en partes iguales entre el sector agropecuario y las Pymes.
Sin embargo, ese dinero no será suficiente. Esta muy lejos de funcionar para reflotar el sector que agrupa el motor de la economía que corresponde al 97% del parque empresarial, según datos de la Autoridad de la Pequeña y Mediana Empresa.
Carlos Araúz, asesor económico y financiero de 16 gremios, estima que se requerirán más de mil millones de dólares para reflotar este sector.
Dos organizaciones consultadas por este diario, calcularon que en base las conversaciones que han tenido con sus agremiados, prevén que del 35% al 40% de las empresas no sobrevivirán a la fase de reapertura posCovid-19.
Los mil millones de dólares que aduce el gremio son producto de las corridas que han hecho los asesores económicos y financieros del sector, quienes presentaron hace semanas al Ejecutivo un plan de rescate basado en experiencias de otros países pero aún no reciben respuesta.
Según datos de Ampyme, el sector emplea a 417,562 personas que se dividen de la siguiente forma: micro empresas 104,373, pequeñas 74,776, medianas 45,776 y sin ingresos 192,666.
En todo caso, sobre los $150 millones destinados a este segmento económico, el gobierno aún no define qué entidades manejarán el dinero. Son decisiones que se están precisando con el BID y aún las negociaciones están en curso. En este sentido se analiza si el Banco Nacional será el canal y/o el resto de los bancos de la plaza. El interés a los que se otorgará este dinero también se analiza porque las multilaterales tienen sus reglamentos.
Lo que lleva a que después de seis semanas de haber declarado el primer caso de Covid-19 en el país, el gobierno aún no tenga clara la estrategia a implementar sobre cómo se accederá a este dinero que debe revivir del motor económico que agrupa al 97% del parque empresarial.
¿A qué tipo de tasas se otorgarán estos préstamos?, ¿a qué plazos?, ¿qué entidades bancarias? Aún no hay respuestas para esto.
La Estrella de Panamá consultó a Samuel Bardayán, director de la Autoridad de la Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme), quien informó que ésta entidad fungirá como fideicomitente en conjunto con el Banco Nacional que hará de fiduciario y administrará los fondos.
"Los $150 millones son suficientes para impulsarlas y reactivar, no funcionan para que se reactive el país entero. La idea es que lleguemos a todas las empresas.
Los préstamos los harán bajo la modalidad de banca de segundo piso y serán a plazos largos e intereses más bajos de lo que hay en el mercado", avanzó Bardayán.
Ampyme efectuó un borrador que envió al Ejecutivo para contemplarlo dentro del plan de rescate con tres puntos principales: Garantía, financiamiento y capital de activación. Este último es como un capital semilla hasta 10 mil, 50% reembolsable enfocado para las micro empresas.
Franklin Martínez, de la Unión Nacional de Pequeñas y Medianas empresas (Unpyme) explica que la "única forma que podemos garantizar que esos fondos no se conviertan en un negocio para los bancos es que la Unpyme tenga una silla en las mesa de decisiones que definirá quiénes realizarán los préstamos, de esta forma evitamos suspicacia de parte de la población en materia política o negocio que beneficia únicamente a los bancos. Evidencia que no existe unidad de criterio que pueda decir cuál es el rumbo o ruta que van a tener los fondos del BID", indicó.
El sector esta asfixiado por los arriendos, salarios y pago de servicios básicos que tienen que cumplir a pesar del periodo de gracia que ha otorgado la banca y el gobierno para pagar préstamos e impuestos. Lo que este sector requiere es liquidez, y muchos temen que ni siquiera puedan reabrir su empresa cuando llegue el esperado día D.
Aunado a lo anterior, Fabio Martínez, director ejecutivo Red Panameña de Microfinanzas explicó a La Decana que a finales de 2019, la cartera de las micro empresas era de $350 millones, y no sabe si podrán recuperar los préstamos. Como líder de la organización que afilia empresas financieras, cooperativas, bancos o financieras que prestan dinero a las micro y pequeñas empresas, Martínez es de la opinión de que se "necesita un empujón con recursos frescos, asesoría, términos y condiciones blandas para que puedan volver a echar a andar la rueda".
Martínez tiene una silla en la Junta Directiva de Ampyme, y presentó ante ésta entidad un plan de recuperación en dos fases según un estudio de la cartera. La primera era para mantener a las afiliadas vivas como parte de la liquidez que necesitan para vivir, eso formaba $30 millones. "Apelábamos a recibir fondos reembolsables con tasas de mercado del Fidemicro y la banca de segundo piso que mantiene Ampyme. Esto no se ha definido aún porque el gobierno tiene sus procesos burocráticos", aseguró.
"La segunda parte es cómo hacer que se levanten las micro empresas, en esta fase se contemplaron $100 millones para que se les dieran préstamos y éstas cumplan con sus compromisos, arriendos, salario, servicios básicos, y otros", añadió, Martínez.
Carlos Araúz, asesor financiero económico de la Asociación de Restaurantes, Bares y Discotecas (ARBD), además de otros 16 gremios de la cartera, estima que el fondo del BID será sumamente insuficiente para reflotar el parque empresarial. Araúz participa de la mesa tripartita que pretende llegar a consensos para después dejar en manos del Ejecutivo la decisión sobre lo conversado.
Sin embargo, según conoció este diario, las mesas están basadas en asuntos de forma y no han analizado el fondo de la situación. Al parecer, están estancados en intereses empresariales y sindicales, y se percibe una descoordinación en los anuncios que efectúan los ministerios, contradictorios en algunos casos, sobre las medidas que entrarán en vigencia.
El sector del entretenimiento, el primero en cerrar y el último en la cadena de bloques para reactivarse, se sumó al clamor de otros gremios para que éstos fondos se incrementen.
Para ellos, según Mario Luis González de la ARBD, es como volver a iniciar el negocio, no es entrar a una nueva normalidad, y al hacerlo se encontrarán con una crisis de liquidez porque el negocio está cerrado, tendrán que pagar planillas, arriendos, y arreglos de pagos para ver si es viable reabrir los negocios.
"El gobierno debe inyectar la liquidez, porque de lo contrario habrá un colapso económico, debe iniciar un programa de inversión masiva. El primer objetivo es mantener el negocio, preservar los empleos, y disminuir los gastos.
El gobierno tienen que hacer una alianza con los bancos, puede ser que se haga con una garantía soberana para que los bancos nos den los préstamos", sugirió González.
Uno de los grandes obstáculos a los que se enfrenta el gobierno en esta materia, es que no cuenta con un censo completo de todas las pequeñas, micro y medianas empresas que existen en el país porque muchas no están formalizadas. Será difícil llegar a todas, pero a las afiliadas se les hará mucho más fácil conseguir un crédito. Es una de las grandes lecciones que ha dejado el covid-19, la importancia de la formalización de las empresas para lograr un acompañamiento del segmento y del gobierno nacional.
Daniel Pérez Trucco, miembro de la junta directiva de Unpyme describió que al extender los préstamos debe primar un criterio mayoritario de riesgo de crédito que impere la uniformidad para otorgar las facilidades independientemente del mercado objetivo. Debe ser un proceso dinámico, en el que se identifiquen las necesidades de deuda e inversión y colocar topes razonables de acuerdo al segmento en que se encuentra la empresa.
Sofía Garzón, de Unpyme, considera que la tarea es lograr la subsistencia de las empresas, tener cifras reales de cuántas están afectadas para que se puedan acercar a las autoridades para tramitar su rescate.
Simón Navarro, vicepresidente de Unpyme, dijo que como ente fiscalizador estarán pendientes de que los préstamos blandos se otorguen a quienes lo requieran.
Estiman que préstamo del BID, $150 millones, no será suficiente para reflotar a las Pymes
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