Según el Ministerio de Educación, hay 58 mil alumnos sin conectarse al sistema virtual. Pero, el mes pasado reveló que era un 24%, y en agosto la cifra ascendía a 300 mil colegiales. Sin un censo técnico al respecto, no hay una explicación de cómo se logró bajar la cifra de un mes a otro
A un par de meses de finalizar el año escolar, y en plena inscripción de matrículas para el 2021, el Ministerio de Educación (Meduca) aún no cuenta con una cifra exacta de cuántos estudiantes se quedaron rezagados del colegio por el impacto de la pandemia, a raíz de la falta de acceso a Internet, o de un dispositivo que les conecte con sus clases.
Hay varias razones que responden a lo anterior. Una de ellas tiene que ver con la ausencia de un censo que identifique a los estudiantes, docentes y familias sobre las condiciones reales de los alumnos y su entorno socioeconómico. Dicha encuesta, elaborada por el Consejo Permanente Multisectorial para la implementación del Compromiso Nacional por la Educación (Copeme) el pasado septiembre, aún no se implementa, de acuerdo al Meduca porque se analiza la viabilidad financiera de la misma.
Otro factor que impide conocer la cifra precisa de alumnos que no pueden conectarse a clases lo define Paulia Franceschi, asesora en políticas públicas. En su análisis, “la debilidad de las instituciones son los temas de medición, el manejo de los datos no es el que pudiéramos desear, eso no cambia con la pandemia, se acentúa”.
Lo anterior se plantea como un gran desafío para el sistema educativo, retener y reinsertar a los alumnos en el sistema; mantener contacto con los estudiantes y contar con un padrón general, especialmente de aquellos que viven en áreas indígenas y periféricas.
AL MENOS 4 DISTINTAS
En agosto pasado, una encuesta del Meduca reveló que de los 827,583 estudiantes que iniciaron el año escolar, 524,719 se habían conectado a través de las diferentes ofertas el Ministerio de Educación, ya sea guías de aprendizaje, para pre media y media, cuadernos de trabajo sobre las cuatro asignaturas fundamentales (matemática, español, ciencias naturales y estudios sociales) para la educación primaria y fascículos de lectura y escritura para los niños de primer grado.
No obstante, un informe que el Meduca divulgó ayer como el más actualizado que se centra en el monitoreo y seguimiento de los directores de centro, registra un total de 58,268 alumnos que no han podido ser localizados.
A finales de septiembre pasado, Copeme recibió un informe de la subdirectora Nacional de Educación, Anyka De la Espada, en el que detallaba que el 24% de los estudiantes no lograron conectarse con sus profesores. Esto representa aproximadamente 205 mil alumnos. Cifra que emana de una encuesta llenada por los directores de los centros educativos en los que se contabilizó a 753 mil estudiantes.
Por su parte, la Asociación de Padres de familia del Sector Oficial de Panamá Centro tiene un registro de casi 80 mil estudiantes fuera del sistema. Una cifra que surge como resultado de una encuesta informal efectuada por los profesores. “Un rango de 70% se conectaba, el otro 30% no lo hacen, no se sabe de ellos”, indicó a La Estrella de Panamá Aldo Bazán, secretario general de la organización.
Esta disparidad en las cifras no parece tener una explicación científica y técnica por parte de la entidad. La reducción de 300 mil a 200 mil y luego a 56 mil alumnos que no están conectados con el sistema, es un tema relevante para el país, al igual que lo es conocer cómo se avanzó de una cifra a la otra. De ser así estaríamos por un buen camino, pero de lo contrario, el Meduca estaría planteando estrategias presentes y futuras partiendo de datos imprecisos. El Meduca no ofreció una respuesta a tiempo a este diario sobre las diferentes cifras que se ventilan. Tampoco explicó la razón por la que no se ha ejecutado el censo que presentó Copeme o cuáles son los avances que presenta el mismo.
En septiembre Copeme elaboró una propuesta de un censo para identificar el acceso y uso de tecnologías de los estudiantes, padres de familia, docentes y escuelas.
La reducción de 300 mil a 200 mil y luego a 56 mil alumnos que no están conectados con el sistema, es un tema relevante para el país, al igual que lo es conocer cómo se avanzó de una cifra a la otra.
Pretende ser un diagnóstico que determine el nivel de acceso a las Tics, entre estudiantes, padres de familia y escuelas en Panamá como un paso importante para abordar la problemática de la brecha digital.
Con esto se busca conocer el acceso efectivo a la tecnología de Centros de Educación oficiales y particulares; identificar las brechas digitales; el tipo de herramienta tecnológica con que cuentan los estudiantes.
La idea es entender la situación de los hogares de los matriculados, si tienen computadora de escritorio o LapTop o Tablet, qué tipo de conexión a Internet tienen, si fija o móvil.
El acceso y uso de las tecnologías de información y comunicación ha sido medida anteriormente a través de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples del Instituto Nacional de Estadística y Censo. Los datos indican que sólo en Panamá y Panamá Oeste, los hogares con acceso a computadora no llegan al 50%; en Colón y Chriquí es el 30%. En cuanto al resto de las provincias el porcentaje es menor y en las comarcas indígenas, el índice de acceso a computadora es de 10%. En cuanto a Internet fijo aún es más bajo el nivel de acceso por computadora.
El escenario cambia en lo referente a Internet móvil en el que presenta un acceso superior al 80% en Panamá.
En Darién tiene una cobertura de 60%. Este tipo de tecnología facilita el acceso, pero plantea el desafío sobre la frecuencia de uso por los costos asociados y el acceso limitado a la señal en algunos sitios del país.
De acuerdo a datos proporcionados por Meduca, la mayor parte de los estudiantes estudia por Whatsapp, esto es el 84% de los colegiales. Lo que representa un gasto extra para las familias que tienen que decidir si gastar en tarjetas de teléfono para accesar a la clase, o en comida, considerando la posibilidad de más de un estudiante por familia.
En el documento presentado por Copeme al cual tuvo acceso este diario, se sugieren preguntas dirigidas al acudiente y al estudiante para intentar poner un rostro a todos. Identificar su entorno socioeconómico con preguntas generales básicas y más enfocadas a nuestra educación virtual: si las herramientas tecnológicas que dispone facilitan la conexión y el aprendizaje desde el hogar; si cuenta con electricidad; qué tipo de herramienta tiene, computadora portátil, de escritorio, celular, tablet; si son de uso personal o compartido. En caso de no contar con computadora, cómo se conecta con los estudios, celular, chat o WhatsApp, mensajes SMS, llamada telefónica, o de plano no se comunica con el centro. También interesa saber con qué frecuencia en la semana utiliza el equipo de cómputo en el hogar, si cuenta con conexión fija o inalámbrica, o data por móvil, o no tiene conexión. De ser el último caso, cuál es la razón por la que no tiene Internet. Datos de esta naturaleza ayudan a conocer los rostros de los estudiantes que se están quedando rezagados.
RETOS 2021
Uno de los principales desafíos del sistema educativo será intentar retener a los alumnos en clases e intentar que quienes no se han conectado puedan reinsertarse. El número de desertores está muy ligado a quienes no hayan sido identificados aún por el sistema para integrarse a las clases virtuales.
Además hay otro punto que apunta Franceschi, la heterogeneidad de conocimientos académicos a los que se enfrentarán los maestros en el próximo ciclo escolar. De acuerdo a la asesora, de lograr reincorporar a los alumnos que han quedado desconectados este año, sumados a la migración de los colegios particulares, se requerirá de capacitación a los docentes para poder individualizar la enseñanza.
¿Cómo logras que los jóvenes tengan acceso a la tecnología?, se pregunta Franseschi. Porque de lo contrario, añade, en el futuro, cuando lleguen los jóvenes al salón de clases los maestros van a tener en el salón una mayor necesidad de homologar al estudiante, porque tal vez algunos no hayan tenido acceso a la educación virtual.
Una estrategia a futuro de la que poco se habla por ahora, pero de la que hay que ocuparse.
La reinserción también depende de las facilidades que tengan los estudiantes para conectarse al sistema. El futuro por ahora es incierto. “Mientras tanto hay que manejarse en un contexto de pandemia, en un estado con menos presupuesto pero en el que se necesitan más docentes. Si hay que trabajar con el virus, ¿cómo garantizas el distanciamiento social? con menos estudiantes y más profesores. Es una consideración importante porque hay que aumentar espacios y docentes”, zanjó la asesora.
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