El cineasta Jorge Bodanzky, relata cómo los metales pesados que se utilizan en el proceso de extracción de oro han ingresado al ecosistema del río Amazonas y han contaminado la sangre de los pueblos indígenas que viven a orillas de los ríos
Jorge Bodanzky, productor cinematógrafo brasileño de larga trayectoria en Brasil conocido por la película Iracema: un sexo amazónico, retrata en su último film la tragedia que vive el Amazonas y los pueblos indígenas debido a los altos niveles de contaminación en 21 aldeas de la Mundurukú.
"Amazon, una nueva Minamata", documental de 30 minutos de duración, exhibe al mercurio como una de las principales causas de enfermedades en las poblaciones indígenas de la zona, ríos, y peces. Una forma de alertar a Brasil y al mundo sobre la experiencia de la bahía de Minamata, en Japón, donde se registró un derrame de mercurio y los pueblos aledaños ignoraban el daño. Posteriormente la población presentó síntomas.
El mercurio y otros metales pesados que se utilizan en el proceso de extracción de oro han ingresado al ecosistema del río Amazonas y han contaminado la sangre de los pueblos indígenas que viven a orillas de los ríos. A pesar de un cuidadoso seguimiento del impacto en la salud de las comunidades, el comercio de oro sigue estando completamente desregulado con inconmensurables consecuencias sociales, económicas y sanitarias.
Bodanzky conoció al doctor Eric Jennings, en uno de sus innumerables viajes al Amazonas. Había viajado a Mundurukú para hacer una serie de filmaciones a pedido de HBO. Fue ahí cuando conoció al médico, quien se encontraba realizando una serie de estudios a la población a causa del envenenamiento. Así nació el cortometraje que intenta retratar el complejo escenario en que viven las poblaciones, el rol del gobierno, las políticas que promovieron la explotación de la minería, pero que terminó siendo un oasis para la minería ilegal.
Bodanzky y Jennings participaron en la Decimonovena Conferencia Internacional Anticorrupción (1 al 4 de diciembre) con sede en Corea del Sur, para denunciar al mundo el daño, casi irreversible, a la salud humana y al medio ambiente que ocurre en el Amazonas.
"En Brasil sabemos que la minería trabaja en conjunto con el tráfico de drogas y tiene un poder sobre el gobierno. Tenemos un negocio ilícito de las drogas que sobrevive en conjunto con la extracción minera ilegal. Esa es una de las razones principales por las que el gobierno no actúa", dijo el cineasta.
"Casi todos los ríos del Amazonas están contaminados. El mercurio es uno de los principales contaminantes que se transmite a los peces", expresó el experimentado productor de cine.
Este proyecto es continuado, es la primera parte de una historia que sigue, "no sabemos cuál será el final por el momento, pero sabemos que una de las funciones de esta película es discutir lo que está pasando, no perder más tiempo, no lo tenemos", aunque por el momento el virus impide la filmación, zanjó.
Enseguida indicó que los mineros han incluido a niños para participar en la minería ilegal, y dejó ver que el problema forma parte del resultado de las políticas del gobierno de turno que ha dado oportunidad al desarrollo de la minería.
"Abrió el área para la mina, pero eso no es nuevo, anteriores gobiernos habían permitido eso en escala menor. Ahora quieren pasar una nueva ley que permita la ocupación de áreas protegidas", denunció el productor.
Lo pinta como un lugar sin control, donde se permite el uso de armas, "pero es una situación muy peligrosa porque se va a exacerbar la situación sin que se vea el final. Un escenario alarmante", advirtió Bodanzky.
Por su parte, Jennings, narró las dificultades y el riesgo que implican ir al sitio. "El Ministerio de Salud de Brasil, al principio del proyecto cuando la gente de Mundurukú nos pidió hacer el estudio, no nos permitió ir al pueblo porque querían discreción. No nos dejaban hacer nuestro trabajo".
Sin embargo, con el lanzamiento del film en febrero pasado, puso al gobierno en el ojo público alrededor del mundo. Relató como algunos residentes de Mundurkú, supuestamente pagados por los mineros ilegales, intentaron dañar la avioneta en la que arribaron al sitio. "Entendimos que ese grupo de indígenas fue pagado por los mineros para impedir que llegáramos al pueblo. Lo vi y no lo podía creer, si el piloto no despegaba en ese momento iban a destruir el avión y nos iban a lastimar", describió el médico.
Enseguida hizo un llamado al gobierno para conservar el Amazonas, porque al final del día la gente puede correr riesgo. "Necesitamos hacer algo. Las personas se están envenenando con mercurio", indicó.
Estudios científicos, añade el productor, muestran que se requiere 100 años para descontaminar la zona. "Cuando el mercurio entra en el cuerpo le toma mucho tiempo metabolizarlo, estas generaciones están envenenadas por el resto de su vida, es un debate sobre injusticia social, es peligroso para las comunidades y además otro punto es que los peces están contaminados también. Es un problema para el resto de sus vidas, tienen también señales clínicas sobre el envenenamiento, algunos no presentan síntomas", indicó.
El cineasta tiene intención de volver al área y junto a Jennings hacer un estudio clínico más amplio de las poblaciones para medir el nivel de contaminación. El problema de la apertura de la minería en la zona, es que gran parte de quienes se encuentran en esta actividad, que en su mayoría están detrás del oro, lo hacen de forma ilegal porque así no están obligados a pagar impuestos o reforestar el medio ambiente. Pero lo que lo hace aún más crítico es la demanda por el mineral cuyo valor es muy bien pagado por los compradores que no indagan la forma en que se extrajo.
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