Entre las confesiones de los banqueros detallan fechas en las que supuestamente se hicieron pagos por sobornos a funcionarios panameños
Dos ciudadanos austriacos, Peter Weinzierl, exejecutivo bancario y Alexander Waldstein, ambos del Meinl Bank, en control de la constructora Odebrecht, enfrentan cargos ante la justicia del Distrito Este de Nueva York, por sus roles en un plan para lavar cientos de millones de dólares a través del sistema financiero estadounidense a nombre de Odebrecht con el fin de pagar sobornos en todo el mundo y defraudar al gobierno brasileño. Winzierl fue arrestado este 25 de mayo en Reino Unido tras una orden de arresto provisional emitida por Estados Unidos, sin embargo, Waldstein sigue prófugo.
El indictment describe que hubo pagos por sobornos desde uno de los bancos para beneficiar a funcionarios panameños violando el Código Penal panameño y la legislación estadounidense. Al respecto enumeran los siguientes hechos: entre noviembre 8 de 2010 y agosto 26 de 2011 se hicieron pagos por aproximadamente $5,229,960 desde una cuenta de banco a nombre de una empresa offshore controlada por Odebrecht a otro banco y finalmente a una segunda cuenta a nombre de otra empresa fantasma. De igual forma detalla que entre noviembre 29 de 2010 y diciembre 23 de ese mismo año, se hicieron transferencias para pagos de sobornos por aproximadamente $1,4 millones desde una cuenta de banco a nombre de una empresa controlada por Odebrecht a otro banco con otra cuenta en la misma condición. La tercera descripción sobre Panamá contenida en el indictment apunta que entre 23 de diciembre de 2010 y febrero 28 de 2011, se hicieron transferencias por $2,750,000 entre cuentas controladas por la constructora. La última transferencia que menciona la acusación es un pago entre abril 7 de 2011 a agosto 5 de 2011 por aproximadamente $600 mil que fueron transferidos entre distintos bancos a cuentas controladas por la constructora.
La operación descrita en la acusación formal (indictment) del Distrito de Nueva York, detalla que entre 2001 y 2016 Odebrecht y sus ejecutivos junto a otros conspiradores efectuaron un masivo esquema de blanqueo de capitales, entre otras cosas, defraudando al gobierno de Brasil por más de $100 millones de dólares en el pago de impuestos y pagaron cientos de millones de dólares en sobornos a servidores públicos, partidos políticos, partidos políticos de turno, candidatos políticos con el propósito de hacerse de todo tipo de ventajas y beneficios en diferentes partes del mundo incluyendo Panamá, México y Brasil.
En aras de poner a funcionar el esquema, los exejecutivos diseñaron una estructura financiera que movió dinero por el mundo. En 2006, dicha estructura llamada Departamento de Operaciones Estructuradas (DOE) se creó formalmente en la clandestinidad como el sector para originar los fondos y distanciar a la empresa formal de los beneficiarios que recibían estas coimas, transacciones que salieron del DOE a través de una red de empresas offshore y cuentas de banco alrededor del mundo.
Entre las fechas citadas, Winzierl y Waldstein lavaron cientos de millones de dólares conectados al esquema brasileño para pagar coimas a oficiales extranjeros. Ambos, entre otras cosas, hicieron transferencias con dineros provenientes de Odebrecht en cuentas alojadas en Nueva York y otros bancos que justificaban con contratos falsos que recibían la plata en bancos corresponsales en el mencionado estado y otros en Estados Unidos. A cambio, ambos banqueros hicieron decenas de millones de dólares en comisiones como resultados de su participación en el esquema de sobornos.
Los contratos establecían actividades que nunca ocurrieron o hubo intención de ejecutarlas, en cambio, incrementaron los gastos de Odebrecht en los libros de contabilidad para poder disfrazar el pago de coimas a los oficiales y reducir a su vez el pago de impuestos al gobierno de Brasil.
Entre 2006 y 2007, los banqueros aceptaron ayudar a Odebrecht a abrir cuentas offshore en bancos extranjeros para poder mover el dinero de la cuenta de la constructora y ocultarlo para evitar ser relacionado con la constructora.
Por ejemplo, algunas de las transacciones simuladas ideadas por los banqueros incluyeron el uso de acuerdo de garantía simulado entre el banco extranjero y una subsidiaria en particular de Odebrecht, que afirmaba falsamente que ese banco prestaría un servicio financiero para dicha filial de la constructora. Estos servicios financieros incluían facilidades crediticias, opciones para comprar y vender activos
En un corto periodo de tiempo, el banco y la subsidiaria ejecutarían un certificado de transferencia transfiriendo la obligación de proporcionar los supuestos servicios financieros especificados en el contrato de garantía y la mayoría de los fondos relacionados con el pago al banco por los servicios financieros supuestamente eran para un tercero no relacionado. Pero de hecho, esos terceros que recibieron los fondos no eran más que cuentas pantalla que controlaba la constructora.
La acusación describe que a cambio de este tipo de transferencias, los implicados austriacos amasaron sustanciosas comisiones para el banco calculadas en 4.5% de la transferencia original que enviaba la subsidiaria de Odebrecht en las cuentas de Nueva York. El resto, es decir, 95.5% de los fondos transferidos llegaban a una offshore controlada por Odebrecht. Los millones de dólares en comisiones que ganó el banco, que en muchos casos eran negociados por los dos mencionados, involucraron más de $170 millones en transacciones.
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