Pedro Castillo Terrones, el maestro y jornalero de la sierra, oriundo de Tacabamba, en Cajamarca, tomó posesión como presidente constitucional del Perú este 28 de julio, por el periodo 2021-2026.
Vestido con su tradicional sombrero de paja, una casaca color azul oscuro confeccionada especialmente para la ocasión, Castillo ingresó al Congreso de la República un poco después de mediodía donde fue juramentado como presidente y pronunció su primer mensaje a la nación.
Juró por un país sin corrupción y anunció el proyecto de reforma constitucional, una de las primeras tareas a las que se abocará Castillo con el apoyo de Perú Libre, el partido que lo llevó al poder y que consiguió 37 escaños.
“Anuncio que presentaremos ante el Congreso de la República, respetando escrupulosamente la reforma constitucional prevista en el artículo 206 de la Constitución vigente, un proyecto de ley para reformarla, que tras ser analizado y debatido por el Parlamento esperamos que pueda ser aprobado y luego sometido a ratificación en referéndum popular”, manifestó.
La intención del docente es que la iniciativa sea aprobada en el Congreso con 67 votos y después sea refrendada a través de un referéndum. Una segunda vía sería amasar 87 votos en dos legislaturas consecutivas, pero según Torres, no sería posible por la cantidad de votos que sumarían Perú Libre y sus aliados.
Con esto el maestro pretende cambiar la realidad económica y social del Perú, dar una nueva cara al país.
“La Asamblea Constituyente del bicentenario debe ser plurinacional, popular y con paridad de género. Su composición tiene que incluir, al lado de candidatos propuestos por las organizaciones políticas inscritas, a porcentajes de candidatos provenientes de los pueblos indígenas, nativos y originarios; del pueblo afroperuano; de candidaturas independientes provenientes de los gremios de organizaciones populares y de la sociedad civil. Genuinamente representativa de todo el Pueblo Peruano”, agregó.
El hijo de dos campesinos analfabetas hizo un pequeño recuento, a propósito de la conmemoración del Bicentenario de Perú, de la historia del país, entonado principalmente en la opresión a las clases indígenas desde la conquista española hasta la fecha, “continúan siendo explotados a pesar de los años”, exclamó. Añadió que durante la época colonial, las haciendas se vendían con todo y los indígenas ahí laboraban. Ireño Castillo, padre del presidente entrante, nació en una hacienda propiedad de una familia terrateniente que posteriormente vendió la finca a un general que redistribuyó la propiedad a los campesinos. Ireño recibió una parcela de tierra que había trabajado antes. Un cierto paralelismo al que vivió el maestro y su familia, quien recordó la falta de oportunidades de sus padres, que lo obligaron a criarse en el frío de las madrugadas del campo, labor que turnaba con los estudios.
A continuación indicó que su primera lucha de su gobierno la hará contra la pandemia de Covid. Busca aplicar la mayor cantidad de vacunas posible para que a finales de año al menos el 80% sea inoculada. Aseguró la implementación de un sistema universal y descentralizado de salud, de atención primaria preventiva y prometió la construcción de al menos cinco hospitales antes de culminar su mandato.
En materia económica, negó que emprendería una estatización de la economía, la nacionalización de la propiedad privada o una política de control de cambios. Prometió terminar con los monopolios, y anunció un monitoreo fiscal minucioso para detectar a las empresas que evaden impuestos al estado.
Castillo prometió la creación de un millón de empleos en un año gracias a un programa de inversión estatal millonario en hospitales, carreteras, mediante el cual pretende mejorar la distribución del ingreso.
Se comprometió a trabajar con transparencia y castigar a quienes no lo hagan. “Hay tres expresidentes que han sido enjuiciados, pero no vemos a ningún empresario, esto no es correcto”, señaló.
Castillo prometió la creación de un millón de empleos en un año gracias a un programa de inversión estatal millonario en hospitales, carreteras, mediante el cual pretende mejorar la distribución del ingreso.
Declaró a la educación en estado de emergencia. “En nuestro gobierno el Internet será un derecho, no un servicio”, al tiempo que se centró en la innovación como punta de lanza de la educación, secundarias técnicas, garantizar la alimentación en primaria y secundaria con productos locales para insertar recursos a la agricultura.
El ingreso libre a las universidades y educación superior, forma parte del plan educativo de Castillo. Mil millones de soles serán destinados a pagar la deuda social del magisterio peruano.
Anunció un incremento en el presupuesto educativo para dar respuesta a los sectores vulnerables. Mencionó que reconocería la labor de los docentes con estímulos y permanencia laboral; garantizar el plan curricular producto de la participación de los maestros, estudiantes, la comunidad y el gobierno.
Prometió fondos de crédito blando que serían otorgados a través del banco de la nación para las micro empresas, transporte, turismo, agricultura y mujeres en situación vulnerable.
Dijo al pueblo que puede aspirar por una vivienda digna, “la esperanza de acceder a un techo empieza a hacerse realidad”, dijo mientras fue interrumpido por los aplausos en varias ocasiones durante su discurso.
Al acto de traspaso de mando asistieron el rey de España; Felipe Sexto; el presidente de Chile Sebastián Piñeira; el de Bolivia, Luis Arce; Evo Morales, expresidente de Bolivia e Iván Duque, mandatario de Colombia, entre otros. Este último habló con Castillo sobre la agenda binacional y la importancia de fortalecer la participación de la comunidad Andina de naciones. Piñeira deseó la mejor de las suertes a Castillo, “porque si le va bien a Perú, nos va bien a todos”.
Los nuevos ministros de Estado serán juramentados este viernes 30 de julio en una ceremonia en el Centro de Convenciones de Lima, la capital peruana.
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