La calificadora de riesgo, no obstante, cambió la perspectiva de estable a negativo, a raíz del impacto de la pandemia en la economía
Standard and Poors (S & P, calificadora de riesgo, reafirmó la calificación soberana de Panamá en BBB, manteniendo el grado de inversión del país, aunque cambió la perspectiva de estable a negativo, a raíz del impacto de la pandemia en la economía.
La internacional espera una recuperación de la economía este año, estima que crecerá un 9% respaldada por las exportaciones mineras y un mayor consumo privado a medida que disminuyen las restricciones de movilidad y continúe el programa de vacunación. La calificadora estima que el crecimiento a mediano plazo regresará a su potencial del 6%, a medida que repunten las inversiones públicas y privadas.
SP observa que los proyectos de infraestructura clave como la construcción de la Línea tres del Metro, las extensiones de las Líneas 1 y 2, y los proyectos de transmisión de energía, así como los de infraestructura vial, deberían dar un impulso al crecimiento y empleo en los próximos años.
La calificadora también miró con buenos ojos que las asociaciones Público-Privadas adquieran mayor relevancia, tras la reciente implementación del marco legal que inician con un ambicioso programa de mantenimiento vial de 2 mil kilómetros.
Finalmente, S & P indica que Panamá ha mejorado su perfil de deuda en los últimos años para mitigar el riesgo de refinanciamiento. El vencimiento promedio de la deuda es apenas inferior a 13 años y el 80.5% de la deuda está a tasa fija. Además, el costo promedio ponderado fue del 3.9% en diciembre de 2020, y la cantidad limitada de deuda a corto plazo (Letras del Tesoro), junto con un perfil de vencimiento mayormente estable hasta 2024, contiene el riesgo de refinanciamiento.
El reto aún persiste en la generación de empleo que durante el 2020, desaparecieron 289 mil empleos en una economía que genera unos 45 mil anuales. En este sentido, los especialistas estiman que tomará al menos 6 años la recuperación. Por otro lado, la planilla estatal aumentó y el sector privado perdió 37% de sus empleos formales en ese año.
Como consecuencia de la pérdida de empleos formales, se estima una contracción del consumo en $600 millones mensuales con bajos salarios que incluyen a 71,255 trabajadores no calificados, 20% del total.
No hay comentarios
Publicar un comentario