La casa que nunca estrenó General

Se trata de una lujosa propiedad valorada en más de $700 mil de 340 metros cuadrados con cuatro habitaciones, piscina techada y un caleto revestido con baldosas con aire acondicionado y señal de internet. La casa estaba a punto de ser habitada presuntamente por el cabecilla de la organización, Jorge Luis General, pero fue decomisada en la operación Fisher 



La casa que no logró habitar Jorge Lui General.


Ni siquiera logró retirar el plástico a los muebles, o echarse un chapuzón debajo de la cascada de la piscina techada de la casa, o guardar lo más preciado en el caleto confeccionado a medida en la vivienda que acababa de comprar en abril pasado. No la inauguró. Ubicada en el selecto complejo residencial de Costa Verde, La Chorrera, Panamá, el inmueble de cuatro habitaciones completas y una cocina de última generación, quedó a la espera de los últimos retoques para ser habitada.


Jorge Luis General, el presunto cabecilla de la organización dedicada al acopio y transporte de drogas que la Fiscalía vincula al Clan del Golfo de Colombia, estaba a punto de estrenar su supuesta casa nueva equipada con los más modernos electrodomésticos, muebles de piel, baños de lujo y hasta un caleto con aire acondicionado y señal de Internet, cuando la Fiscalía de Drogas, a través de la operación Fisher, le cercenó toda posibilidad inmediata de disfrutar el que podría ser uno de los sueños de su vida.

El 30 de abril de 2021 se concretó la compra. Pagó al desarrollador, de un solo golpe, $335 mil que el vendedor recibió a entera satisfacción. La registró a nombre de la sociedad Yojimor, S.A, representada al momento de la compra por Navir Yesabett Gómez Boudrao. No obstante, la celebración por la casa nueva duró unos meses. El 1 de diciembre el director del Registro Público, Bayardo Ortega, recibió una nota urgente de la Fiscal de Drogas, Marta Inés Barrios,  anunciando el secuestro de la finca.










Al momento de cerrar el trato el cliente se hizo responsable del origen legal del dinero, requisito plasmado en la cláusula que pretende prevenir delitos de lavado de activos y otros.

La compradora declaró que conocía y que cumplía con no haber infringido o haber sido acusada o condenada por el delito de lavado de dinero.

Una vez culminó la compra revistió los pisos y baños de mármol, granito en el bar y la cocina con la que sueña cualquier mujer, una piscina techada con cascada y televisor, un recibidor privado dotado de una pequeña sala, un bar y un baño donde podía recibir invitados sin perturbar la tranquilidad de la casa. Mejoras en las que invirtió $322,414 adicionales al monto de compra, tal como lo señala la escritura pública.

La vivienda tenía un escondite o caleto vacío de aproximadamente 15 metros cuadrados ubicado en el área de la piscina cuya entrada pretendía disfrazar con un revestimiento de baldosa. El constructor instaló un respirador detrás de una de las columnas que posteriormente iban a ser cubiertas para evitar llamar la atención de los tubos. Para acceder a la guarida se baja por una escalera vertical empotrada que cubre una puerta metálica color negro. Lo equipó con señal de Internet y aire acondicionado, como para conservar cualquier mercancía o usarlo como aparente refugio en caso de emergencia.



General no escatimó en lujos ni excentricidades en la propiedad de 341 metros cuadrados. Desde la habitación principal ubicada en la segunda planta se puede observar la piscina y vigilar el caleto en la planta baja a través de un cristal empotrado en el piso. Esta habitación con cama king size, tiene un televisor de aproximadamente 50 pulgadas, un baño con jacuzzi y un walking closet amplio.  

En la escalera hacia la planta alta se evidencia su devoción a la Patrona de América, la vírgen de Guadalupe, con una obra de arte de casi dos metros de altura.

Las recámaras (cuatro) con camas dobles y modernos respaldos esperaban a sus dueños, todas con sábanas y cubrecamas color blanco listas para usar. Los baños están forrados de mármol, contaban con cabinas de cristal y duchas modernas multifunción para relajar a cualquiera a la hora del baño.

A pesar de la privacidad del barrio, la casa estaba controlada con cámaras de circuito cerrado de seguridad instaladas en los techos de doble fondo con modernos diseños.

En el contrato de compra venta se aprecia la advertencia de si el comprador llegara a ser vinculado por parte de las autoridades nacionales o internacionales a cualquier tipo de investigación de delitos relacionados con drogas, lavado de dinero, terrorismo, narcotráfico, financiación del terrorismo y otros, incluidos en la lista para control de lavado de activos y financiación del terrorismo que estipula la Oficina de Control de Activos en el Exterior (OFAC) y otras listas, se entenderá que el comprador incumplió el contrato, así como si cualquiera de los representantes legales que son vinculados por las autoridades competentes, o si se comprueba mediante fallo judicial que han incurrido en delitos de blanqueo de capitales.

En caso de que así fuere, el vendedor podrá declarar el contrato resuelto sin necesidad de declaración judicial y podrá retener la totalidad de los pagos en concepto de indemnización de los daños y perjuicios causados.

La visita a ésta y otras tres propiedades que pertenecen al grupo en mención, fue convocada ayer jueves 23 de diciembre por la Fiscalía de Drogas con el propósito de realizar una inspección ocular de los productos perecederos. En la nueva casa de General no encontraron ni uno, en comparación con el resto de los inmuebles, propiedad de éste y otros integrantes, que sí estaban habitados. 

SUPUESTA VIVIENDA DE LA MADRE DE JORGE LUIS GENERAL
La segunda residencia decomisada durante la operación Fisher, que formó parte del recorrido de la Fiscalía de Drogas, está ubicada en el sector de Costa Verde, La Chorrera, en una urbanización exclusiva a pocos minutos de la casa del objetivo de la operación Fisher. La vivienda está ubicada en un terreno valorado en $24 mil. 

Presuntamente era habitada por la mamá del cabecilla Jorge Luis General y fue adquirida el 8 de julio de 2021 por un monto de $133 mil, en la que se invirtieron mejoras por $108,999, tal como señala el oficio de secuestro enviado al director del Registro Público por la fiscalía en el que se enumeran 27 bienes, entre inmuebles a nombre de sociedades anónimas (11) y fundaciones de interés privado, así como supuestos negocios con avisos de operación recientes que las autoridades relacionan con el esquema de blanqueo de capitales que desarrolló el grupo criminal que dominaba la costa atlántica del país. La mayor parte de las propiedades, aproximadamente 20, se compraron entre 2020 y 2021, cuando el país atravesaba por una de las peores pandemias que le ocasionaron una grave crisis económica.  


Presuntamente la segunda vivienda era habitada por la mamá del cabecilla Jorge Luis General y fue adquirida el 8 de julio de 2021 por un monto de $133 mil,


En el patio trasero se estaba construyendo una piscina.


Esta residencia de una sola planta contaba con una sala amueblada de color blanco en la que se aprecia en la pared un cuadro de la virgen de Guadalupe, un comedor de seis puestos, cocina con modernos electrodomésticos, y tres recámaras. Al igual que la primera, contaba con equipo de circuito cerrado de cámaras en la fachada.  En la parte posterior se aprecia un amplio patio revestido de baldosas y al fondo una piscina. Curioso es que las cuatro casas que formaron parte de la diligencia de inspección ocular de la fiscalía contaban con piscina, algunas como es el caso, no habían culminado la obra.







Esos bienes fueron  aprehendidos y el juez ha legalizado la diligencia. El siguiente trámite es ponerlos a  órdenes del Ministerio de Economía y Finanzas,  encargado de mantenerlos en buen estado, mientras el proceso judicial llega a una conclusión. En el caso de que el propietario del bien resulte culpable, los bienes pasan al estado  y se subastan posteriormente, de lo contrario se le devuelven en el estado en que se encuentran. Si se logra un acuerdo de pena con la fiscalía, los bienes se decomisan automáticamente.

TERCERA CASA
La casa de una planta, ubicada a pocos metros de la presunta propiedad de la madre del cabecilla del grupo, fue adquirida a nombre de la fundación ThomaiFoundation, creada el 4 de mayo de 2021, cuya junta directiva está integrada, según datos de la fiscalía, por Verónica Boudrao, Navir Gómez Boudrao y Eusebio Guevara, cónyuge de Verónica. Según fuentes del Ministerio Público, esta casa puede estar valorada en aproximadamente $130 mil. Es de una planta. Al ingresar una sala blanca con paredes pintadas de blanco recibe a los visitantes, seguida de un comedor en forma rectangular de seis puestos y sillas tapizadas en tono gris claro. 





En la parte del patio se observa una piscina desmontable de forma redonda semicubierta por una lona. La cocina tenía sobre de granito color crema y evidenciaba que alguien vivía ahí al momento de ser decomisada. En una de las dos recámaras se apreciaba un pony de peluche color rosado. Los bienes descritos fueron decomisados durante la operación Fisher realizada el 1 de diciembre de 2021 en la que se aprehendieron a 57 personas, todas imputadas por supuesto crimen organizado. La Fiscalía de Drogas inició la investigación a principios de 2020 para la que empleó escuchas, vigilancias y seguimientos que lograron dar con un caleto en  la provincia de Colón en el que se encontraron casi $10 millones en efectivo.



CUARTA CASA
La cuarta y última propiedad del recorrido estaba ubicada en Montelimar, distrito de La Chorrera, en la que según fuentes consultadas presuntamente habitaba un integrante de la organización imputado por presunto delito de crimen organizado en calidad de autor y blanqueo de capitales. La residencia consta de dos plantas.  En la planta baja una sala con muebles color gris y un gran televisor se aprecian de inmediato. El comedor de seis lugares con sillas tapizadas en tono beige está situado al lado de la cocina, que en la parte superior del gabinete esperaban el descorche varias botellas de champán. Similar a la supuesta casa del cabecilla del grupo, esta vivienda contaba con un pasillo con una puerta a la calle que podía ser empleado como un recibidor privado. La piscina de la casa  estaba casi lista para su uso, pero sin agua. En la parte superior tenía un tragaluz rectangular que iluminaba el área. Las paredes aún estaban en obra y a un costado de la piscina se apreciaban los materiales de construcción. La planta alta tiene tres recámaras con los colchones envueltos en plástico, nuevos.  Al parecer, previas diligencias desordenaron las recámaras que aún tenían olor a nuevas.








No hay comentarios

Publicar un comentario