La Policía de ese país realizó allanamientos a las propiedades en poder de Jorge Camargo, líder de la banda Bagdad, en las que encontraron más de $20 mil, además de teléfonos y un computador, se espera su extradición a Estados Unidos
Panamá no hará el más mínimo intento de solicitar su extradición.
Jorge Camargo Clarke de 43 años de edad, líder de la organización criminal Bagdad, se refugiaba en Costa Rica huyendo de las autoridades panameñas que en abril de 2021 le dieron un golpe a la organización bajo su mando con la Operación Neptuno en la que detuvieron a 20 personas, entre ellas un subteniente de la Policía Nacional.
Desde entonces se presume que Camargo huyó al país vecino a través de pasos clandestinos que permite la porosidad entre las fronteras de ambos países. Desde ahí organizaba, planeaba y daba órdenes a los miembros de la pandilla acerca de los movimientos de droga que debían ejecutar.
Es buscado por la Administración del Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés), lo que representa el primer pandillero panameño que de ser extraditado rendirá cuentas ante la justicia de ese país por el presunto delito de conspiración para introducir droga al norte. Un hecho sin precedentes en Panamá que envía un mensaje contundente al crimen organizado, tomando en cuenta que la constitución panameña prohíbe la extradición de nacionales desde suelo panameño.
Panamá no hará el más mínimo intento de solicitar su extradición. Prefieren que pague ante la justicia norteamericana y de paso se evitan una papa caliente que en el pasado la justicia panameña absolvió por delito de blanqueo de capitales, lo que ha generado dudas sobre su efectividad. No será así con la esposa, “se espera que exista un proceso de extradición al istmo”, según indicó una fuente del Ministerio Público que solicitó anonimato.
Aunque aún la Corte estadounidense no hace pública la acusación (el indictment), será una oportunidad para que los fiscales de ese país desentrañen los nexos que mantiene la organización con políticos y autoridades que facilitan su operatividad.
El jefe Interpol Costa Rica, Jonathan Goñi, estableció que la pandilla usaba como base el país vecino para organizar o planear los siguientes pasos que ejecutaría en Panamá.
A Estados Unidos le interesa Camargo por liderar una de las organizaciones criminales de alta peligrosidad en Panamá que desde finales de 2017 hasta noviembre de 2020 movió aproximadamente 1,057 kilos de droga, según datos proporcionados por el fiscal de Drogas, Eduardo De La Torre a este diario.
En Costa Rica, no obstante, Camargo no tenía proceso abierto hasta su captura el pasado 11 de febrero. Las autoridades ticas actuaron a solicitud de sus pares en Estados Unidos y durante las investigación conocieron que se trataba del líder de Bagdad, una organización dedicada a la recepción de droga de Colombia y posterior traslado a Estados Unidos. Igualmente, a la pandilla se le vincula en Panamá a más de 70 homicidios, incluidos los 13 fallecidos en diciembre de 2019 en la denominada masacre ocurrida en el Centro Penitenciario La Joyita.
El jefe Interpol Costa Rica, Jonathan Goñi, estableció que la pandilla usaba como base el país vecino para organizar o planear los siguientes pasos que ejecutaría en Panamá. Durante los allanamientos se contó con la colaboración del grupo de respuesta táctica de investigación judicial. Decomisaron teléfonos, equipo de cómputo importante con datos para continuar la investigación. La policía abrió una nueva pesquisa con respecto a la organización criminal porque saben que hay varios miembros refugiados en Costa Rica, pretenden seguir sus movimientos y desarticularlos.
En abril de 2021 la DEA notificó a la Interpol de Costa Rica la posibilidad de que Camargo se encontraba en ese país junto a un grupo familiar. Las investigaciones de la fuerza pública tica confirmaron la información: “tenía varios lugares o casas de habitación, se movía en carros de escoltas con personas de seguridad armadas”, afirmó Jonathan Goñi, jefe de Interpol Costa Rica en una declaración a los medios locales. “Es un ciudadano muy peligroso”, añadió. La solicitud de detención la efectuó un tribunal de Los Ángeles, California, Estados Unidos, y fue homologada en Costa Rica por el Tribunal Penal del Primer Circuito Judicial de San José, la capital.
Camargo mantenía mucho poder dentro y fuera de cualquier centro penitenciario, el cual para bajar su perfil “creó células de resocialización para jóvenes pandilleros de la capital, con la finalidad de maquillar sus actividades delictivas con el apoyo de fundaciones para jóvenes pertenecientes a pandillas”, se mencionó en audiencias pasadas.
El Tribunal dictó dos meses de prisión preventiva contra Camargo de nacionalidad panameña, tiempo máximo permitido en los procesos de extradición, en este caso un tratado bilateral con Estados Unidos. Al parecer, el imputado no aceptó la extradición voluntaria a Estados Unidos donde lo requieren por tráfico internacional de drogas, se lee en un comunicado de prensa del Poder Judicial de Costa Rica.
Detenido en la vía pública, Camargo dijo llamarse Leonel Armando, presumiblemente respaldado por una cédula emitida por el Tribunal Electoral de Panamá. Un documento legal, pero con información falsa, indicó a La Estrella de Panamá una fuente del Ministerio Público panameño quien presume que la identificación fue facilitada por una “banda dedicada a emitir cédulas con información falsa que labora en la entidad” y que tienen bajo la mira.
Luego de su captura, Camargo fue traslado a las celdas para ser presentado ante el tribunal en mención quien tendrá a cargo el proceso de extradición al norte.
Por otro lado, el domingo a las 2 de la tarde se realizaron en Costa Rica dos allanamientos, uno en el sector de Alajuela, Grecia, y el otro en Cartago, Corralillo, sitios donde Camargo mantenía dos casas de seguridad que turnaba para evitar ser detectado junto a su esposa de apellido Góngora Guerrel. El canal 7 Telenoticias de Costa Rica informó que la fiscalía Adjunta de Narcotráfico y Delitos Conexos de Costa Rica abrió una investigación en contra de la dama luego de encontrar en su casa aproximadamente 20 millones de colones (entre moneda nacional y dólares americanos). El dinero fue decomisado tras los allanamientos. El medio detalló que a la mujer no se le había tomado declaración indagatoria porque el Ministerio Público del vecino país determinó que requería ampliar la investigación para determinar el origen del dinero y establecer el delito precedente para demostrar la comisión de un delito de legitimación de capitales.
Los operativos realizados responden a una investigación que realiza la policía de Costa Rica desde hace más de un año en busca de Jorge Rubén Camargo Clarke o ‘Cholo Chorrillo’ como se le conoce en Panamá.
ANTECEDENTES
En entrevista previa al fiscal de Drogas, Eduardo de la Torre, definió a Bagdad como una “organización con un poder económico importante que invirtió dinero en bienes, terrenos, dinero en efectivo”.
La banda cobraba un porcentaje entre un 5% o 10% del valor del kilo puesto en Panamá, que se calcula en $5 mil. Los pagos se efectuaban con droga, dinero o armas, lo que da una idea del poder económico de la organización.
Camargo mantenía mucho poder dentro y fuera de cualquier centro penitenciario, el cual para bajar su perfil “creó células de resocialización para jóvenes pandilleros de la capital, con la finalidad de maquillar sus actividades delictivas con el apoyo de fundaciones para jóvenes pertenecientes a pandillas”, se mencionó en audiencias pasadas.
Desde entonces la DEA proporcionaba información a sus pares panameños para dar seguimiento e identificar ciertos objetivos de la banda que más tarde fueron ampliando el espectro y finalmente culminó con la operación Neptuno. Los seguimientos a este grupo no fueron sencillos. Un grupo se percató de las diligencias policiales. Se paraba al borde de calle y cuando pasaba el conducto hacía señas con el dedo índice debajo del ojo como para destapar a la inteligencia policial que sabían que los estaban siguiendo. Cambiaban de carro frecuentemente para despistar a los agentes hasta agotar el inventario.
Implementaban nuevas rutas que en ocasiones les fueron muy útiles para despistar a la Fiscalía, pero después cayeron. En la operación Neptuno las autoridades se hicieron de libretas con datos interesantes como teléfonos, direcciones, pagos, apodos, conexiones de quienes no pertenecían a la banda.
La fiscalía determinó que el grupo criminal realizaba movimientos una vez a la semana, a veces con 100, 300 kilos. Recibían droga, custodiaban o la guardaban y luego la trasladaban dentro del país o hacia Centroamérica o se embarcaban nuevamente en puntos de recepción en embarcaciones después de haber guardado la droga. Los 14 sobrevivientes que resultaron con lesiones en la masacre de La Joyita señalaron directamente, con nombre propio, a las personas que organizaron la matanza. La pandilla sufrió una ruptura entre miembros que peleaban por puntos de recepción de droga, territorios en los que cobraban un peaje o impuesto por su uso.
CORTESÍA
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