La situación de una niña de ocho años, que resultó embarazada a consecuencia de un abuso sexual, no es la única, alerta la presidenta de los ginecólogos y obstetras, Isabel Lloyd. En 2020 se contaron 392 nacimientos de niñas menores de 15 años
Es una niña que juega con muñecas. Tiene ocho años. Mide aproximadamente un metro de altura y es de contextura normal para su edad. Solía vivir en la ciudad, en casa de una tía, hasta que la prima se percató de que su abdomen crecía más de lo aceptable para su edad y ella manifestaba que sentía que algo se movía.
La familiar la llevó al centro de salud donde confirmó su sospecha, que estaba embarazada. De inmediato interpuso la denuncia ante las autoridades. El expediente llegó al Juzgado Segundo de Niñez y Adolescencia y de ahí fue remitido a la Secretaría Nacional de Niñez y Adolescencia (Senniaf), que ordenó una medida de protección para que pudiera ser acogida en un albergue de la capital hasta ser internada en un hospital de la capital donde permanece hasta la fecha de alumbramiento.
“Se trata de una niña que no había podido estar bajo el cuidado de su madre biológica porque ésta presenta situaciones de salud mental y su cuidado lo asumió una tía”, indicó a La Estrella de Panamá, Graciela Mauad, directora de la Senniaf.
“El esposo de ésta fue quien abusó de la niña”, añadió Mauad. El agresor fue detenido preventivamente el 29 de diciembre de 2021 e imputado por el presunto delito de violación agravada a la espera de juicio.
Si bien es un caso inédito por la edad de la niña, no es el único. En 2020 se registraron 392 nacimientos de niños vivos en mujeres menores de 15 años, según datos de la Contraloría General de la Nación. ¿Cómo llegamos a estas cifras?, se pregunta la doctora Isabel Lloyd, presidenta de la Asociación de Ginecología y Obstetricia de Panamá. “Todo el sistema está fallando”, asevera.
Ella, la niña de ocho años, está en boca de todo mundo, “pero a principios de año hubo un caso de una niña de 10 años; luego otra de 12; también una de nueve que le pasó lo mismo, el tío la violó en la casa. En ese último caso llegó al hospital a punto de parir”, exclama alarmada Lloyd.
En el asunto en cuestión, “el embarazo no fue interrumpido porque los facultativos médicos que hicieron las evaluaciones determinaron el avanzado estado de embarazo y recomendaron no hacer un aborto terapéutico”, indicó Graciela Mauad, directora de la Secretaría Nacional de Niñez y Adolescencia (Senniaf), entidad responsable de la niña y del bebe por nacer.
Geneva González, coordinadora del Comité Interinstitucional de Aborto Terapéutico abundó en que el Código Penal es claro, solo se interviene en madres con riesgo de vida o de niños con riesgo de muerte hasta las 22 semanas o 700 grs de peso. En el caso en cuestión, la niña llegó con casi 24 semanas de embarazo: “se sale del rango en donde la comisión de aborto terapéutico hubiera podido hacer algo. Hay que respetar los parámetros”.
Después del alumbramiento, según la Senniaf, la niña y su bebé permanecerán en la casa de un familiar que cumple con los requisitos psicoafectivos y los recursos para asumir el cuidado de la niña fuera del lugar donde fue agredida sexualmente. Por el momento, se lee en un comunicado de la Senniaf, la situación se encuentra dentro de una investigación judicial, no obstante, tanto la protección de la niña como de su bebe´estará proporcionada por la Senniaf para trabajar en las secuelas psicosociales y médicas como consecuencia del embarazo.
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