Fin de semana de negociaciones intensas entre Suntracs y Capac

Un comité reducido de sindicalistas y empresarios sostuvo prolongadas reuniones el fin de semana para lograr un acuerdo salarial satisfactorio para ambos. Hasta el cierre de esta edición no habían concluido las conversaciones, el Suntracs convocó a huelga a partir de este lunes de no lograr acuerdo 

Desde el pasado viernes se instaló un grupo reducido o ‘petit comité’ integrado por  el Sindicato Único de Trabajadores de la Construcción (Suntracs) y miembros de la Cámara de la Construcción (Capac) que se mantuvo en sesión permanente en las negociaciones de la 12 Convención Colectiva que tuvo como mediador al Ejecutivo. Las partes intentaban llegar a un acuerdo sobre el monto del aumento salarial que prevalecerá por los próximos cuatro años en el sector.

La idea era promediar ambas propuestas pero al cierre de esta edición continuaban las conversaciones contrarreloj para evitar la huelga anunciada por los sindicalistas desde hoy.  

El domingo por la tarde la Capac movió su oferta de diez a catorce centavos, mientras que el Suntracs se movió de .67 a .64, ambos montos divididos en cuatro años. La aspiración de los obreros era que los empresarios subieran su oferta a .40.  
 
El grupo reducido negociador se quedó a solas, sin  mediadores entrada la tarde del domingo. Por lo general es el que define a última hora los puntos sobre las ies e intenta solucionar las diferencias en esta Convención Colectiva 2022-2025 que inició conversaciones en septiembre pasado.  

En los equipos negociadores se sentaron: Saúl Méndez y Genaro López, dos legendarios dirigentes del sindicato con quien la Capac ha convenido ‘ajustes’ salariales -como denominan los trabajadores al alza- por más de 40 años. Por parte de los empresarios, según conoció este medio, estuvieron presentes Carlos Allen y Jorge Lara, presidente y expresidente de la Cámara, entre otros.

El Suntracs es el sindicato de mayor fuerza en el país. En esta Convención Colectiva se habla del futuro de aproximadamente 10 mil trabajadores, pero el Suntracs cuenta con más de 20 mil afiliados. Hace cuatro años el fracaso de las negociaciones llevó a un mes de huelga, en ese momento Suntracs mantenía una membresía de aproximadamente 60 mil.

“Algunos grandes contratistas del Estado se acercaron a la mesa de negociación. Finalmente son ellos quienes tienen influencias y ayudan en la toma de decisiones”, indicó a La Estrella de Panamá un sindicalista que solicitó obviar su nombre.  
 
En un inicio los trabajadores exigían un ajuste salarial de 67 centavos divididos en 0.16 el primer año; 0.16 el segundo; 0.17 el tercero y 0.18 al cuarto año.

Mientras que los empresarios plantearon un total de 10 centavos que pagarían 2 centavos en 2022, 2 centavos en 2023, 3 centavos 2024 y otros 3 centavos para 2025.

El presidente Laurentino Cortizo, acompañado de la ministra de Trabajo y el viceministro, Doris Zapata y Roger Tejada respectivamente, sostuvieron reuniones con los representantes de cada parte. El jueves pasado lo hicieron con los sindicalistas en el Palacio de las Garzas, donde se sugirió continuar las pláticas. Según Tejada, la reunión sirvió para escuchar a los trabajadores quienes en resumen plantearon su rechazo a la oferta de los empresarios. El sábado en la mañana el Ejecutivo recibió a los empresarios con la intención de mediar, pero sin lograr avances significativos. Aunque en la Convención Colectiva el gobierno no tiene más que un rol limitado de mediador, sin necesidad de determinar una cifra como ocurre cuando la Comisión de Salario Mínimo no logra un acuerdo entre las partes, en este escenario el ejecutivo solo escucha y guía en la medida de sus posibilidades.

El ajuste que se aplique en esta ocasión impactará en obras de infraestructura pública, como el cuarto puente sobre el Canal, todas las líneas del Metro y sus extensiones, el tren ligero hacia el sector oeste (línea 3 del Metro), y de concretarse, aunque es una posibilidad muy lejana, el tren Panamá-David.

El llamado a huelga no parecía tener el respaldo al 100% de las bases, quienes aportan al sindicato 2% de su salario. El fin de semana circularon videos de algunos miembros alegando que no es el mejor momento para parali labores después de la situación que enfrentaron por la pandemia.
 
Ciertos grupos de obreros consideran que es mejor un acuerdo con montos moderados sin necesidad de recurrir a una huelga, a sacrificar el salario a cambio de una huelga.

CAMBIAR EL MÉTODO
No obstante lo alcanzado, en la Capac hay voces que pujan por un nuevo método de negociación con el sindicato. No conciben que el mismo puñado de trabajadores sea quien negocie en nombre del personal de cientos de empresas inversionistas. Prefieren una fórmula en la que cada empresa tome sus propias decisiones “porque al final obligan a todo el sector construcción, afiliado o no a Capac-Suntracs, piden igualar el monto”, indicó un inversionista, pesimista ante la situación que se encuentra la industria y la obligación de aumentar el renglón salarial que ocupa un 40% del presupuesto del proyecto.

“Tenemos que cambiar la metodología y buscar otras perspectivas porque siempre son las mismas condiciones, ellos con un máximo y nosotros con mínimos y el justo medio nos lleva a cerrar empresas”, dijo un inversionista a este medio.

Por lo general, el argumento que emplean los trabajadores para lograr ajustes salariales que ocurren cada cuatro años, parte del precio de la canasta básica. Pero algunos desarrolladores se preguntan cuál es la contrapropuesta de los obreros en materia de productividad si saben que de igual forma van a negociar en una convención colectiva, cuando en otras actividades aspirar a un mejor salario requiere de una mejor preparación.

En cambio, Rogelio Alemán de Cusa, contratista del Estado, está ‘feliz’ con Suntracs a pesar de que está anuente de que hay que renovar muchos puntos. Admite que se trata de un matrimonio difícil de disolver, que desde hace más de 30 años se tiene una convención colectiva llena de parches. “De repente ya las tenemos todas de perder, no hemos sido beligerantes en empezar a ver otras cosas en una convención colectiva que nos puede ir tirando a un deterioro”, señaló Alemán.
No todo es plata. “Hoy pensamos en el aumento de los  próximos 4 años, pero hay otras cosas que necesitan los trabajadores y que no se quieren poner en la mesa, como convertir a los trabajadores en sujetos de crédito para comprar sus viviendas y beneficios de educación para su familia”, añadió el contratista.

La pandemia paralizó las ventas y los nuevos proyectos de construcción, un motor dinamizador de la economía panameña. El sector experimenta más de la mitad del inventario estancado y este año empezaba a dar signos de recuperación similares al desempeño de 2019 luego de la parálisis que ocasionó la pandemia.

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