Todo gira alrededor de los datos privados de una persona y la monetarización de éstos en las nuevas plataformas tecnológicas que dominarán el mundo virtual. Carlos Moreira, Presidente y Fundador de WISeKey, explica el alcance del metaverso y el dilema entre la ética y la tecnología
Adelita conversando con Carlos Moreira.
Si usted no ha escuchado lo que es el metaverso tiene que leer esta entrevista. Se trata de la nueva realidad virtual que cambiará la forma de vivir, pensar y actuar de la sociedad. Es una plataforma que intenta unir la realidad con la parte virtual. Empresas como Facebook apuestan sumas billonarias en este momento para afinar la tecnología de este nuevo mundo. Algunos la consideran una realidad lejana, como cuando Elion Musk lanzó la idea de explorar el espacio desde su propia empresa, pero la realidad es que está más cerca de lo que pensamos.
Nuestro invitado, Carlos Moreira nos atiende desde Ginebra, Suiza, donde reside. Es una de las personas más influyentes en información tecnológica, tiene una visión futurista, avanzada sobre lo que nos espera. Explica que no se trata de una simple pantalla, sino una realidad aumentada en la que la mente prácticamente queda engañada ante los estímulos que recibe de esta nueva plataforma. En este nuevo mundo, el ser humano es el centro de atracción, la tecnología intenta adelantarse a lo que va a pensar, a sus gustos o acciones entre más datos privados sea capaz de aportar la persona a las redes, más valor tiene. La pregunta que está en juego es: ¿quién pone un límite a la tecnología cuando están en juego los derechos humanos?
¿Cómo puede definir el metaverso?
Es un espacio virtual. Tal vez recordarán los juegos que había con la realidad aumentada, eso es algo así, hasta ahora es algo experimental. Ha habido algunas empresas que han inventado juegos con juegos en los que los jóvenes podían hablar con otros jóvenes a través de avatares. Hasta ahora es una fase de juego, para diversión e interacción. Pero ahora pasamos a la fase profesional de esta tecnología con la aumentación del poder de la tecnología. Si el mataverso se habla hoy es porque antes las tecnologías aún no eran lo suficientemente poderosas para permitir ese espacio virtual en el nosotros podamos vivir, negociar, viajar o tomar vacaciones sin salir de la recámara. El metaverso lo que están intentando añadir a esa inversión digital es un mundo aparte, en otra dimensión, sin limitaciones del cuerpo. Imagínate un joven sin empleo, que sea pobre o limitado, el metaverso se va a convertir en una especie de droga porque se va a ver a sí mismo en un apartamento lindo, un coche maravilloso, una novia virtual. Todo eso lo va a poder obtener de forma virtual porque lo podrá negociar con sus datos privados. El mataverso se utiliza como las redes sociales, los datos privados de las personas van a tener un valor.
El ser humano se convirtió en el producto de la tecnología.
Los expertos recomiendan proteger la identidad, ¿qué implica y cómo podemos hacerlo?
El problema que tiene el internet, ahora que estamos en el Internet 3.0, aunque empezó en el 1.0 y el 2.0. De las tres generaciones, el ser humano, todavía la identidad digital no ha sido protegida porque no ha habido interés para protegerla. Tienes que ver que el ser humano, hoy en día, es el producto de esta revolución del Internet, sin él el Internet no valdría lo que vale, y no hubiera redes como Facebook, Twitter o Amazon, con valoraciones de miles y miles de millones de dólares. El ser humano se convirtió en el producto de la tecnología. Hoy en día se desarrollan tecnologías para adelantarse a lo que el ser humano va a pensar, lo que va a comprar, su comportamiento. Se usan tecnologías para usar los datos privados, y entre más privados, más valor tienen.
Todos los utensilios que tenemos, el celular, la computadora, el Tablet, han sido diseñados con esa utilidad, ese fin. Esa es una realidad, todo el mundo reconoce que hay un problema. Siendo el ser humano utilizado por las tecnologías, utilizar su identidad digital para venderla como un producto propio, considerando que la tecnología es exponencial mientras que el ser humano sigue siendo lineal, esta utilización del ser humano se va a volver exponencial. Es entonces cuando vas a ver que el hombre físico no va a tener ningún valor. El único que tendrá valor será el ser humano que estará en el metaverso o en el ambiente virtual.
Sigue siendo un asunto virtual, ¿cómo se monetizarán los datos privados?
El dinero siempre es la venta de tus datos personales porque lo que permiten a la empresa que está en el metaverso es la posibilidad de vender sus artículos. Las marcas han entrado en el metaverse. Chanel, por ejemplo, ahora diseña ropa para los avatares, es decir que, en vez de vestirte físicamente con una ropa Chanel, tu avatar se va a comprar una camisa Chanel y va a poder entrar a discotecas de lujo en el metaverso donde solamente personas vestidas de esa forma y cierto estándar van a poder entrar. Entonces para poder entrar en una tienda virtual y comprar esa ropa, vas a tener que dar más información, más datos, para que la empresa te permita poder comprar un artículo.
¿Qué tipo de información es a la que se refiere?
Todo tipo de información que una persona puede prevenir que va a pasar. Por ejemplo, cuando te quieres ir de vacaciones sin que nadie lo sepa y buscas en Google, Suiza, lo que te aparece es una publicidad de hoteles en Suiza. En el metaverso lo que va a pasar es que si se da cuenta que quieres viajar, te va a dar la posibilidad de hacer una inmersión en Ginebra, te vas a poner unas gafas, es tridimensional y vas a poder ir a Ginebra como si estuvieras ahí físicamente. El pago que vas a hacer es en criptomonedas, porque claro, hay datos de algunas personas que no tienen tanto valor, pero el hecho de que vas a poder hacer transacciones con criptomonedas o vender productos para comprar criptomonedas, te permite tener un perfil más interesante para las marcas en el metaverso.
Pero también hay un lado oscuro de esto, la forma de obtener más dinero pueden ser pornografía infantil, fotos íntimas, narcotráfico, trata de personas… ¿A dónde vamos a llegar con eso?
Hay mucho lado oscuro. El metaverso también va a ser un lugar en el que va a haber comercio ilícito. Estuve en misiones en las que estudiamos las consecuencias del comercio ilícito, y son $2.2 trillones que son captados por las mafias a nivel internacional que salen de la utilización de las redes negras que están controladas, donde el crimen se desarrolla. Esto va a ocurrir en el metaverso y eso va a seguir porque el ser humano es así, utiliza la tecnología para bien o para mal. Para poder proteger al individuo y que pueda seguir viviendo en una situación de control, tenemos que poner legislaciones en las tecnologías que permitan que el ser humano siempre tenga el enchufe final. Es decir, cuando vea que la exponencialidad de la tecnología empieza a ser peligrosa, a través del código que debe estar introducido en todos esos sistemas, puede controlar sus datos y dar el consentimiento o no para que se use su información. El consentimiento digital no existe. Si me invitas a cenar puedo ir una noche fue una noche solamente, eso no pasa en Internet cuando le das tu consentimiento a una red social se la das eternamente, para siempre y no se puede retirar. Hay cosas muy específicas que se podrían programar para evitar el abuso del ser humano y es en lo que estamos ahora. Es una lucha contra un modelo de negocio muy poderoso, que hace ganar mucho dinero a estas empresas y que ellos no quieren salir de este modelo porque pierden el valor que tienen. Es una lucha muy grande.
¿Cómo proteger nuestra identidad?
La identidad digital no es una red social, la cuenta bancaria, tu permiso de conducir o tu identificación. Esos son atributos de tu identidad digital. Ese tipo de identidad digital no existe en el internet, hoy en día la identidad digital, imagínate que es Facebook el que te la da y con eso puedes acceder, si la utilizas después para acceder a las redes sociales o tu cuenta bancaria, el día que te enfades con Facebook o que no te quiera más, ese día desaparece todo tu universo digital. Es lo que empezó Wisekey, le da una identidad al individuo y él la controla con un algoritmo que metes en tu teléfono o computador, y te pertenece a ti, a nadie más.
El país debe poner las legislaciones, es el deber de cada gobierno proteger a sus ciudadanos, defenderlos en el mundo digital y el metaverso. Pero para ello hay que educarlos y explicarles cómo implementarlo país por país, siguiendo los modelos que ya existen.
Uno se puede sentir utilizado por las redes para darles beneficios económicos con nuestro comportamiento, ¿hasta qué punto es genuina la preocupación?
Totalmente, no es ético, aunque hasta ahora ha sido utilizado porque la conciencia del consumidor no ha sido consciente de darse cuenta de que no era ético. Hoy en día la consciencia empieza a desarrollarse, es un poco como el tema del cambio climático, por ejemplo. Entonces el choque es fuerte, entre las personas que han dicho no quiero ser un producto de las redes sociales, no quiero que mi consentimiento sea utilizado sin que tenga la palabra final y que no usen mi información sin autorización. Tienes que ver que, en la rutina diaria, desde que uno se despierta hasta la hora de dormir, vas dejando migas de información a través del día: vas al súper, ya lo saben, vas al gimnasio, también lo saben, al hospital, te vas a casar o divorciar, todo ese comportamiento lo conocen. Cuanto más detallado es el comportamiento que saben de ti, más valor tiene en la cuarta revolución industrial en la que estamos entrando, que es el metaverso, y se va a acelerar muchísimo.
Es difícil concebir que exista una legislación global para legislar al respecto tomando en cuenta la velocidad con la que se mueve la tecnología y el ritmo en que se promulgan nuevas leyes...
Puede ser. Pero hay referencias. Por ejemplo, tienes la Organización de los Derechos Humanos que defiende los derechos del ser humano y está muy bien protegido, el ser humano físico. Tenemos que crear el equivalente, la Comisión de Derechos Humanos Digitales, en el momento en que los derechos humanos sean considerados con la posibilidad de adaptarlos a nivel nacional, los países pueden adoptar la legislación. Eso ya existe en Europa, hay legislación que impide a Facebook llevarse los datos de los ciudadanos europeos a sistemas centralizados de bancos de datos estadounidenses. Es decir, que el país debe poner las legislaciones, es el deber de cada gobierno proteger a sus ciudadanos, defenderlos en el mundo digital y el metaverso. Pero para ello hay que educarlos y explicarles cómo implementarlo país por país, siguiendo los modelos que ya existen.
Lo más práctico es que los países se adhieran a la Comisión de Derechos Humanos Digitales...
Sí, y que se convierta en una posibilidad de negocios. Porque, por ejemplo, Suiza y Panamá son parecidos, ya no pueden hacer el mismo modelo de negocios que hacían por el tema del secreto bancario, pero nos podemos posicionar como países acostumbrados a brindar este tipo de servicios, a proteger al ciudadano digital. Las empresas multinacionales digitales se empiezan a instalar en estos países porque ellos necesitan una reputación. Mueven sus sedes a estos países porque saben que respetan la privacidad de la persona y la empresa y no permiten los abusos que pueden ocurrir en otros países. Entonces es una oportunidad de negocio porque crea nuevas empresas que ven un nicho de negocio, pero no utilizando los modelos de negocio del pasado. Esa es una gran oportunidad para países pequeños.
En la coyuntura bélica que se vive entre Ucrania y Rusia, ¿se ha detectado algún ciber ataque hasta ahora? ¿Cuál ha sido la guerra ciberguerra?
Lo que se llama la ciber guerra es un concepto que empezó incluso antes de la guerra de Ucrania, los servicios de inteligencia de todos esos países siempre están a prueba. Pero tienes que ver cuándo es un ciber ataque, cuando penetras en la infraestructura de un país y guardas esos códigos de una forma silenciosa, sin que la persona se de cuenta, lo sabrá seis meses o un año más tarde cuando se activan esos procesos y se dan cuenta que han sido atacados. La guerra en el ciberespacio es muy parecida a la guerra convencional, es decir, tú pruebas las armas digitales para ver si la contra parte tiene armas poderosas para poder defenderse. Desgraciadamente no hay muchos países que tengan la capacidad de defensa. Tienes que ver que hoy en día los talentos de la ciberseguridad están muy peleados. Un especialista en la materia encuentra trabajo en 24 horas. No hay muchos.
Hay países que aún no tienen la capacidad de defensa suficientemente importante. Pero por el momento la guerra no es actualmente en esos países. La guerra es entre Rusia y Europa y Estados Unidos donde el nivel de defensa es muy alto, por lo tanto, no creo que vaya a haber grandes cosas que van a pasar. El nuevo modelo de ciber ataque ahora ya no es para las personas, o tu computadora o tus datos, son infraestructuras, son aeropuertos, son ciudades, electricidad, hospitales, lo que tiene consecuencias muy dramáticas. Imagina una ciudad sin luz por una semana, qué consecuencias puede traer esto. Esos son los ataques en los que estamos ahora.
¿Cómo se pueden prevenir?
Hay tecnologías que detectan esto. Todas las empresas de tecnología tienen la forma de saberlo, incluso antes de que ocurra para poder responder. Los ataques se hacen a las empresas que no están bien protegidas, o que no han invertido en ciberseguridad o lo están haciendo mal. Esos son los puntos débiles, ellos atacan la infraestructura débil y que es fácil de penetrar.
¿Y los ataques que se originan de los gobiernos?
Sí. Los gobiernos se han especializado en el negocio de este tema, del negocio sucio en el internet y en los ciber ataques, porque son cosas que te permiten ganar de una forma ilegal rápidamente. Es como si hubiera un ataque a una empresa farmacéutica que ha diseñado una fórmula por décadas su propiedad intelectual y con un ciber ataque lo obtienes con muy poco dinero. De hecho, el ciber ataque está muy bien organizado. Te venden un software para atacar, entonces tu lo compras. Un chico de 18 años que quiere pagarse su universidad lo adquiere, ataca, encripta tus datos y luego te pide dinero para liberarlos. Ese software que ha utilizado para atacarte si no le funciona le devuelven su dinero. Hay un mercado súper bien organizado para este tipo de ataques. Eso claro, crea oportunidades de negocio, ilegales, pero la gente sin moral los utiliza.
¿En qué se va a transformar el ser humano en el futuro con todo este avance tecnológico?
Bueno hay un movimiento que se llama singularidad, dicen que el ser humano va a ser aumentado, vamos a utilizar tecnologías, vamos a ser inmortales, vamos a poder tener una calidad de vida infinita, etc. Pero son visiones muy extremas. Yo escribí un libro, Trans human code, que es un best seller en Estados Unidos, que habla sobre ese tema. Pero la otra visión que estuve con el Papa recientemente donde hicimos una conferencia de cómo podemos parar esta evolución tecnológica manteniendo al ser humano en control. Hay una visión que plantea que el ser humano va a poder ser aumentado, es decir, si te cortas una pierna o un brazo, vas a poder usar esa tecnología que puede ser buena, sin llegar al extremo. Lo que hay que trazar es dónde está el extremo y a partir de qué momento un ser humano ya no es humano, es un robot.
¿Quién tiene la potestad de trazar esa línea?
Es el ser humano en sí propio, hasta ahora ha sido bastante inteligente, no es tan menos inteligente como para poder destruirnos. Pasó con la guerra nuclear, vamos a encontrar compromisos que limiten el uso para no destruirnos. Por eso es muy importante que el consumidor, quien tiene la última palabra, decida qué usar o no. Si la educación del consumidor es buena, en países como Suiza, ordenados donde el gobierno protege sus derechos, va a saber tomar decisiones. Con más educación, menos explotación e influenciación va a poder tener.
¿Cree en realidad se ejerce un control sobre el ciberespacio?
Nadie sabe la respuesta. Mira a la generación de Elon Musk que dice que la tierra ya no es recuperable y quiere colonizar Marte. Pero claro, en ese sitio el ser humano va a tener que aumentar porque no podemos vivir ahí debido a las condiciones extremas. Entonces la justificación de aumentar al ser humano que va a ir a marte va a ser muy grande porque ahí necesitas ese tipo de características. Entonces va a haber empujes de ese tipo, diciendo que la tierra no es recuperable, que nos quedan 20 años para vivir aquí. Esa visión futurista no la comparto. Yo creo que el ser humano tiene que seguir controlando su medio ambiente, crear equilibrios y la tecnología lo va a poder ayudar a crear esos balances. La tecnología puede ser usada para controlar el proceso y no para acelerar el proceso.
Hay que tener en claro que por más tecnología que haya, es una realidad virtual, el ser humano nunca va a dejar de serlo...
Claro, pero esa es la belleza del ser humano. Algo que detectamos en los algoritmos de inteligencia artificial es que no saben lo que son las emociones: llorar, querer, sentir, cuidar a alguien. Ellos no tratan la parte emocional. Esa parte, precisamente hasta ahora, era vista como una debilidad, si lloras la gente piensa que eres débil. Eso va a cambiar, ahora nos estamos dando cuenta que los empleos del futuro serán aquellos en los que la parte emocional del ser humano será importante, porque la máquina no va a poder hacerlo. Así como no pueden trabajar en temas emocionales, el ser humano va a crear especializaciones en ese tema. Entonces los trabajos que hasta ahora eran vistos como secundarios, meseros, enfermeros, hoteleros, se van a convertir en trabajos de primera categoría.
No hay comentarios
Publicar un comentario