Mientras que los europeos sufren la peor sequedad en 500 años, Panamá, uno de los tres países del mundo con mayor precipitación de lluvia, carece de un plan de administración del agua
El agua tomará un valor para la geopolítica mundial como lo fue el petróleo en el siglo XX. Ya lo había recordado el exvicepresidente del Banco Mundial, Ismail Serageldin, en 1995 cuando advirtió que “las guerras del próximo siglo serán por el agua”. En ese momento, la hipótesis de Serageldin se basó en el comportamiento humano, ahora acentuado por los efectos del Cambio Climático, las bajas precipitaciones y las consecuencias que se prevén por la disponibilidad del líquido. La falta de agua se está transformando en una condicionante y amenaza para la seguridad alimentaria en varias regiones del mundo, el uso humano, los cultivos de riego y la generación eléctrica, especialmente en Europa.
Un dato adicional es que en 2020 los derechos del uso de agua empezaron a cotizarse en la bolsa de valores de Nueva York, Wall Street, como sucede con el trigo o el petróleo. Ante un escenario de sequía como el que se vive en Europa, funcionan los mecanismos para hacer transacciones sobre el uso de agua, convirtiéndose en un activo financiero.
El Cambio Climático empieza a mostrar sus dientes con más fuerza en el viejo continente.
En pleno octubre aún se podía observar a los turistas tomando sol en las playas españolas como si fuera un día de verano. Reino Unido alcanzó temperaturas de 40 grados centígrados por primera vez en julio pasado, efectos que atribuyen al Cambio Climático.
En Países Bajos también se dejan notar sus consecuencias sobre los canales, y en Alemania ríos que eran navegables como el Rin, ahora empiezan a no serlo.
Según el Observatorio Europeo de la Sequía, en agosto de 2022, el 64 % del continente estaba sujeto a una advertencia de sequía (incluido el 17 % en alerta de sequía). Los datos preliminares sugieren que la sequía actual es la peor en al menos 500 años. El Cambio Climático ha alterado los patrones del tiempo y del viento en Europa, con la persistencia de sistemas de alta presión que conducen a largos períodos con poca o ninguna lluvia y, por lo tanto, estaciones de crecimiento más secas.
En esta región, entre enero y agosto de 2022 se registraron incendios que acabaron con más de 600 mil hectáreas forestales, de ellas, 300 mil estaban en España, un país que está viviendo una de sus peores crisis de agua debido a las bajas reservas que presentan sus embalses.
Estas reservas así como los ríos, en España por ejemplo, se emplearon para llenar un ejército de aviones anfibios para sofocar los incendios.
Los embalses de ese país alcanzan el 31% de su capacidad, un valor no alcanzado desde 1995, mientras que las presas destinadas a la producción de energía eléctrica se encuentran al 40% cuando un año antes rozaban el 50%, de acuerdo a datos que recoge RTVE.
En cuanto a los embalses que se emplean para el consumo humano y la agricultura, están a 27% según el informe semanal del Boletín Hidrológico, la cuarta parte de los embalses de España registra por debajo del 30% de su capacidad y otro 25% se considera en situación de riesgo.
La peor noticia es que las precipitaciones de otoño no serán suficientes para recuperar los niveles, lo que agrava la condición de los embalses y obliga al gobierno español a adoptar medidas de ahorro importantes.
En contraste con el panorama que vive el viejo continente, Panamá es uno de los tres países del mundo con mayor precipitación pluvial.
Esta sensación de abundancia y falta de preocupación por el líquido la vemos en gente que utiliza agua potable para barrer. En vez de acopiarla o administrarla, en Panamá el agua se va al mar.
Se estima que la oferta hídrica por habitante en el Istmo es de 34,051 metros cúbicos, de acuerdo a información del Ministerio de Ambiente. Pero, a pesar de la afluencia, el país carece de un plan sobre el uso, conservación y administración del agua. Lo que convierte este potencial activo en una desventaja más evidente, por ejemplo, ante el aumento del consumo humano y la sostenibilidad del Canal de Panamá que ha llevado a sus directivos a plantear de forma urgente nuevos reservorios que den confiabilidad a la ruta.
Datos proporcionados por la Autoridad del Canal de Panamá indican que hasta el 25 de octubre pasado la elevación de los embalses registró cifras por encima de los niveles operativos. En el Alajuela presenta un porcentaje de capacidad útil del 70.7% y el embalse de Gatún un 89.2%.
No obstante, los gobiernos han descansado en la fuente de la que creen que pueden seguir sacando agua sin descanso.
El lago Alajuela, una de las principales fuentes de abastecimiento para el consumo humano y el funcionamiento del Canal, ha permitido ampliar la planta potabilizadora en repetidas ocasiones y se construyen dos plantas nuevas sacando agua del Canal, para Arraiján y el Oeste de la capital. Además se construyen plantas adicionales que según estiman especialistas, como Daniel Mschett, consultor ambiental relacionado con recurso hídrico, “al día uno estarán agotadas porque dependen de la misma fuente”.
El uso de agua, de acuerdo con el Ministerio de Ambiente creció a una tasa promedio anual de 1,274 millones de metros cúbicos entre 2000-2020, destacándose la producción de energía eléctrica con un crecimiento de 695 millones de metros cúbicos por año. Pero, para regadío en la agricultura, disminuyó 17.8 millones por año durante el mismo periodo.
Lo ideal, añadió Muschett, “sería que el gobierno vea la situación del agua a nivel nacional como la necesidad de implementar o planificar los proyectos que atiendan esa limitación”.
Ocasionalmente, en años de abundante precipitación pluvial, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) se ve obligada a verter agua que de acumularse y preservarse podría atender apropiadamente a los clientes y la capacidad del sistema de ofrecer el agua.
La ACP estudia alternativas que funcionen como nuevos reservorios, aunque la decisión de lo que arrojen dichos estudios dependerá del gobierno de turno.
El científico también tiene sus pronósticos: “Si en 10 años no tenemos una solución de fuentes alternas de agua confiable vamos a tener un problema serio en el país y en el Canal. Será la decisión de consumo o funcionamiento”.
Mientras tanto, los informes meteorológicos de Europa indican menos lluvias y más evaporación del agua por el aumento del calor en las próximas décadas. Ante esta realidad, las Naciones Unidas propuso centrar la atención en las aguas subterráneas que, aunque suponen el 99% de la totalidad del agua dulce disponible en estado líquido, son unas grandes desconocidas.
El informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2022 indica que las aguas subterráneas constituyen ya el 50% del agua extraída para uso doméstico y el 25% para el riego, a pesar de ser una reserva estratégica, la gestión de las aguas subterráneas es deficiente y su estado de sobreexplotación preocupante.
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