Bocas del Toro quedará sumergida en el 2050

Panamá perderá zonas costeras e islas por efectos del cambio climático.  Así lo disponen los resultados del estudio “Desarrollo de una base de datos de dinámicas marinas en las costas panameñas, para evaluar impactos y vulnerabilidad por ascenso del nivel del mar”, divulgados por el Ministerio de Ambiente 



Internacionalmente se califica a Panamá como un país con un nivel de vulnerabilidad severo. 


Panamá es un país especialmente vulnerable a las inundaciones en zonas costeras debido al aumento del nivel medio del mar que a su vez es consecuencia del cambio climático.

Esto se debe a la gran extensión de su costa, la baja topografía, el alto grado de asentamientos humanos en la zona costera y el índice de pobreza de esta población. 

Internacionalmente se califica a Panamá como un país con un nivel de vulnerabilidad severo, como lo evidencia el mapa de índice de vulnerabilidad al cambio climático y los últimos informes de la ciencia.

Las inundaciones se consideran el principal desastre en Panamá según la herramienta de DesInventar Senai de la UNDRR (United Nations office for Disaster Risk Reduction).  El informe plantea que éstas se  deben a las lluvias intensas, fuertes oleajes y las mareas altas, con lo cual son importantes amenazas.

No obstante, para el año 2050 Panamá perderá zonas costeras e islas por efectos del cambio climático.  Así lo disponen los resultados del estudio  “Desarrollo de una base de datos de dinámicas marinas en las costas panameñas, para evaluar impactos y vulnerabilidad por ascenso del nivel del mar”, divulgados por el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente).

El estudio determinó que en los próximos años se registrará un ascenso de nivel del mar estimado entre 0.56 y 0.76 metros, y que las zonas con más impactos serán : Isla Carenero, Changuinola, Bastimento (Bocas del Toro), área turística en Boca Chica, Pedregal (Chiriquí), Kusapin, Tobobe (Comarca Ngäbe Buglé), Río Hato, Natá, Aguadulce (Coclé), Paris, Parita, Llano Bonito (Herrera), Isla Iguana (Los Santos), Portobelo, Santa Isabel (Colón), La Palma, Garachiné (Darién), Punta Chame, Playa Leona (Panamá Oeste),  Tocumen, Juan Díaz (Panamá) y todas las islas ubicadas en la Comarca Guna Yala.

En la costa Caribe, describe el estudio,  apenas se observa inundación debido, exclusivamente, al ascenso en el nivel medio del mar, lo que se puede justificar debido a la falta de precisión decimal en los valores de elevación utilizada. Tan sólo la región adyacente al archipiélago de Bocas del Toro queda inundada en el año horizonte 2050. Sin embargo, los eventos extremos analizados en el horizonte 2050 provocan, además, inundación en algunas zonas del distrito de Portobelo y de Santa Isabel (provincia de Colón) y en el Golfo de San Blas (comarca de Guna Yala), principalmente.

Esto puede generar afectaciones catastróficas como la erosión, inundación de humedales, contaminación de acuíferos y suelo agrícola, la pérdida del hábitat de peces, aves y plantas. Sin embargo, es un motivo de desplazamiento de las poblaciones que viven en esas zonas hacia otras regiones, lo que trae consigo cambios demográficos. La migración forzosa debido al cambio climático ya ha ocurrido en otras partes del planeta, como en Indonesia donde las islas pequeñas han desaparecido del mapa y otras están a punto de hundirse a causa de este fenómeno.

La forma de combatir la subida del nivel del mar es evitar el calentamiento global, por lo tanto, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Hasta que esto suceda, las instituciones miran en adaptar las zonas costeras a los nuevos niveles y construir en zonas más alejadas de las costas.

Expertos del Programa Internacional para el Estado del Océano han publicado un estudio en el que alertaron sobre la necesidad de detener el calentamiento y evitar más acciones humanas que pongan en riesgo el funcionamiento de los océanos a escala mundial.

Para enfrentar esta situación, en Nueva York, por ejemplo, se construye una pared evaluada en $335 millones para detener las inundaciones en Manhattan.

La idea de los especialistas es atacar el origen del problema y evitar el deshielo de los glaciares, o la subida de temperatura en el agua marina, el agua caliente ocupa más espacio que la fría.

Una de las tareas previstas en el Ministerio de Ambiente para reducir los riesgos de este problema consiste en evaluar el alcance de la inundación costera a nivel nacional, tanto la derivada del aumento del nivel medio del mar como consecuencia del cambio climático, así como la asociada a condiciones extremas de las dinámicas marinas de oleaje y nivel del mar. Esto permite tener una respuesta a inquietudes como: ¿cuál es el nivel de agua del mar actual asociado a periodos de retorno de 10, 50 y 100 años? En base a esto se proponen estrategias de adaptación ante diferentes escenarios y evaluar la respuesta de la costa en caso de ser implementados con el propósito de conocer el futuro de las zonas costeras de Panamá frente a los eventos del Cambio Climático.

La inundación costera es producto de la interacción de un conjunto de procesos geológicos e hidrodinámicos que se relacionan hasta cierto punto entre sí, y se suma la intervención humana. La idea es tener una proyección fiable sobre la inundación futura para planificar la adaptación de la costa a los efectos del cambio climático para reducir los riesgos y aprovechar las oportunidades.

Para ello hace falta medir la peligrosidad, la exposición y la vulnerabilidad ligada a las características socioeconómicas de la zona.

En agosto de 2021, Naciones Unidas publicó la solicitud de propuesta para la asistencia técnica en el “Desarrollo de una base de datos de dinámicas marinas en las costas panameñas para evaluar impactos y vulnerabilidad por ascenso del nivel del mar”, desarrollada por el Instituto de Hidráulica de la Universidad de Cantabria, España, en colaboración con el Ministerio de Ambiente.

El propósito del proyecto es aumentar la resiliencia de las zonas costeras frente al Cambio Climático, especialmente ante el aumento del nivel del mar, mediante la generación de datos del oleaje y nivel del mar, con cobertura nacional.

Gracias a esta información se podrán elaborar herramientas para evaluar el riesgo costero y ofrecer recomendaciones de medidas de adaptación costeras basadas en la naturaleza.

La iniciativa es liderada por la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente, a través del trabajo técnico y científico del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria, España). 

Ligia Castro, Directora Nacional de Cambio Climático de MiAmbiente, dijo recientemente que con este estudio se pretende conocer con mayores detalles cuáles serán estas zonas de posible afectación por aumento del nivel del mar.  “Es de conocimiento de todos que el agua de mar penetrará en zonas cada vez más alejadas de la costa, lo cual puede generar consecuencias catastróficas como la erosión, las inundaciones de humedales, la contaminación de acuíferos y de suelo agrícola, y la pérdida del hábitat de peces, biodiversidad, infraestructuras y forzará a todas las regiones costeras a adaptarse y las poblaciones más pobres y vulnerables podrían convertirse en refugiados climáticos”, expresó.

Contando con información futura referente al ascenso del nivel del mar, se puede planificar las medidas de adaptación más apropiadas que podrían fortalecer las capacidades adaptativas y la resiliencia en las áreas costeras del país. El estudio fomentará el aumento de la resiliencia presente y futura de las zonas costeras de Panamá frente a eventos extremos y al cambio climático (concretamente, al aumento del nivel medio del mar), mediante la generación de bases de datos de las dinámicas marinas de oleaje y nivel del mar con cobertura nacional sobre todas las regiones costeras de Panamá.

Mapa interactivo [tierras sumergidas en 2050]

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