El Ministerio de Ambiente busca poner freno al tráfico de especies protegidas con un pie de fuerza capacitado bajo el mando del Ministerio de Seguridad
Laura Laguna.
Proteger la biodiversidad de nuestro país requiere de controles eficaces y de una institución comprometida. Incluir especies protegidas en regulaciones para la comercialización sin un control real, no sirve de nada. Un ejemplo claro es el tráfico de cocobolo que se extrae ilegalmente de los parques protegidos por ley. El Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) prohíbe la tala, pero la comercialización está regulada en el mundo. Sin embargo, las restricciones no han detenido a las redes criminales dedicadas a este ilícito que, por décadas, ayudados de la corrupción y sobornos, han exportado la madera burlando a las autoridades. El Ministerio de Ambiente pretende crear una fuerza policial especializada en la protección ambiental para tener más control de nuestra biodiversidad e intentar frenar el tráfico ilegal de especies. Se proponen hacerlo antes de que culmine la administración gubernamental. Como nos dice la viceministra de la cartera, Diana Laguna, la idea no disgusta el Ministerio de Seguridad, institución con la que coordinan los asuntos legales para presentarlo ante la Asamblea Nacional.
Ustedes están pensando proponer una fuerza especial, similar al Servicio Nacional de Fronteras, o el Servicio Nacional Aeronaval, para proteger nuestros recursos naturales. ¿Qué tan madurada está la idea?
La idea es tener un Servicio Nacional de Protección Ambiental antes de que dejemos la administración. Eso sería lo ideal, acompañado de que Panamá sería uno de los primeros países que tenga una fuerza especial para proteger la biodiversidad.
¿Estaría bajo el mando del Ministerio de Seguridad (Minseg)?
Sí.
Queremos dejar un Servicio Nacional de Protección Ambiental antes de que dejemos la administración.
¿Qué opinión tiene el Minseg al respecto?
Totalmente de acuerdo. Eso se está gestionando porque desde que iniciamos se ha trabajado con el Minseg, se ha trabajado en equipo y eso ha permitido desarrollar muchas operaciones. Dentro del MiAmbiente creamos una oficina de inteligencia ambiental con los policías ecológicos que ha cooperado muchísimo para la persecución del delito ambiental.
¿Tienen una fecha para presentar el proyecto ante la Asamblea Nacional?
Todavía no. Se está madurando en papeles con el equipo legal de la institución y el Minseg. La idea es dejar instalado el Servicio Nacional de Protección Ambiental. Estaría conformado por uniformados capacitados, capaces de operar las innovaciones geo tecnológicas para poder perseguir los delitos aprovechando la tecnología, de una manera moderna y tecnificada. En ese sentido es importante la capacitación tanto en el MiAmbiente como en el Minseg para poder hacer el trabajo en conjunto de una manera moderna.
¿Habrá presupuesto para ello?
Yo creo que sí habrá presupuesto.
Recién culminó la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) en Panamá, ¿qué resultados puede destacar?
En efecto, la convención se efectuó del 14 al 25 de noviembre, llamada la Cop de las Américas porque hace 20 años no se realizaba en la región. Es relevante mencionar que la secretaría está presidida por una panameña, Ivonne Higuera, así que todo eso se da en la convención. Como resultado te puedo mencionar que se discutieron 53 propuestas de las cuales 46 fueron adoptadas en el Cites. En este tipo de citas se estudia cada una de las especies para categorizarlas en un nivel de protección. En este sentido se incluyen en los Apéndices III, II y I, según el nivel de protección. El Apéndice III engloba las especies endémicas que nosotros como país queremos proteger y para ello pedimos ayuda internacional porque se comercian en el mundo. El Apéndice II no prohíbe la comercialización, pero sí la regula. Es necesario demostrar la trazabilidad y la legalidad en la que se obtuvo la especie porque es importante demostrar la sostenibilidad. El Apéndice I es totalmente restrictivo por su peligro de extinción. En este sentido prohíbe la extracción y comercialización.
¿Qué tan importante fue que Panamá haya sido sede de esta convención?
Esa convención es muy importante porque reúne 184 naciones para hablar sobre el futuro de la biodiversidad y por ende, el futuro de la humanidad. Se discutieron muchas propuestas, de las cuales 46 fueron adoptadas, 100 especies de tiburones y rayas con los cuales se protege el 90% de los tiburones que se comercializan internacionalmente entraron al Apéndice II de Cites. También 150 especies de árboles, 160 anfibios están en esta categoría y 50 tortugas marítimas y territoriales además de especies de aves cantoras. Además, la convención tuvo un éxito muy grande. La propuesta de Panamá fue la más respaldada de todas y se introdujo también un proyecto de resolución de género que es importante en nuestros días para lograr una igualdad sustantiva en temas de control, de propiedad, y manejo de la biodiversidad. Es lograr un reparto justo en el patrimonio y comercio cuando se aprovecha de manera sostenible los recursos naturales. Desarrollar ese evento en Panamá nos consolidó como líderes azules y líderes verdes. Recibimos muchísimas felicitaciones, sé que el reto es implementar todo esto, pero estamos decididos a proteger el futuro de nuestro planeta.
¿Cuántas especies ha incluido Panamá en el Apéndice I?
Tenemos el jaguar, el águila arpía, en fauna. En flora el árbol Panamá y varios más. Pero en este Cites se incluyeron propuestas como el árbol de guayacán, el roble y el almendro, por ejemplo. Este último es importante porque el águila arpía pone sus nidos sobre el árbol de almendro. Todo está conectado, es una cadena que tenemos que preservar.
¿Por qué no se incluyó el cocobolo en el Apéndice I?
Porque tenemos que realizar muchos estudios científicos para incluir las especies en Cites y estamos preparando esos estudios junto con la Universidad de Panamá. Estamos trabajando en eso, pero es importante mencionar que no necesariamente tenemos que incluirlo en Cites. Es decir, podemos incluirlo localmente en un tema restrictivo y notificar a Cites con una nota que estamos preparando para sustentarlo científicamente e incluir la especie de cocobolo.
Lo triste en ese decomiso es que había árboles jóvenes.
¿Cuánto tarda si se busca introducir en el apéndice I?
Eso ya demora más. Por eso es por lo que a través de una nota como país notificamos a Cites, se puede decir que ya tenemos el estudio casi listo para enviarlo a Cites y comunicar la decisión. Estoy de acuerdo que se incluya y estamos trabajando para dar la buena noticia, es la única manera para frenar el tráfico.
Es una decisión bien encaminada, pero insuficiente para evitar el contrabando. Recientemente efectuaron un decomiso a una empresa reincidente ¿qué pasó ahí?
Efectivamente es reincidente, pero el delito lo hacen diferentes personas. En el proceso hay diferentes tipos de personas que participan en el delito hasta llegar a la empresa. Ese decomiso que se realizó esta semana se hizo para poder tener registro desde donde talan el cocobolo, que es el parque Soberanía, seguimos al carro que transportó las tucas hasta el patio de la empresa donde las dejó. No obstante, el hallazgo fue mucho más grande porque en el patio de la empresa encontramos más de 280 tucas cortadas que fueron decomisadas y se está procesando. Se logró localizar una persona que ya se tenía en el radar, porque este trabajo se realiza con la cooperación de la Policía Ambiental, Rural y Turística, con personal del MiAmbiente, equipo de inteligencia y una cadena de investigación a la que le ha dado seguimiento para detener la actividad.
200 tucas de cocobolo, ¿cuántos árboles pueden representar?
Eso depende del ancho del tronco del árbol y de la altura. Pero lo triste en ese decomiso es que había árboles jóvenes.
En este momento se está haciendo el expediente administrativo para evaluar las sanciones.
¿Por qué si la empresa es reincidente se permitió que se llegara a eso?
No hay comentarios
Publicar un comentario