En Panamá hay 5.9 policías por cada mil habitantes

Un estimado entre la cantidad de población y de unidades policiales  refleja que Panamá dobla la cifra sugerida por la ONU de 2.8 uniformados. Para los estudiosos, más policías no es igual a más seguridad 



En Panamá contamos con 595 policías por cada cien mil habitantes [foto: Policía Nacional]


Panamá tiene un rango de 5.9 policías por cada mil habitantes. Este número dobla la estadística sugerida por las Naciones Unidas sugerida de 2.8 uniformados por cada mil habitantes. Para calcular este resultado nos basamos en una población de 4.2 millones y un cuerpo policial integrado por aproximadamente 25 unidades (incluyendo administrativos, de investigación e inteligencia, y los Servicios Nacional de Fronteras y el Aeronaval). Esta ecuación dio como resultado 595 policías por cada cien mil habitantes.  Con esos números cualquiera podría pensar que debe haber un policía en cada esquina y que la tasa de homicidios debe ser cero.

Pero si cree que Panamá es el país de la región con más uniformados por habitante, se equivoca. El Observatorio Interamericano de Seguridad de la Organización de Estados Americanos (OEA) refiere que Latinoamérica tiene un promedio de 3,7 por encima de Estados Unidos y Canadá, así como de varios países europeos.

En esta fórmula, las más sobresalientes son las islas de San Vicente y Granadinas, con una población de 104 mil personas (2021) y la tasa de uniformados es de 915 policías por cada 100 mil habitantes. Una situación similar ocurre en San Kitts y Nevis, islas del Caribe que no llegan a 100 mil habitantes (47 mil) y la relación es de 869 efectivos por cada 100 mil. En Uruguay, que tiene 3.4 millones de personas,  se calculan 670 efectivos por cada 100 mil habitantes (ver tabla).




Si bien, un aumento de policías puede reducir ciertos tipos de delitos en contextos muy específicos y áreas reducidas, aumentar el tamaño de fuerza no siempre es posible ni es efectivo. Es casi imposible tener un policía en cada cuadra, así como tampoco es factible en costos.

¿MÁS POLICÍAS, MÁS SEGURIDAD?

No necesariamente. El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) -una organización dedicada al estudio de los fenómenos sociopolíticos del continente- explica que no existe una correlación en cuanto al número de efectivos y una mayor seguridad.

Lo que sí influye son dos variables clave y determinantes en la fórmula seguridad vs cantidad de uniformados. La primera, y que reiteran también otros estudios, es la confianza que inspira la institución policial en el ciudadano, y la segunda, la claridad de competencias y lógicas organizacionales que se le asignan al sistema de seguridad pública.

“Eso no indica absolutamente nada”, coincide Ebrahim Asvat, exdirector de la Policía Nacional (1989 a 1991). Es todo lo contrario, dice, “más policías puede representar un sistema ineficiente, mientras tengas personal entrenado, recurso tecnológico, y un marco regulatorio de la institución, necesitas menos policías”.

En esta ecuación se entrelaza también el sistema de justicia de un país. “Si no hay certeza de castigo las unidades se desmotivan porque asumen que sus acciones no tienen resultados”, añade Azvat.

CIUDADES PELIGROSAS

Una ecuación casi inevitable es la relación entre la presencia policial y tasa de homicidios, un indicador de la inseguridad en un país. En 2022 Panamá cerró con una tasa de 9,2% de homicidios dolosos, de acuerdo con estadísticas del Ministerio de Seguridad. En comparación con otras ciudades de la región, Panamá puede ser calificada como una ciudad relativamente segura.

El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, México, publicó en septiembre de 2022 las ciudades más peligrosas del mundo basados en la cantidad de homicidios. Siete de ellas están en México. Tijuana resultó ser la más violenta.



La presencia policial puede disuadir el crimen: desde afectar la probabilidad de arresto de los delincuentes, llegar rápido a los llamados de emergencia, hasta contribuir al éxito de las investigaciones criminales tras la ocurrencia del delito. Todo esto aumenta el costo de delinquir porque afecta la certeza y celeridad del castigo.

LA CONFIANZA

En cuanto a la confianza en la región Latinoamericana hacia el cuerpo uniformado el descrédito es compartido.  Un estudio reciente elaborado por la encuestadora Gallup (2021) reveló que los latinoamericanos somos los que menos confiamos en nuestras fuerzas policiales en comparación a otras partes del mundo.

Esta encuesta muestra que en Panamá aproximadamente el 50% de los encuestados desconfiaban de la fuerza pública. En Venezuela este número alcanzó un 80%, siendo el país donde los ciudadanos que más desconfiaban en sus agentes. Por su parte, en Uruguay el 65% de la población cree en sus policías, le tienen confianza, mientras que en El Salvador este número es del 602% y en Argentina, otro de los países con el mayor número de policías por cada 100 mil habitantes, el 40% de la población tiene confianza en los uniformados.

Desde hace una década casi tres cuartas partes de la población de la región consideraban que eran “corruptas” o “extremadamente corruptas”. Estas percepciones se agravan en nuestros días en México y Paraguay. Otro factor, igual de importante, que influye en la percepción de las fuerzas policiales en la ciudadanía es que tan organizada o desestructurada es la institución. De igual forma, el salario no es un factor que influye en la confianza de la ciudadanía.

EVALUACIÓN 

Índice Mundial de Seguridad Interna y Policía (WISPI por sus siglas en inglés) que detalla cuatro indicadores básicos que miden el servicio policial que brinda a la sociedad.

El primero refiere la capacidad, que define el número de agentes por cada 100 mil habitantes. Un segundo punto es el procedimiento o la operatividad. En este aspecto se mide el grado de corrupción que hay en la policía y el control que ejerce la entidad para prevenirlo o erradicarlo. La efectividad se relaciona con la capacidad de la justicia, si es imparcial, si respeta los derechos.

En la evaluación del procedimiento también miden el porcentaje de personas que respondieron haber sobornado a la policía en el año reciente y el porcentaje de personas que denuncian un delito a la policía.

El tercer indicador es la legitimidad. En este aspecto se toma en consideración el respeto a los derechos de los acusados, la confianza que despierta la policía en sus ciudadanos, el uso del cargo, es decir, que los policías no abusen del cargo para asuntos privados. En este tercer punto de la legitimidad se estudia también el uso de la fuerza por el gobierno en contra de los ciudadanos.

Celag recoge que en 2020 el salario promedio registrado en dólares de Argentina y Colombia era de 600, Chile de 1140, Ecuador 950, Perú 909, México 870, Paraguay 340 y Bolivia de 330. En Panamá, el rango más bajo devenga $900 mensuales. 

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