El comisionado retirado de la Policía Nacional sugiere una reestructuración de la institución, unificada, con inteligencia, capaz de atender el delito común y el crimen organizado
Roberto Joudry.
Mientras el gobierno no invierta en educación, inteligencia policial y en construir una cárcel con las condiciones que permitan la resocialización de los delincuentes, afirma nuestro entrevistado Roberto Joudry, comisionado retirado de la Policía Nacional, no podremos combatir el crimen común o el crimen organizado. Entre los cambios al sistema actual sugiere la creación de una Guardia Nacional, pero no al estilo militar, sino centralizada para evitar que al paso del tiempo, enfrentemos un problema similar al de otros países en los que la diversidad de Policías han ocasionado una anarquía que los lleva a calificarlos como un estado fallido.
¿Por qué cuesta tanto controlar el crimen en un país tan chiquito? ¿Los candidatos de alguna forma u otra tienen relación con el crimen y al asumir el cargo se ven obligados a pagar favores, ¿quién consigue los votos para estas personas? Nuestro invitado pone el dedo en la llaga al insistir en invertir en inteligencia interna para conocer las entrañas del crimen. No basta con las fuentes usuales de la Policía que emplea para combatir el narcotráfico, sino ampliar la información al delito común, al que afecta a las personas de a pie. En esta tarea preventiva, que no puede atender en forma exclusiva la Policía, sugiere incluir a los ministerios de Educación, de Desarrollo Social, al Municipio, alcaldes o representantes.
Hemos visto en los últimos meses hechos que no eran tan comunes. Ver a panameños en el extranjero aprehendidos por narcotráfico, al igual que la extradición de un expandillero. Como ex director de la Policía Nacional, ¿qué le dice esto a usted?
Los responsables de administrar el Estado deben tomar esto bastante en serio porque la delincuencia hace 20 años no era lo que vivimos hoy en día, pero evoluciona. El narcotráfico puede tener más de 50 años de existir, es un negocio ilícito que inició con la mariguana y luego la cocaína, pero ahora hay otras pastillas sintéticas, drogas. Pero en este país de 4 millones de habitantes hay que poner atención e invertir en la educación. El narcotráfico afecta tanto a las estructuras policiales como judiciales. Pone en riesgo la integridad física de los ciudadanos.
Colón, según su criterio, ¿aún puede ser controlado por las autoridades?
Se ha tratado de hacer muchos cambios a lo largo de los gobiernos. Hoy Colón crece de 16 calles, ahora Colón también lo forma la Feria, Cativá, Sabanitas, Cuatro Altos, pero los problemas sociales han aumentado porque no invertimos en educación. En el deporte, por ejemplo, nos enfrentamos a México que tiene una liga super profesional, que sus jugadores ganan miles de dólares al mes. Nuestros jugadores ganan si acaso dos mil dólares, pero son capaces de enfrentarse de tú a tú con esa selección. Hay que invertir en deporte, en educación, en arte, para no dar oportunidad al narcotráfico que capte a esos muchachos.
¿Sugiere alguna reestructuración de la Policía tomando en cuenta la cantidad de comisionados que hay y el servicio que percibe la ciudadanía?
Eso ahora es así, hace 10 años no era así. Hay que sentarse a hablar con el ministro para hacer una reingeniería en la institución. Ellos tienen la capacidad, yo estoy seguro de que los mecanismos existen.
¿Hay que poner en discusión los estamentos especializados de la Policía o sus funciones?
Hay que ir pensando en un cambio. En una Guardia Nacional.
¿Qué diferencia habría con la Policía actual?
Tendría un mando unificado, mayor flujo de información, invertir en inteligencia, no me canso de decirlo.
¿Por qué eso no puede existir en las condiciones actuales?
Hoy en día, por ejemplo, Senafront o la Aeronaval las dirigen uniformados. El ministro es un miembro de la institución, ellos están preparados, hay que sentarlos a pensar en equipo. El concepto de Guardia Nacional sería distinto a lo que hay. Hoy tenemos un director de cada institución y un ministro. Si hacemos una Guardia Nacional vamos a unificar y tendríamos una unificación de funciones mediante la cual podríamos fluir en información, prevenir con inteligencia, invertir, y buscar más información. Pero si la parte pública, el ejecutivo no integra a otros ministerios como el de Educación, el de Deportes, y Ministerio de Desarrollo Social, de nada vale que la Policía haga un trabajo preventivo.
¿El concepto de Guardia Nacional que usted propone, tiene que ver con militarizar a las unidades?
No militarizar, eso acabó. Solamente será el nombre. Restructurarlo con ese nombre y estarán todos bajo la misma cabeza. Ahora, aunque hay un ministro hay tres directores de instituciones. La frontera, por ejemplo, atiende casos policiales dentro de Darién y migrantes. En algún momento habrá que unificar e invertir en inteligencia. Si no invertimos en inteligencia no podemos diferenciar el delito de la ciudad capital que el resto del país. En esto hay que sumar a los alcaldes, a los representantes, Municipio.
La inteligencia no se crea de la noche a la mañana...
Pregúntele al director y subdirector de la Policía. Ellos saben. Hay que preguntarles a quienes están hoy en día en la institución, hay que dejar que ellos desarrollen eso.
En este momento la Policía hace lo que la ley le permite. La Policía Nacional se encarga de prevenir los delitos.
Por lo general, la inteligencia sobre narcotráfico la recibimos de fuentes externas...
También de fuentes internas. Porque la droga viene del sur, pero se manejan fuentes internas. Recuerda que en el día a día, en la persona que sale a trabajar y ve que el vecino vende droga. A esa persona que el vecino cuando llegan los sábados sube la música a todo volumen. Esa es la persona en la que hay que enfocarnos. Ese es el trabajo de la Policía Nacional.
El hecho de que estos panameños vinculados al narcotráfico se encontraban en el extranjero, uno sin aparente investigación de por medio, ¿Qué lectura le da?
Para que una persona esté en el radar de las autoridades debe tener un proceso judicial, la inteligencia, mientras no esté judicializada no puede ser una información abierta. En este caso posiblemente no tenían ningún caso pendiente en con la justicia.
Pero si las autoridades españolas afirman que a dos aprehendidos se les atribuye el envío de droga desde los puertos de Colón, de casi un tercio de lo que ingresa allá, ¿no los tenían en el radar?
Posiblemente la fuerza pública manejaba información de conocer la actividad, pero no podía hablarlo abiertamente porque no había un caso judicial contra ellos. Tal vez si hay una investigación, producto de ese interés de informar lo que ocasiona es que se alerta al delincuente. Hay que respetar la parte judicial.
Adelita Coriat durante la entrevista.
La forma de venganza entre las pandillas está poniendo en riesgo a la ciudadanía que no tiene nada que ver con narcotráfico...
Es lo que le digo de narcotráfico que pone en riesgo la tranquilidad física y la vida de las personas ajenas al tema. El delincuente busca a su adversario y no mide, no controla, y al final utiliza un arma y pagan quienes no tenían nada que ver.
La estrategia que emplea en este momento el Ministerio de Seguridad y la Policía Nacional para contener el problema, ¿es la adecuada? ¿qué mejoras sugiere?
En este momento la Policía hace lo que la ley le permite. La Policía Nacional se encarga de prevenir los delitos. Dentro de la Policía Nacional hay oficinas o direcciones que se encargan de la investigación del delito. Pero en este caso debe invertir en inteligencia.
Para eso tiene la Dirección de Inteligencia Policial...
Pero esa información, aunque es buena, hay que buscar la manera de tener más información entre las instituciones. Por ejemplo, la Policía, el Órgano Judicial, el Ministerio Público para que fluya constantemente.
¿Hay algo que esté fallando en la Policía que debería de mejorarse en la lucha contra el narcotráfico?
No es que esté fallando la Policía, sino que hay que apoyar a la institución. Requiere de más inteligencia, de intercambio de información permanente tanto de la Policía, no solo entre la fuerza pública, sino con los alcaldes, los representantes.
Los funcionarios públicos son muy celosos de la información que manejan, los pueden acusar de delatores...
La Policía debe acercarse a la comunidad.
Para ello debe haber confianza, ¿cómo se infunde?
Con liderazgo. La confianza se gana con liderazgo. La entidad debe manejar más información y acercarse a la comunidad porque ahí está la información para prevenir los delitos.
Cuando la Policía se acerca a los barrios, muchas veces es recibida con insultos, con balazos...
Eso significa que la Policía es una institución piramidal. El respeto debe venir de arriba hacia abajo. Cada cinco años los políticos y las autoridades juran ante la biblia cumplir y hacer cumplir las leyes. Pero si vemos en la televisión algún funcionario público incumpliendo la ley, o faltando el respeto a algún funcionario de la Policía Nacional qué vamos a esperar de ese ciudadano que está en la calle libando licor y cuando llega el policía le falta el respeto. Eso es producto de lo que ve, un funcionario de equis jerarquía faltando el respeto, invitando a pelear en algunos casos, faltando el respeto a la autoridad.
¿Qué tan efectiva es nuestra Policía?
Es muy efectiva, nuestro país es pequeño. La mayor cantidad de delitos se cometen en la capital, de ahí viene San Miguelito, Colón, Chiriquí, Panamá Oeste, la Policía muestra los resultados de las capturas de homicidios o de droga. Es efectiva, el problema más que todo está en que nosotros no queremos cumplir la ley. En la parte social el padre está incumpliendo la ley. Hay padres que permiten que sus hijos les regalen un celular de $700 sin preguntarles de dónde sacaron la plata. Una vez me encontraba en San Miguelito con un periodista, en San Isidro, y en ese momento se había detenido a dos menores de edad con 120 carrizos de cocaína. Le pregunté a la madre por qué sus hijos no están en la escuela. Esto fue en 2008. Ella no sabía, y permite que sus hijos no estén en la escuela. Los padres han perdido el rol.
De aquí a 10 años, ¿si no se toma una acción que cambie el rumbo, estaremos como México o Colombia en los 90s?
Tres cosas importantes: hablamos de certeza del castigo. Uno la detención, dos el proceso mientras está judicializado, tres la detención. Si no cumplimos con la certeza del castigo el problema va a seguir creciendo. Lo estamos viendo en la cárcel de Mount Hope en Colón. Eso no es una cárcel y no debe ser una cárcel. En el año 2008, llevé a La Joyita a Daniel Delgado Diamante, ese lugar era un centro de entrenamiento militar. Hoy en día es una cárcel. La Joya tampoco es una instalación para mantener detenidas a las personas. Cuando hay un ingreso le preguntan dónde vive y la calle, y en base a esa relación se ubica a la persona. ¿Entonces las órdenes de dónde salen? De la cárcel. Hay que cumplir con la certeza del castigo, hacer una buena cárcel para que las personas que infrinjan la ley estén detenidas.
¿Y la Mega Joya?
¿No se escapó un dominicano de ahí? Las cárceles no están bien diseñadas. Te voy a explicar, en las cárceles hay 20 pabellones, por ejemplo, en cada uno hay 20 celdas, en cada caben tres detenidos.
Pero un día se dañó el candado en la celda. No había dinero porque había que cumplir con un proceso burocrático para adquirirlo. Al final el resto de los presos dañaron todos los candados. Las 20 celdas estaban abiertas. Era una celda para 60 detenidos, pero en 2008 había 400. ¿Sabes cuántos policías custodiaban a esos detenidos? Uno. ¿quién es el detenido? El policía. Hace dos o tres años todos los medios se enfocaron en una balacera que hubo en La Joyita. Pero nadie se enfocó en una garita donde estaba el policía cubriéndose de los disparos, porque esas instalaciones no están diseñadas para ser una cárcel. Hablamos la verdad, ese policía que custodia a los detenidos, del que te hablaba, lo relevó Roberto Joudry. Y le dice el detenido, me acaban de vender un celular a $20. Y se lo vendió el policía y esto no significa que la policía no investiga a sus unidades. Lo hace constantemente internamente. Al final lo que tiene que hacer el policía, es que es un detenido de los presos, o te sumas o te sumamos. Ningún policía va a la cárcel voluntariamente, se le envía porque hay que cumplir una orden.
En su ejercicio como director de la Policía, ¿que intentó hacer para prevenir lo que estamos viviendo hoy?
En el año 2008 nos reunimos tres ministros y mi persona para hablar sobre este problema, incluyendo al secretario del Consejo de Seguridad. En ese momento manifestamos la necesidad de construir una buena cárcel e invertir en educación. Tenemos 32 años de democracia, 53 años si queremos incluir a la dictadura, tiempo en que no hemos invertido como se debe en la educación. En México hay 120 millones de habitantes, por ejemplo, y tienen 1,650 policías diferentes, por eso ahí se habla de un estado fallido. Panamá tiene 4 millones de habitantes por qué no invertimos en educación. “Educa al niño y no castigarás al hombre”, dice el dicho.
¿Por qué siendo un país tan pequeño nos cuesta tanto combatir el crimen organizado?
Le decía que antes de las elecciones me llamó una persona que quería hablar conmigo sobre seguridad. Le sugerí que se acerque a la Policía Nacional y solicítenles que les presenten a qué se deben los problemas sociales de Panamá. Pero en cambio, qué hacen los políticos y los candidatos, llaman a oficiales que están en retiro para que les digan qué deben hacer.
Eso no responde la pregunta...
No hay certeza del castigo.
El crimen está aceptado en ciertos estratos de la población como una forma de vida...
En unos meses vamos a tener elecciones. Debemos pensar bien quiénes son los candidatos a puestos de elección. Si hay alguna persona que está postulado a un puesto de elección y mantiene un problema legal, debemos de pensar bien antes de darles el voto.
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