El economista Arturo Porzecanski reflexiona sobre decisiones gubernamentales, como el subsidio de la gasolina, o los incentivos a los cruceros, como un ejercicio al presupuesto abierto
El economista y exprofesor de la American University, Porzecanski.
El gobierno nacional pone hoy fin al subsidio de la gasolina de 95 octanos que entró en vigencia en julio de 2022, postergó hasta el 31 de mayo el subsidio para la gasolina de 91 octanos y el diésel. La ayuda, de acuerdo a informes del Ministerio de Economía (MEF) representó un sacrificio de $50 millones mensuales, lo que culminaría en un monto de $400 millones.
¿Qué se dejó de hacer o qué se hizo a consecuencia de la medida? Habría sido más productivo atacar los problemas de raíz, en vez de los subsidios? El economista y exprofesor de economía y finanzas internacionales de la American University, Arturo C. Porzecanski, preguntó en un foro reciente qué significó para el gobierno destinar los fondos a este renglón.
Como analista observó un tema álgido. Mirando por el retrovisor recapitula ciertas preguntas “incómodas” a las que busca respuesta. Cuestiona, por ejemplo, por qué benefició a todo el transporte público ya todos los propietarios de vehículos particulares sin exclusión del costo y año, o qué obras se pausaron por falta de presupuesto tomando en cuenta que el gasto no estaba presupuestado originalmente.
Porzecanski conversó recientemente en el foro “Presupuesto de Panamá, su relevancia para la sociedad civil”, organizado por Transparencia Internacional, capítulo de Panamá, en el que reflexionó sobre algunas decisiones gubernamentales y aportó alternativas en miras a la apertura de datos en el uso del erario público.
En este sentido, concluyó que la ayuda en materia de combustible debía dirigirse a los más necesitados, o por ejemplo, a autos con cinco años de antigüedad. y no a los nuevos, lo que hubiera significado un ahorro al fisco. En la misma línea cuestionó por qué se abarcó todo tipo de combustible incluido el de 95 octanos, cuyo costo es mayor al de 91 octanos o el diésel.
Cabe recordar que en el escenario en que el gobierno atendió la demanda de subsidio, el precio del petróleo superó los $100 el barril y el galón de gasolina de 95 pasaba de los $5, a raíz del conflicto ruso-ucraniano. El alza, sumada al impacto de la pandemia y el alto costo de la vida ocasionó protestas en las provincias centrales a las que el gobierno respondió con el congelamiento del precio de combustible en $3.25.
Después, el precio del barril bajó, pero el subsidio continuó, lo que para el economista fue una acción ilógica. “Quizás se debía sacar el subsidio poco a poco, me parece una contradicción ilógica mantener el subsidio fijo cuando el precio ha variado”.
A continuación se detuvo en la decisión del gobierno de mejorar los incentivos para los cruceros, a través del Decreto Ejecutivo 8 del 9 de marzo de 2023, momentos en que Norwegian Cruise Line anunciaba que en diciembre de 2024 culminaría su itinerario en Panamá.
Uno de los inconvenientes, no dicho oficialmente, radicaba en que el puerto de Amador donde desembarcan los pasajeros estaba sin terminar debido a la deuda que mantiene el gobierno con la empresa. Al respecto se preguntó Porzecanski si no hubiera sido mejor atacar el problema de raíz, pagar al desarrollador para que culmine el proyecto que se encuentra en un 90% de avance, en vez de que la Autoridad de Turismo de Panamá a asuma el pago del costo del peaje del tránsito por el Canal de Panamá más allá de 2027.
Otro aspecto de análisis fue el manejo de la planilla de la Caja de Seguro Social (CSS). Las contrataciones que pueden ser un botín político para diputados. El director de la institución, Enrique Lau Cortés, ha mencionado, dijo Porzecanski, “que cuenta con procedimientos específicos para reclutamiento”. De esta forma se preguntó si es posible que se esté violando la ley orgánica de la CSS (artículo 51) que habla de la selección de la competencia profesional, que exigen evaluaciones de ingreso, concursos de antecedentes, exámenes de libre oposición.
La idea es promover la alianza para el Gobierno Abierto que reúne a 75 países y 106 gobiernos locales para implementar reformas que promuevan gobiernos más abiertos, transparentes, inclusivos y responsables.
El indicador de la corrupción, señaló el experto en finanzas internacionales, en el que Panamá aún no se encuentra en el cuarto o mitad superior a los países más transparentes, afecta la calidad de la gobernanza.
Entre los aportes para mejorar el acceso a datos y ejecución del presupuesto mencionó los 10 mandamientos de una buena gobernanza presupuestaria. El primero, dijo, debe ser gestionar el presupuesto dentro de los límites claros, creíbles y predecibles para la política fiscal.
Algo esencial es alinear los presupuestos y las estrategias de mediano plazo, pues los gastos deben ser planificados de acuerdo a las necesidades del país y no obedecer necesariamente al presupuesto del pasado (ver tabla en la versión impresa de La Estrella).
Otra forma de contar con un control sobre el gasto público y el destino del presupuesto es identificar los rubros de gasto y definir en qué lo gastan los ejecutores. En este renglón el especialista subraya que no hay mayor detalle de en qué se gasta el dinero en funcionamiento e inversión.
Hay formas de clasificar el gasto. En algunos países es funcional, es decir, define los objetivos para qué se van a gastar los recursos. Esto quiere decir, integrar funciones, programas para conectar los gastos con los objetivos.
En otros el presupuesto se confecciona a base de resultados. Orienta las acciones del gobierno hacia los resultados que la ciudadanía desea obtener y no en los insumos que los servidores públicos realizan cotidianamente para cumplir con sus obligaciones.
En el foro se explicó que Panamá está pasando por una transformación importante en cuanto la forma de presupuestar, aunque ha sido uno de los últimos países en adoptar una medida de resultados vs presupuestos. De esta forma se incorporaron cinco entidades en un plan piloto al que debe darse seguimiento. El país ha hecho mucho progreso en los últimos 10 años, “pero si lo miden en comparación a otras naciones, tal vez no ha avanzado tanto. Una parte del atraso se debe a la falta de seguimiento de los programas según el gobierno de turno”, detalló el experto.
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