Los resultados de la asesoría del cuerpo de ingenieros del Ejército estadounidense fueron entregados a la ACP. Entre los hallazgos, la opción más viable es un embalse en la zona de río indio, lo que conllevaría una modificación a la ley 28 que prohíbe al Canal la construcción fuera de su jurisdicción
La parte social resulta complicada por la resistencia que mostraron las poblaciones cuando la ampliación del Canal, y ahora también se verán afectadas con la construcción del embalse.
Las fórmulas que había considerado la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) dentro de la cuenca para resolver el problema de abastecimiento de agua de la vía no son suficientes. Los estudios, que han agotado todas las soluciones internas, obligan a buscar nuevas fuentes de agua, tanto para el consumo humano como para la operación del Canal fuera de la jurisdicción de la vía.
Así lo determinaron los resultados preliminares de la asesoría técnica elaborada por el cuerpo de ingenieros del Ejército de Estados Unidos, que exploró el programa de proyectos hídricos para hallar un sistema de optimizado de administración de agua.
En este contexto es el gobierno quien deberá adoptar decisiones fundamentales, jurídicas y sociales, para liderar gestiones con miras a resolver el problema.
Una segunda conclusión, que aparenta ser la más viable y menos costosa, apunta a la posibilidad de hacer un embalse en río Indio.
Según el administrador del Canal de Panamá, Ricaurte ‘Catín’ Vásquez, quien habló para el programa En Contexto de Eco Tv, ésta parece ser la mejor alternativa, pero pasa por un tamiz social delicado por las comunidades que ahí viven. Otro punto que se debe atender es la parte jurídica. Enfrenta el resultado de la Ley 28 del referéndum (2008) en la que se estableció que el Canal no hará embalses.
Esto lleva a la primera incógnita: ¿vamos a reconsiderar el contenido de la ley para autorizar a la ACP la construcción de nuevos embalses? Si la respuesta es sí, y tanto el Ejecutivo como la Asamblea Nacional aprueban la norma que permite esa flexibilidad, el Canal tendría el margen y mandato para proceder. “Eso no resuelve el problema, pero es una parte de la solución”, apunta Catín.
La parte social resulta complicada por la resistencia que mostraron las poblaciones cuando la ampliación del Canal, y ahora también se verán afectadas con la construcción del embalse. El último censo de población nacional (2023) registró aproximadamente 10,500 habitantes en la zona que tendrían que ser reubicados respetando las mismas condiciones o mejoradas. “Debemos tener muy presente que, si bien es noble el propósito de dotar agua potable a la población, siempre habrá intereses que piensen que esa no es la solución, que les afecta y que de alguna manera debe tener algún tipo de resarcimiento”, indicó Vásquez.
En caso de que la opción de río Indio sea rechazada, habrá soluciones más extremas, de las que Vásquez no entró en detalle. En cambio, enfatizó la importancia de haber tomado la decisión del tercer juego de esclusas, que han incrementado los ingresos y la ventaja competitiva en el negocio de paso de buques.
En caso de adoptar como válida la decisión de río indio, el lago Bayano continuará sirviendo como fuente de agua para consumo de un segmento de la ciudad, sin alteraciones en su operación. La estimación del estudio del cuerpo de ingenieros es que en los próximos 15 años aumentará de 700 millones de metros cúbicos a mil millones de metros cúbicos el consumo de agua potable. Esta fórmula, de igual manera representa aliviar la presión sobre el lago Gatún que ya está sobre agotado, no tienen más flexibilidad según concluyó el estudio.
Por lo tanto, Gatún quedará excluido de las alternativas a considerar fuera de la cuenca del Canal. Actualmente, éste lago es la fuente primaria en la que descansa el Canal para su operación y a la vez el principal recurso hídrico de donde se obtiene el agua cruda para proporcionar de agua aproximadamente al 50% de la población.
DECISIONES
La gran pregunta es: ¿qué vamos a hacer? La respuesta pasa por una discusión social, que a juicio de Catín, debería estar alejada de todo apasionamiento político porque está en juego la viabilidad del largo plazo de la vía por Panamá.
Un debate que se entremezcla con un año electoral en curso, que puede distraer la atención del gobierno en el tema y ausentar el capital político para tomar decisiones difíciles. Lo que hay que medir, según Vásquez, “es el costo de no hacer nada”.
La definición que se avecina, por tanto, es tan o más importante que la otrora aprobación del tercer juego de esclusas, puesto que el resultado determinará la confiabilidad del negocio por el que pasa el 6% del comercio mundial. “Si nosotros no le salimos al paso a una solución permanente en la disponibilidad de agua dentro del Canal de Panamá, vamos a perder hegemonía y competitividad para poder mantener el negocio que es medular para la operación”, aseguró el administrador.
El administrador de la vía interoceánica explicó que han encontrado razones geológicas y de ubicación que impiden la solución que se contemplaba del brazo del río Trinidad para construir un embalse. No es viable. “Resulta extraordinariamente cara, hay un problema de resistencia de suelo para poner lo que se requiere y a consecuencia nos obliga a dar soluciones fuera del área del Canal”, dijo Vásquez.
FRACCIONAR GATÚN
Anteriormente la entidad había considerado hacer un embalse en el brazo de río Trinidad además de segmentar por pedazos el lago Gatún para contar con mayor capacidad de almacenaje, “pero ninguna de estas soluciones por sí solas resuelve el problema que debemos atender, agua para el Canal y consumo”, explicó el administrador. La solución, por tanto, requiere de múltiples proyectos que trabajen de manera coordinada para poder asegurar la disponibilidad de agua.
Entre las alternativas para satisfacer la demanda de consumo también se asoma hacer algún seccionamiento del lago Gatún para poder asegurar la disponibilidad de agua en algunas localizaciones específicas. En este último punto, la acción inmediata que planifica el Canal es “mover la toma de agua de Miraflores de donde está ahora mismo, en Paraíso, y cambiarla a Gamboa, donde la fuente de agua viene directamente del río Chagres y no está mezclada con el agua salina que se incorpora cuando se hace la operación de esclusa”, dijo Vásquez señalando así la primera tarea que licitará la entidad. Se trata de un paliativo para la planta potabilizadora de Miraflores.
En 2019-2020 la ACP discutió la posibilidad de utilizar Bayano, pero se recibió un valor y un precio por el agua que excedía los estimados y se vio obligado a explorar otras soluciones. Es la razón por la que no se tomó la decisión de trabajar sobre Bayano en ese momento. “Posiblemente no pueda surtir agua para el Canal, pero sí puede surtir agua potable para algunas secciones de la ciudad”, señaló Catín.
Una opción, la primera y más rápida, es culminar el diseño y especificaciones para licitar en aproximadamente un año y medio la forma de cómo extraer agua de Bayano para suministrar agua a parte de la población de la ciudad de Panamá hacia el Este.
Existen otros proyectos producto del estudio que aún no han sido divulgados. Esta semana el comité hídrico de la Junta Directiva de la ACP se reunirá para analizar el estudio. Los resultados que presente el comité irán al pleno de la junta directiva a realizarse a finales de junio. Dicha propuesta posteriormente será explicada al gobierno, incluyendo algunos temas vinculados a las decisiones que debe adoptar el gobierno.
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