Compareció este martes ante un juez federal acusado de 37 cargos. Después de una hora, el expresidente Donald Trump fue puesto en libertad sin fianza o impedimento, excepto conversar con los testigos. Se trata de un caso inédito, que de salir culpable podría pasar de cinco a 20 años en la cárcel
El expresidente Donald Trump se declaró inocente por mantener en su poder aproximadamente 100 documentos clasificados de seguridad nacional que contienen información sobre armas nucleares que fueron encontrados en su residencia, y luego de haber mentido a los funcionarios que intentaron recuperarlos.
A las tres de la tarde, Trump compareció en la corte federal de Miami, Florida. Ingresó al edificio por la parte trasera y luego de que el juez le presentara la acusaciones, sus abogados manifestaron dos palabras: no culpable.
Después de casi una hora el expresidente abandonó el salón de audiencias sin ningún tipo de restricciones de libertad, a excepción de la petición del juez de no conversar con testigos entre los que se encuentran empleados y agentes del servicio de seguridad - al menos que se encuentre en presencia de sus abogados -, para evitar entorpecer la justicia.
El caso sin precedentes es descrito por especialistas como una acusación muy seria en contra del expresidente, que de salir culpable podría enfrentar una pena de nueve a doce años de prisión.
La presencia de Trump en la corte de Miami citó a manifestantes a favor y en contra quienes se concentraron afuera del edificio situado en el centro de la ciudad.
Este proceso judicial, por haber retenido documentos clasificados, podría presentarse de igual forma al exvicepresidente Mike Pence, o al mandatario Joe Biden, a quienes también se les encontraron este tipo de papeles con información de seguridad nacional.
La diferencia, según señaló el exfiscal general Alberto González a la cadena de televisión Univisión, es que Trump no entregó los documentos a los funcionarios cuando éstos se lo solicitaron. Les Mintió.
Durante la audiencia, Trump permaneció en silencio y una vez culminó, el juez lo dejó en libertad, no impuso fianza o impedimento de salida del país.
En camino a su avión privado, el exmandatario se detuvo en el famoso restaurante cubano “Versailles” para saludar a sus seguidores, quienes lo bendijeron en español e inglés y después le cantaron feliz cumpleaños por motivo de los 77 años que celebra hoy.
En ese momento recordó a los presentes que haría un pronunciamiento pronto y después, entre saludos y aplausos salió del lugar.
En el indictment o acusación en contra de Trump se leen 31 cargos por retención deliberada de información de defensa nacional; uno por conspiración por obstrucción de justicia; otro por ocultar de forma corrupta un documento, y uno más por ocultar un papel en una investigación federal. Algunos de estos cargos tienen una pena máxima de 20 años de prisión y otros un rango de entre nueve a doce años.
El expresidente ha sido acusado penalmente en dos ocasiones previas. Una por el asalto al Capitolio ocurrido en enero 6, y otra en abril pasado por sobornar a la actriz porno Stormy Daniels para comprar su silencio durante la campaña de 2016 luego de un encuentro sexual extramarital.
Ayer en la corte de Miami, Trump apareció con un equipo de abogados, dos nuevos que sustituyen a Jim Trusty y John Rowley, quienes renunciaron hace un par de semanas.
A las 2 de la tarde, cuando Trump entró al edificio, se le tomaron las fotografías protocolares, aunque el juez ingresó a la audiencia unos cuarenta minutos después.
En el recinto no se permitió el ingreso de cámaras, aunque los periodistas que cubrieron la audiencia describieron a un Trump sereno, que dialogaba con sus abogados únicamente. El equipo legal de Trump se dirigió al magistrado Jonathan Goodman, en relación a la prohibición de hablar con los testigos, pues al tratarse de empleados, de alguna forma su cliente debe dirigirse a ellos, a pesar de la prohibición de comunicación entre ambos. Se aclaró que la conversación debía ser únicamente de asuntos no concernientes al caso.
La fiscalía contaba con al menos un equipo de 13 abogados. El juez Goodman leyó los cargos criminales contra Trump y se espera próximamente el proceso de descubrimiento de evidencias y después la fecha de juicio.
En este punto, las evidencias en manos de la fiscalía deberían ser suficientes para condenar al expresidente. Tanto su contenido como quienes pueden tener acceso a éstos, así como las estrategias aún no reveladas que empleará la fiscalía en contra del expresidente, forman parte de un proceso inédito que podría desarticular la candidatura y la carrera política de Trump a pesar de que por el momento, el caso se ha traducido en una creciente popularidad a su candidatura.
Por su parte, la defensa intentará disuadir las evidencias de la fiscalía y convencer al jurado de 12 personas de la inocencia de su cliente quien achaca el proceso a una persecución política. Sus abogados deberán explicar la razón por la que conservó en su poder los papeles ultra secretos.
En medio de aspiraciones para llegar una vez más a la Casa Blanca en 2024, antes de presentarse en la audiencia, Trump calificó el proceso como una cacería de brujas, alegando que en la administración de Joe Biden se han cometido peores actos criminales, pero centra la atención en su persona y su candidatura.
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