Próximo presidente debe tener un plan de relaciones internacionales

Especialistas en el tema recomiendan reforzar la cancillería con recursos y personal especializado para elevar el rol de Panamá en temas beligerantes a nivel internacional y tener músculo para defender los intereses del país  



Las negociaciones deben estar a cargo de la Cancillería, no del Ministerio de Economía y Finanzas.


El próximo presidente  debe estructurar un plan serio de relaciones internacionales, capaz de defender los intereses económicos y comerciales del país, coincidieron el excanciller José Raúl Mulino y Francisco Álvarez de Soto (FAS), ministro encargado de Relaciones Exteriores (2022).

Ambos participaron este miércoles en el conversatorio del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), cuyo tema central fue el “análisis de los retos y desafíos de la política exterior panameña”.

“Hay que preguntarles (a los candidatos) si continuarán las cosas como ahora, si dice que hay que mirar a lo interno, ese candidato no debe ser presidente. Debe tener la forma de cacarear afuera, hay que invertir en proyección internacional, no en viajes de fiesta, empezando por el presidente que debe dejarse aconsejar por el canciller”, señaló FAS.

Para concretar lo anterior será necesario reestructurar la cancillería y pasar de ser un ente concentrado en la promoción de inversiones para proyectarse como un punto geopolítico relevante, pero a la vez mantener relaciones bilaterales claras con un rol regional y global.

Este papel internacional debe entenderse en temas beligerantes para ser vistos en dicho contexto. “Hay que tener una agenda global sobre los temas que le importan al Consejo de Seguridad. No sólo lo que nos pida Estados Unidos, sino lo que podamos aportar”, acotó FAS. Para ello, añadió, “hay que tener relaciones bilaterales muy claras, la relación con Estados Unidos está ahí, hay que administrarla. Panamá debe ser capaz de tener una opinión con todas las naciones desde la más pequeña a la más poderosa”.

“Nos han pasado por encima porque no tenemos la claridad de cómo promover y proteger nuestros intereses económicos”, agregó FAS.

En política exterior recomiendan incorporar nuevos temas que parecen marginados, pero que están en boca de todo mundo. Por ejemplo, medio ambiente, energía renovable, seguridad y articular la acción exterior en foros con embajadores especializados en esos temas y en materia económica. “Volver a lanzar las capacidades del país para negociar tópicos de comercio, administrar los Tratados de Libre Comercio con personal que hace falta para defender los intereses del país”, explicó FAS.

La lucha por extraer al país de las listas grises, un asunto que ha tomado beligerancia en varios círculos intelectuales por los compromisos que adoptó el país, fue otro punto de análisis.

Las negociaciones deben estar a cargo de la Cancillería, no del Ministerio de Economía y Finanzas. FAS sugiere que en las futuras negociaciones con la Unión Europea que mantiene a Panamá como un país con regulaciones poco eficientes en materia de evasión fiscal, se debe nombrar un consejo interinstitucional dirigido por un secretario o embajador especial capacitado, puesto que las negociaciones con este bloque son más “duras que con los estadounidenses”, dijo FAS.

En la reunión también se destacó que las relaciones diplomáticas con China se encuentran mermadas, disminuidas, y por el otro lado de la moneda, Panamá debe ser libre de decidir qué tipo de relaciones desea mantener con Taiwán, tomando en cuenta el valor de la relación bilateral de décadas que hubo entre ambos países.

LA NEUTRALIDAD

Por décadas Panamá ha proyectado al exterior una imagen de un país neutral. Un estatus prácticamente heredado de la neutralidad que embiste a la vía interoceánica por el Tratado de Neutralidad, pero que no necesariamente debe responder a la política exterior del país.

“Podemos ser neutrales sin que eso signifique taparnos la boca, hay que exigir rendición de cuentas y tener opiniones puntuales”, replicó FAS.

La neutralidad del Canal de Panamá no necesariamente debe arropar la conducta del país, en concepto de Mulino. De acuerdo con el excanciller no se debe adoptar una política neutral en temas de seguridad nacional. “El lío de Darién es una gran mafia internacional con el apoyo directo o indirecto de quien dirige el país vecino. No podemos amputarnos los brazos diciendo que somos neutrales”, sentenció Mulino.

El excanciller también se pregunta, por ejemplo, por qué nadie ha levantado la voz sobre lo que ocurre en Nicaragua bajo el régimen de Daniel Ortega, en cambio, en el pasado “apoyamos a ese país para obtener la presidencia del Sistema de Integración Centroamericana (Sica)”.

El exembajador de Panamá en Washington, Eloy Alfaro, quien estuvo presente en el foro - al igual que Roberto Alfaro, José Miguel Alemán, Aida Michel Maduro (presidenta de Cicyp) y Camilo Valdés - abogó por cuidar la neutralidad, “no podemos ser un país que se incorpora en cuanta aventura militar hay en el mundo”, manifestó.

FAS propuso promover la adhesión de otros países  al Tratado de Neutralidad del Canal de Panamá, puesto que “todos juegan a guerras nucleares y se olvidan de que el Canal es la vía para el comercio mundial, lo que motiva a revalorizar a nuestro país en foros internacionales”, zanjó.

El Cicyp fue fundado por Joaquín José Vallarino, reconocido empresario y pionero de la industria nacional, hace más de 45 años y está compuesto por un grupo de intelectuales que se reúnen para analizar temas de actualidad nacional y política exterior.

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