Rubén González: “La trata sexual de niños existe, no es Hollywood”

Un abrazo de una niña de dos años cambió el rumbo de su carrera. Dejó las investigaciones de narcotráfico y se dedicó a rescatar a menores víctimas de trata sexual en el mundo. En estos ocho años de misión ha liberado de estas redes a más 6 mil niños 



Rubén González (foto: cortesía Larish Julio, La Estrella de Panamá).


Rubén González trabajó por más de 35 años en el departamento de Homeland Security del Departamento de Estado estadounidense. Su trabajo se centraba en desarticular el entramado financiero del narcotráfico para blanquear el dinero. Pero un día, el abrazo de una niña de dos años le cambió la vida. La había rescatado de un coyote que pedía a la madre $10 mil para entregarle a su hija por cruzar la frontera. Al rescatarla, sintió las manitas de la niña abrazada a su cuello en uno de los abrazos que jamás olvidaría. Su mirada lo obligó a cambiar el rumbo de sus investigaciones. Desde hace ocho años González forma parte de Operation Underground Railroad (OUR), una organización sin fines de lucro dedicada a la lucha contra el tráfico y la explotación sexual infantil. Durante este tiempo la organización ha liberado a más de seis mil niños alrededor del mundo, y contando.

Se trata de uno de los delitos que más rápido crece y de los más lucrativos de todos, unos $150 billones anuales. En este sentido, la misión de OUR es apoyar a las autoridades locales con asesoría, recurso humano cuando las leyes lo permiten. Recientemente la ong ha tomado vuelo por la película “El sonido de la libertad” (The sound of silence), la polémica cinta que Hollywood rechazó, y que narra la historia verídica de un grupo de niños víctimas de trata sexual en Colombia. 

¿Cuál es la situación de Panamá en materia de delitos de trata sexual infantil?

Panamá está muy avanzado en su legislación en comparación a otros países y no ha llegado al nivel de explotación sexual como ocurre alrededor del mundo en materia de trata. Las autoridades están haciendo frente a este tema. Pero nosotros como organización sabemos que Panamá es un trampolín, las organizaciones criminales les gusta agarrarse de lo legítimo, entonces como país trampolín queremos que la trata y el abuso sexual infantil por temas migratorios no llegue al nivel en que ocurre en otros países. Debemos adelantarnos y apoyar en lo que podamos para que no llegue al nivel de otros países.

¿En comparación a qué países?

Por ejemplo, en Asia, no me gusta nombrar países, pero en ciertos lugares cuando hay falta de recursos los padres venden a sus hijos a cambio de dinero por el nivel de pobreza. Los padres quizás no tienen la conciencia, es común que en algunas partes del mundo vendan a los niños y los mueven después a otros países. En Panamá no vemos eso, la comunidad no está involucrada en eso. a ver, ya está desaparecida.



Panamá está muy avanzado en su legislación en comparación a otros países y no ha llegado al nivel de explotación sexual como ocurre alrededor del mundo en materia de trata (foto: cortesía Larish Julio, La Estrella de Panamá).


¿En cuánto calculan las ganancias de las redes de pedofilia?

A nivel mundial, según las Naciones Unidas y otras organizaciones que monitorean este delito, el año pasado calcularon ingresos por $150 mil millones.

¿Cuántos niños han rescatado en Panamá?

Ya estamos apoyando a 26 niños y sus familias en varios temas.

¿Hay investigaciones en curso sobres redes de pedofilia en Panamá?

Como no soy autoridad no tengo los datos de la Policía sobre investigaciones. Nosotros apoyamos en temas técnicos, ya sea de proyectos de enseñanza cibernética, equipos especiales de software para hacer análisis, pero de investigaciones específicas lo hace la Policía. Nosotros donamos equipo y ofrecemos entrenamiento, asistencia y si la ley lo permite, tenemos equipo humano que puede ayudar en operaciones encubiertas bajo la supervisión y dirección de la autoridad competente.



Hay niños o adultos que buscan a los coyotes o las personas que están en estos carteles y los ponen en un negocio que supuestamente dedicada a turistas (foto: cortesía Larish Julio, La Estrella de Panamá).


El 20% de quienes cruzan la selva del Darién son menores de edad, ¿no temen que los no acompañados sean víctimas de trata?

Para mí, como padre y a toda persona se le rompe el corazón cuando cuentan que perdieron a sus padres cruzando el Darién. Es un tema que es una realidad, nosotros nos enfocamos al delito de abuso sexual de los niños producto de la trata. Pero veamos, muchos niños cruzan con sus padres o solos buscando una vida mejor en el norte. En este camino, puede ser por enfermedad, o se pueden convertir en víctimas si se quedan solos o si vienen solos. Es muy fácil.

¿Cómo sabemos que no están siendo víctimas de trata para llegar a Estados Unidos?

No sabemos específicamente eso. Entrevistas de niños y niñas que han sido rescatados, cuando hablan con nuestro personal, les cuentan de cómo fueron víctimas de temas sexuales y cómo les obligaron a trabajar.

He trabajado en Centroamérica y otros países, hay niños o adultos que buscan a los coyotes o las personas que están en estos carteles y los ponen en un negocio que supuestamente dedicada a turistas. Esa fue una experiencia que tuvimos. En ese sitio se dedicaban a violar a niños entre 6 y 12 años en un país de Centroamérica. Incluso tenían ventanas especiales de espejo que las personas podían pagar para ver a un adulto abusar de un niño. Esto existe, no es Hollywood. En ese caso las autoridades locales en coordinación con OUR pudimos pasarnos por supuestos clientes para comprar niños y al momento en que nos trajeron a los niños intervinieron las autoridades para rescatar a los niños y posteriormente les dimos atención en la fundación.

¿En el mundo cuántas víctimas han sido rescatadas?

Alrededor de 6 mil niños desde el 2013 a la fecha.

¿Cómo es una operación de rescate?

La operación de nosotros es en varios países con personas que nos pasan información. Hay informantes de las organizaciones no gubernamentales que reciben las denuncias porque la gente no confía en las autoridades locales y se acercan a ellos. Ellos nos dan información. Lo que hacemos es recolectar la información para saber si es verídica o no. Debemos verificar si hay un negocio, por decir así, de vender niños. Luego le mandamos la información a las autoridades locales para explicarles lo que vimos en el sitio. Si las autoridades nos piden el apoyo, por ejemplo, en operaciones encubiertas lo hacemos. Esto ocurre muchas veces porque, por ejemplo, si estamos haciendo una operación en Honduras y te dicen, quiero dos niñas y se trata de un policía o una persona local la que las está solicitando, no le van a creer. Pero si yo mando a un gringo o alguien de otra nacionalidad con billete, es más fácil que le entreguen a la niña. Nosotros de esta manera cooperamos con las autoridades que nos permiten colaborar como agentes, al final hacemos una declaración jurada y testificamos en los tribunales. Es una operación como si fuera un negocio, cuando llegan los niños y pagamos a los traficantes entra la autoridad para rescatarlos.



Estamos en un mundo donde todo es intercambio de Internet, una época del movimiento migratorio más grande que nunca, los carteles y las redes se aprovechan (foto: cortesía Larish Julio, La Estrella de Panamá).


Por lo general, ¿a cuántos niños rescatan en estas operaciones?

Tratamos de hacer que traigan muchos, les decimos que tenemos una fiesta o un evento especial, como nos ven con mucho billete lo hacen. Las más vulnerables son las chicas entre 15 y 17 años porque están creciendo.

Una vez rescatados, ¿cómo los ubican con sus familiares?

Vamos a decir que una niña la agarran en la calle, en un momento de descuido o porque se peleó con sus padres. En Estados Unidos llegamos a ver a los traficantes en el centro comercial. Lo que hacían es que mandaban a mujeres más grandes, como de 18 años y se hacían sus amigas. Ganaban su confianza para luego convencerlas. Una vez que las rescatamos, traemos personal como trabajadores sociales del país junto a los nuestros, buscamos enfermeras idóneas y empiezan a trabajar con las víctimas que han sido emocionalmente violadas. De esta forma entablamos su confianza para que nos cuenten sobre las redes. Mientras más jóvenes más rápido se pueden recuperar.

¿Qué tipo de secuelas sufren estas víctimas?

Van creciendo con desconfianza de las personas, puede ser que se hacen introvertidos, aunque gracias a Dios no hemos visto suicidios porque trabajamos de cerca con ellos, aunque sí sufren de depresión.

¿Cómo es la relación con la familia posteriormente?

Mucho depende de la familia y la sociedad. En algunas sociedades las ven como víctimas sin perjuicios, las apoyan y tratamos de que el tratamiento que les damos pueda servirles para insertarse en la familia y la sociedad. Pero una cosa que tenemos que ver es nuestra cultura latina. Muchas veces hay prejuicios, las ven como prostitutas y empiezan a revictimizarlas, les afecta mucho. Pero algo más importante es que las cuestionan: por qué no pidieron ayuda; por qué no declararon; por qué no se escaparon de sus raptores. Lo que no saben es que estas redes las amenazan con matar a sus familiares. Van a los pueblos donde vive su familia y les toman fotos a sus padres, sus hermanos y luego se la enseñan y les dicen que si tratan de escapar o ir a la Policía los van a matar. Las tienen atemorizadas y no se atreven a hacer nada. Se ven obligadas a quedarse.

¿Cuál es el tiempo promedio que dura una persona bajo las redes de trata?

Hemos visto personas que pasan tres años, pero también hemos tenido casos en los que han estado 10 años. Es un tema que me afecta mucho emocionalmente. Yo trabajé encubierto por muchos años en muchos países mayormente lavando dinero para los narcos, buscando en qué bancos lavan su dinero. Un día estaba de turno, es decir, tenía que atender lo que llegara. Me llegó una llamada como a las 11 de la noche. Yo había trabajado en el tema de trata un poquito. Una madre que había cruzado la frontera y que había pasado por la guardia costera, los coyotes le quitaron a la niña, era chiquitita, tenía como dos años. Se la habían quitado en un pueblo cerca de McAllen, Texas, dentro de Estados Unidos, pero los coyotes le dijeron: si quieres a tu niña te cuesta $10 mil.

Ella acudió a la policía fronteriza y me tocó esa investigación. Trabajando encubierto le pedimos a la señora que les diga que yo era un amigo de la familia y que iba a tratar el tema porque ella no podía con eso. Yo iba a negociar por ella. Rescatamos a la niña a las 4 de la mañana de esa noche, trabajando con jueces y fiscales, pedimos que me rastreen el teléfono y logramos que los jueces nos autorizaran ciertas diligencias. Cuando rescatamos a la niña el punto de encuentro era una gasolinera. Yo tenía supuestamente el dinero y estaba el personal encubierto con nosotros. La niña me vio y me hizo una señal con las manitos, yo me arrodillé porque era una niña de pañales. Me ha agarrado y me ha dado un abrazo tan fuerte alrededor del cuello (se le salen las lágrimas) que yo nunca había sentido algo así en mi vida. Como quien dice: gracias. Sentí algo sin comparación. Ahí dije, todos estos trabajos son importantes, los del narcotráfico y lavado de dinero, pero aquí estamos hablando de un alma de Dios. Cuando me jubilé vine a Panamá y decidí que iba a seguir en estas operaciones.

¿Cómo mueven el dinero los traficantes de niños?

Vía remesas, de cooperativas a cooperativas para evadir las reglas bancarias. Después hacen préstamos contra el dinero, lo pasan a otros, compran negocios, pero siempre hacen varios movimientos antes para perder la cuenta de origen y pareciera después dinero legítimo.

¿Se sabe cuántas redes de tráfico de niños hay en el mundo?

No, eso es imposible de saber. Vamos a decir, una persona que cruza la frontera de Sudamérica y dice que va a para Estados Unidos es un tema de tráfico de migrantes. Muy fácilmente esa persona se puede convertir en víctima de trata porque no tienen todo el dinero para pagar a los traficantes de una vez. Lo van haciendo en el trayecto, pero cuando llegan si no recogen toda la cantidad ellos les dicen que para completar el pago tienen que trabajar en lo que les digan cuando llegan a Estados Unidos. Los ponen a trabajar en prostíbulos, hoteles, así se convierten en víctimas de trata.

¿De dónde salen estas cifras?

Son análisis que hacen las agencias policiales que reportan los crímenes y reportan estadísticas basados en investigaciones de las redes y finanzas a nivel mundial.

¿A qué atribuyen que éste sea uno de los delitos más lucrativos y de mayor crecimiento?

Estamos en un mundo donde todo es intercambio de Internet, una época del movimiento migratorio más grande que nunca, los carteles y las redes se aprovechan. Pero veamos algo, durante mi carrera, cuando trabajaba encubierto yo podía comprar un kilo de cocaína en Centroamérica con $2 mil. Lo llevaba a Estados Unidos de forma encubierta para entregarlo a los compradores que pagaban $25 mil o $45 mil. Eso es un kilo. Se acabó.

Pero tu puedes agarrar a un niño o una mujer y los puedes poner a trabajar por diez años, y por cada evento sexual puedes obtener entre $100 a $500 y lo puedes hacer entre 5 a 10 veces al día. Pon $300 diarios multiplicado por años, por eso es el crimen más lucrativo.

¿Qué tan arraigada están las redes de trata en Panamá?

Yo no creo que estén tan arraigados como en Centroamérica, Asia o Medio Oriente. No a ese nivel, aunque siempre hay. Cuando hay oportunidad de hacer dinero, siempre estarán ahí.

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