En el marco del foro Harvard National Model United Nations Latin America, jóvenes debatieron sobre temas de actualidad y escenarios simulados, ejercicio para desarrollar habilidades en el diálogo como mecanismo en la búsqueda de soluciones, además de la participación en las políticas que les incumben
Los jóvenes que impulsan el proyecto de ley trabajan desde hace meses en la elaboración del documento con el apoyo del Fondo de Población para las Naciones Unidas.
Panamá no cuenta con una política actual que defina las necesidades y preocupaciones de la juventud desde que se aprobó la primera en 2008. El más reciente esfuerzo que intenta adaptar las necesidades de esta población a la vida nacional, se encuentra a la espera de segundo debate en la Asamblea Nacional. De aprobarse podría constituirse en el primer paso orientado al reconocimiento de los derechos humanos de las juventudes en Panamá. El proyecto recoge los ejes que los jóvenes identificaron en la plataforma Agora sobre los temas que más les preocupan: agro, salud, educación, ambiente, cultura, deportes, empleabilidad y emprendimiento, seguridad ciudadana, inclusión y comunicación.
Mediante la iniciativa legislativa se pretende una revisión cada cinco años de la Política Pública de Juventud, que debe ser reglamentada por el Ejecutivo a través del Ministerio de Desarrollo Social (Mides). De esta forma se debe garantizar un plan de acción integrado con las instituciones que garanticen los derechos de los jóvenes y su integración a la vida pública y política del país mediante la participación como pilar de desarrollo, y con una voz que los represente en el Mides, la creación de la figura del Viceministerio de la Juventud dentro de la estructura orgánica del ministerio, a cargo del Viceministro (a) respectivo.
Los jóvenes que impulsan el mencionado proyecto de ley trabajan desde hace meses en la elaboración del documento con el apoyo del Fondo de Población para las Naciones Unidas. El pasado viernes, encontramos en el Parlatino a un grupo de ellos procedentes de diferentes zonas del país, que representan distintas situaciones de riesgo social, que participaban en el debate del Modelo de Harvard Latinoamérica de las Naciones Unidas (Harvard National Model United Nations Latin America), que se desarrolló en la capital panameña del 9 al 13 de enero con la participación de 200 jóvenes entre 12 a 23 años, de 12 países. En ese momento identificamos dos mesas de trabajo, “una enfocada en salud y educación y la otra en el tema de cultura”, explicó Emanuel Domínguez, coordinador institucional de la Asociación Panameña de Debate. Una experiencia mediante la cual pretenden hallar soluciones prácticas a problemáticas que afectan a esta población.
El propósito del cónclave se centró en lograr una juventud con más pensamiento crítico, “que se interese por las cosas que pasan a su alrededor en vez de dejar que sucedan y adaptarse a lo que pasa”, indicó Alan Smith, director de World Debate Consulting, empresa que organiza la reunión junto a la universidad de Harvard. Smith resalta que la idea es que los jóvenes se sientan parte del cambio que se quiere ver en la sociedad, “y esto empieza por la preparación, aprender a hablar en público, retarse a sí mismos a nuevas fronteras y forjar carácter”.
La idea es que los jóvenes se sientan parte del cambio que se quiere ver en la sociedad, “y esto empieza por la preparación, aprender a hablar en público, retarse a sí mismos a nuevas fronteras y forjar carácter”.
En el salón bautizado CNDA del primer piso del Parlamento Latinoamericano dos grupos de jóvenes debaten sobre la epidemia del fentanilo en el mundo. El área está dividida en dos bandos, el grupo que defiende una política prohibicionista y el otro que impulsa la despenalización del consumo de la sustancia que pertenece al grupo de opioides que al día mata en el mundo a más de 150 personas por sobredosis.
Se busca que los jóvenes desarrollen la diplomacia, que sepan que los problemas pueden resolverse sin la necesidad de emplear la violencia.
El moderador del debate que nos explica la dinámica es Juan Esteban Gallo, un muchacho de 20 años que estudia matemática aplicada y literatura comparativa, que tiene muy claro su futuro: “Cuando termine la carrera voy a hacer un doctorado en economía y luego ser parte de una organización mundial, como la Organización Internacional de Comercio”, dice. Mientras transcurren las reuniones entre los equipos, Gallo describe que se imita el modelo de las Naciones Unidas creado por la universidad de Harvard hace más de 70 años, justo cuando culminó la Segunda Guerra Mundial y se buscaban nuevas fórmulas de entendimiento para evitar repetir la historia. Como parte de la inspiración se busca que los jóvenes desarrollen la diplomacia, que sepan que los problemas pueden resolverse sin la necesidad de emplear la violencia. En la vida moderna, también les ayuda a desarrollar habilidades de oratoria, de preparación e investigación que les son útiles en todos los campos.
Los delegados hacen una votación y pasan una resolución que recoge el resultado de los días de debate.
Gallo resalta que el fentanilo es una droga más fuerte que la heroína y la morfina, se sintetiza en China y los distribuidores de drogas están cortando la heroína y la cocaína y demás por el fentanilo, aprovechando el fácil acceso y de adicción. Esto provoca que los consumidores no saben que están consumiendo fentanilo y es más fácil que sufran de sobredosis. Esto acarrea muchos problemas porque el fármaco que contrarresta los efectos es caro, y no todos pueden tener acceso a este. Las poblaciones más vulnerables son los pobres y los afroamericanos. El planteamiento es que los delegados deben llegar a una resolución en la que expliquen las acciones que planea tomar el comité y los países para resolver la crisis. Los delegados hacen una votación y pasan una resolución que recoge el resultado de los días de debate. Todo es 100% simulado, pero la experiencia es tan real que varios participantes se han postulado a cargos de elección popular y han salido electos, precisamente por el liderazgo que proyectan y el lenguaje que emplean para ilustrar sus propuestas.
El ejercicio se ejecutó por tercera vez consecutiva en Panamá y se efectuará por cuatro años más en alianza con el Consejo de Relaciones Internacionales de Harvard, la Asociación Panameña de Debate y World Debate Consulting.
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