La negativa del Ministerio de Relaciones Exteriores de otorgar el salvoconducto para que el expresidente Ricardo Martinelli, que se encuentra asilado en la embajada de Nicaragua, pueda trasladarse a ese país, complica las relaciones entre ambos países, señala el abogado Francisco Carreira
Francisco Carreira.
Las relaciones entre Nicaragua y Panamá pueden tensarse a raíz de la decisión del primero en otorgar asilo al expresidente Ricardo Martinelli. No al extremo de romperlas, al menos desde la acera de Panamá, como algunos han especulado. Nuestro entrevistado, Francisco Carreira, abogado internacionalista, considera que Panamá debe dejar sentada su posición de oposición a la medida. El salvoconducto ya le fue negado por la Cancillería, lo que puede vaticinar una larga estadía del expresidente en la sede diplomática.
¿Qué tipo de asilo se concedió al expresidente Ricardo Martinelli?
Ante una petición del interesado, el gobierno de Nicaragua notificó a la Cancillería panameña dos cosas: la primera que había concedido un asilo al expresidente Ricardo Martinelli y la segunda, solicitaba que Panamá le diera el salvoconducto para poder abandonar el país. Esas fueron las peticiones a Panamá. La Cancillería emitió un comunicado dando por recibida la comunicación de Nicaragua y envió los documentos al Órgano Judicial para que responda de manera formal los casos en contra del expresidente Martinelli para evaluar cómo va a proceder Panamá ante la petición del salvoconducto.
¿Es necesario hacer ese trámite cuando se conoce que existe un edicto en la Corte Suprema de Justicia?
Aunque sea público y notorio, la sentencia quedó ejecutoriada el día viernes.
La Cancillería emitió un comunicado dando por recibida la comunicación de Nicaragua y envió los documentos al Órgano Judicial para que responda de manera formal los casos en contra del expresidente Martinelli.
¿Qué tiene de diferente este asilo a otros que ha dado Panamá a expresidentes de la región?
No tiene nada diferente. Nosotros somos un país que ha recibido a expresidentes, incluso terroristas, al Sha de Irán en la misma situación en la que el presidente Martinelli ha hecho la petición a la embajada de Nicaragua y la cancillería nicaragüense le comunica al gobierno su decisión. Es el mismo sistema que se ha aplicado en otras circunstancias. Hay otra cantidad de políticos centroamericanos que han solicitado asilo en Nicaragua. Hay algo que nos llama la atención, estas personas no solamente han recibido asilo, sino la nacionalidad nicaragüense, eso es algo adicional no contemplado en los tratados de asilo político.
¿Para qué les sirve la nacionalidad nicaragüense?
Tal vez para viajar a otros países. Técnicamente pueden viajar a otro país después, pero algún beneficio debe tener para que lo hagan.
Si salen de Nicaragua y existe un caso pendiente en su contra, ¿pueden correr el riesgo de ser detenidos?
Puede ser, especialmente si aparecen en la lista roja de Interpol, en algunos países los pueden detener y en otros a ser investigados.
¿Qué tanto estaría dispuesto Daniel Ortega a defender a cualquiera de ellos, solo por ser nicaragüenses?
Simplemente es una política del gobierno de Nicaragua, y ahí hay involucrados políticos de Guatemala, El Salvador y Honduras, y ahora en este caso el expresidente Martinelli.
¿Le convino a Panamá no entregar el salvoconducto?
Primero que todo, teniendo un asilado político en la embajada en la categoría de un expresidente va a seguir siendo una presión interna. Pero esto es un poquito más complicado por el hecho de que como se ha dado un asilo político y Nicaragua ha establecido, al menos prima facie, que hay alguna noción de persecución política o de peligro a la vida, todo lo que el expresidente Martinelli ha presentado públicamente en sus reclamos, Panamá no puede aceptar que lo que dice Martinelli es verdad. Para la ley panameña él ha sido condenado. Recientemente la sentencia quedó en firme, para los ojos de Panamá él es una persona condenada por delitos comunes. Entonces no clasifica para asilo político en esas condiciones.
Al haber otorgado el asilo, ¿dónde queda entonces la Convención Internacional de Asilo?
Ese precepto simplemente se ignora. Mira el ejemplo de Julian Assange, estuvo siete años en la embajada de Ecuador en Londres esperando que le dieran el salvoconducto y no se lo dio hasta que él aceptó ir a Estados Unidos, país que lo requería por un proceso por haber diseminado información privilegiada. Pero no es una obligación. Yo he escuchado algunos colegas decir que es automático, no, no es así, no existe un salvoconducto automático porque Panamá no puede aceptar de salida que hay si quiera la duda de lo que el expresidente ha dicho. Ese es el conflicto que tiene Panamá ahora y debe aclarar el proceso legal por el cual ha pasado, eso es muy importante para mantener la institucionalidad en Panamá.
Julian Assange, estuvo siete años en la embajada de Ecuador en Londres esperando que le dieran el salvoconducto.
En materia de opinión pública internacional se critica mucho la figura del asilo por la forma en como se emplea, ¿quién puede oponerse a un asilo?
No es tema de oponerse o no. Creo que Panamá puede aclarar la posición que el gobierno va a tener en cuanto a las oportunidades procesales y las audiencias. Por un lado, el expresidente alega que todos sus derechos han sido violados y que este es un proceso político. Por otro lado, se ha cumplido con el debido proceso, él ha estado representado en los procesos en su contra, se ha mantenido derecho a la apelación. No es realmente como escuché una frase: esto es una justicia salvaje. No, aquí se ha cumplido con los requisitos, se ha establecido una condena. Entendemos la dinámica política que esto involucra y por esto las alegaciones que hay. Eso no quiere decir que Panamá no pueda presentar su versión de lo que ha ocurrido.
¿Cómo lo debe hacer Panamá?
En una nota, a la hora de contestar debe aclarar esto o debe hacer un comunicado y publicarlo a nivel internacional para expresar la posición panameña. Por el otro lado, la verdadera decisión que tenemos: el Ejecutivo y la Cancillería dónde quieren al expresidente Martinelli, lo quieren en la Alameda en una residencia con acceso o lo quiere en Nicaragua, especialmente durante los próximos 90 días en que estamos involucrados en un proceso electoral y él es un factor de importancia en el proceso, aunque en algún momento va a dejar de ser candidato.
Entonces ¿qué tipo de decisión es, ¿política o diplomática?
Totalmente política, no tiene nada que ver con temas legales.
¿Puede en algún momento dado esta situación interferir en la relación diplomática entre ambos países?
Definitivamente que esto va a crear un punto álgido entre las relaciones entre Panamá y Nicaragua. Nosotros somos un país que desde que se adoptó el Tratado Torrijos - Carter, y desde mucho antes hemos tratado de impulsar el concepto de neutralidad. Tenemos una cara que podemos hablar con todo el mundo. He escuchado la idea de romper relaciones con Nicaragua, eso no se justifica porque un asilo político no es una causa para romper las relaciones, no ganamos nada. Nicaragua es un país de nuestra región con el que debemos tener las mejores relaciones y creo que ese debe ser el criterio, con independencia sobre la decisión del gobierno panameño en el tema del salvoconducto.
Después que pase el tema del asilo, y si no ha prescrito la pena, Martinelli podrá cumplir la sentencia.
¿Fue buena idea de Martinelli pedir asilo?
Yo creo que aquí lo que tenemos es una persona que ha sido condenada cumpliendo con el proceso y al mismo tiempo se queja de que esto es manipulado y un proceso político fabricado. Esa es la controversia. A la hora de la hora qué es lo que Panamá como país debe hacer: ¿aceptamos de que Ricardo Martinelli pueda decir mañana que se le dio el salvoconducto porque no había otra forma de ‘deshacerse de él’?
¿Cree que en el futuro la sentencia se pueda cumplir?
Después que pase el tema del asilo, y si no ha prescrito la pena, podrá cumplir la sentencia.
¿Cómo?
Eso depende de donde vaya, mientras esté en Nicaragua va a estar protegido. Si por alguna razón mañana Nicaragua decide suspender el asilo y devolverlo, es otra coas.
¿Cuáles serían las razones para suspender un asilo?
La persona que esta interfiriendo con temas nicaragüenses, por ejemplo, el asilo requiere una conducta que muchas veces el país la tolera. Como el presidente Abdalá Bucaram, en una ocasión la Cancillería panameña lo llamó para que evite comentarios políticos. Si en algún momento, si esto se pone grave, se podría revocar el asilo.
¿Quién pone las condiciones sobre la conducta del asilado le país que lo otorga o la Convención Internacional de Asilo?
El país que lo otorga. La convención establece los límites normales, que la persona no debe participar en temas políticos. Pero el país pone los límites. Puede no prohibirle nada o simplemente tolerar la conducta que de alguna forma se ha hecho en Panamá, se ha tolerado la participación de ellos en algunos pronunciamientos locales. El mismo gobierno marca el exceso, en caso de que haya participación en política o los pronunciamientos tengan ese tono. El único caso que tenemos aquí fue cuando la cancillería le llamó la atención a Bucaram y algún momento hasta se habló de suspender el asilo. Eso sería en extremo.
¿A quién el compete la seguridad de Martinelli mientras está en la embajada?
El gobierno panameño puede rodear la embajada con policías, pero mientras esté en Nicaragua le compete a ese gobierno. Si te recuerdas cuando él estaba en el proceso de extradición de Estados Unidos a Panamá, Martinelli ofreció quedarse en su casa y pagar al agente de seguridad, esa es una alternativa en Nicaragua. Aquí él esta cuidado por los SPI. Pero como expresidente tiene derecho a protección de los SPI.
¿Cómo afecta este escenario la candidatura de José Raúl Mulino, su compañero de fórmula?
Yo creo que mucho. Las simpatías extremas o no de Martinelli a mi criterio no son endosables a nadie. Eso es algo personal que se puede pedir, tal vez muchos lo hagan con disciplina, pero no es normal que una persona con ese nivel de simpatía realmente pueda decir, esto es lo que va a seguir. En el caso de Mulino creo que debemos entender que la ley faculta a los partidos políticos hace las postulaciones, no al candidato a presidente, como ha ocurrido, que sea él quien pide que voten por Mulino o lo apoyen. Eso no es lo normal porque las estructuras políticas en Panamá, el partido pide el apoyo.
Lo que estamos viendo es que el Tribunal Electoral lo inhabilitará.
La salida de Martinelli de la contienda provoca que al haber tantos candidatos cualquiera pueda ganar, sin importar el porcentaje que saquen...
Es correcto. Puede salir cualquiera, por eso es que al no correr es lo que estamos viendo que el Tribunal Electoral lo inhabilitará. Pero aún con la manifestación del Tribunal, el partido tiene que nominar a un candidato a vicepresidente. Es que esto es inédito, estamos tocando de oído, no hay un proceso electoral para hacer esto. Pensaba que como esto era un hecho público y notorio, el Tribunal Electoral iba a iniciar de oficio el trámite, pero no. Es un procedimiento que tenemos en la ley y tenemos que usarlo porque la Constitución no contempla una fórmula para inhabilitar, solo dice que una persona no puede ser electa con más de cinco años de condena. El expresidente Martinelli cumple estas condiciones, ahora ya está aceptado por las postulaciones, así que hay un trámite que hacer.
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