Las vertientes en que puede desencadenar la crisis en Venezuela

Una autocracia al estilo Nicaragua o una democracia en libertad, consultados señalan posibilidades, mientras crece la presión para que el CNE muestre las actas que dieron el triunfo a Maduro 




María Corina Machado líder del movimiento opositor venezolano (foto: cuenta X de María Corina Machado)


El horizonte de Venezuela parece apuntar a dos vertientes: una, que podría entenderse como el tránsito del gobierno de Nicolás Maduro hacia una autocracia. Una dictadura meramente personalista, semejante a la de Daniel Ortega en Nicaragua. La segunda trazaría hacia una democracia liberal que reclama la oposición liderada por el binomio conocido como “la llave”, integrado por María Corina Machado líder del movimiento y Edmundo González, candidato presidencial que demanda su triunfo en las pasadas elecciones presidenciales del 28 de julio. El politólogo Rubén Darío Patiño pone el punto de balance de esta controversia en el rol del ejército venezolano comandado por Vladimir Padrino, ministro de la Defensa y hasta ahora leal a Maduro. 

“Hay un aparato represivo armado que no quiere que caiga Maduro, al igual que su círculo político que está tratando de apuntalarlo, pero deben haber otros sectores en la sociedad bolivariana que tienen que haberse dado cuenta que Maduro perdió las elecciones, y que no puede sostener la diferencia de los votos a menos que sea una dictadura”, ilustra Patiño.  Lo que más teme el politólogo es precisamente el tránsito a un recrudecimiento de un régimen autoritario. “Estamos transitando en el conjunto de América Latina porque vemos otro estado en el que se desmejora otra democracia liberal, si la perdemos estamos dando pasos atrás, eso es lo lamentable”, señala Patiño. 

Se resume, añade Patiño, en la sociedad contra los dictadores personalistas. En este caso el régimen de Maduro arrastra junto al ejército la carga de las consecuencias de lo ocurrido y los hechos futuros. Si el ejército se mantiene al margen, dice el politólogo, “habría paso a una negociación para transitar hacia la democracia”.  En cambio, si se ve obligado a reprimir y cargar sobre sus hombres la sangre, “puede haber una facción en discordia y resolver la salida del dictador, o bien, una mediación con la oposición exigiendo como camino lógico un reconteo de los votos, recuperar las actas y proclamar al vencedor”, expone las alternativas. 

Este martes Padrino reafirmó su lealtad a Maduro y dijo en cadena nacional que las protestas han sido un golpe de Estado. 

Mientras Nicolás Maduro se proclama presidente para un tercer periodo 2025-2031 y acusa a la oposición de desestabilizar el país, de protagonizar una conspiración fascista que se intenta imponer en Venezuela,  sus oponentes Machado y González ejercen una estrategia alejada a la retórica ideológica que plaga los discursos de Maduro. Citaron a una asamblea ciudadana en una de las principales avenidas de Caracas, frente a la sede de Naciones Unidas para hablar de las actas que el oficialismo aún no muestra al mundo. “Hoy el mundo entero sabe lo que sabemos los venezolanos, lo han visto con sus propios ojos, cada una de las actas de votación emitidas por el CNE son la prueba irrefutable, irreversible de que ganamos”, exclamó.

Montada en un camión adecuado con una tarima en la parte superior y forrado con una lona que muestra la foto de Edmundo González en la parte trasera y en el costado la frase: Venezuela ganó, la oposición mostró en carne y hueso, con los miles de asistentes, los números de las actas en cuestión. 

Ayer Machado publicó el 80% de las actas que el Consejo Nacional Electoral (CNE) no ha querido mostrar. Papeles que doblan los votos a favor de González en las elecciones presidenciales del pasado domingo 28 de julio. Tuvieron que habilitar el portal dos veces, por los bloqueos que sufrió. 

El reclamo contra Maduro por el mismo tema asemeja a un torniquete que presiona a lo interno y externo. Este martes la izquierda tomó distancia ante la negativa de Maduro de sustentar su triunfo. Su vecino Colombia instó a las autoridades a que respalden el proceso con herramientas y evidencias que la constitución de su país permite y a mantener el diálogo y la paz en las calles, que hasta las tres de la tarde de ayer había cobrado once muertos el 29 de julio, entre ellos dos menores de edad y 177 detenidos, según el Foro Penal, organización en defensa de los derechos humanos en Venezuela. Alfredo Romero, director del foro, mostró su preocupación por el uso de armas de fuego en las manifestaciones. 

Lula Da Silva, presidente de Brasil, se hizo eco de la solicitud de su homólogo Gustavo Petro. Insistió en que las autoridades electorales deben publicar las actas y normalizó el hecho de que la oposición esté descontenta. La forma de resolverlo, según Lula es presentando las actas para que si hubiera dudas la oposición pueda apelar ante la justicia. 

La Internacional Socialista, la más antigua y mayor asociación política integrada por partidos de corte socialista y socialdemócrata expresó su profunda preocupación por la situación en Venezuela: “Demandamos transparencia en el proceso de recuento e instamos a que se realice una verificación exhaustiva de los resultados electorales para asegurar reflejar fielmente la voluntad del pueblo venezolano. Esta verificación debe incluir el recuento completo de todas las actas que deben ser proporcionadas sin más demora por el CNE”, se lee en el comunicado.

Maduro se aísla del mundo. Su respaldo internacional se concentra en un puñado de países alejados del sistema democrático:  Nicaragua, Cuba, China, Irán, Rusia. 

La Organización de Estados Americanos celebra hoy un Consejo Permanente convocado por Panamá para discutir la situación de Venezuela. Este organismo ayer criticó “el esquema represivo complementado por acciones tendientes a distorsionar completamente el resultado electoral, haciendo que ese resultado quedara a disposición de la manipulación más aberrante”, se lee en la nota de prensa. Añade que el régimen se burló de importantes actores de la comunidad internacional al celebrar un proceso sin garantías. 

Pero Maduro ha hecho caso omiso a la opinión pública internacional. Hasta ahora, el CNE ha obviado mostrar las actas que el domingo dieron el triunfo  a Maduro con un 51% vs un 44% a González.

Cada parte habla de la controversia desde su propia trinchera. Maduro lo hizo este martes desde un salón del Palacio de Miraflores acompañado de los cinco poderes constitucionales, así como del jefe de defensa y varios uniformados de las direcciones de defensa: aérea, guardia bolivariana y naval. En dicha conferencia dijo que Machado debería “estar presa”. “He ordenado el despliegue de un plan especial en el marco de la segunda fase del Plan República para que la fuerza armada Nacional Bolivariana y las fuerzas policiales desarrollen un plan de patrullajes y detención de estos grupos Comanditos violentos en un plan interactivo unido a los cuadrantes de paz y al poder popular”, exclamó. 

Ante la posibilidad de que el régimen cumpla su promesa de encarcelar a Machado, el presidente de Costa Rica, Rodrigo Cháves ofreció este martes asilo político a la líder, el motor de la oposición. 

“No se puede descabezar a la oposición con el encarcelamiento de María Corina después de un proceso electoral, cuando el pueblo sabe a quién dirigió su voto. Las manifestaciones no están 100% aupadas por la llave, provienen de sectores populares que han derribado la estatua de (Hugo) Chávez”, señaló Patiño. 

La tendencia es convertir la controversia en una lucha ideológica. “No hay ideologías, sino una elección que se debe dirimir a través del sufragio y quien tenga los votos mayoritarios triunfe. Es un problema en torno a la democracia, no de un bando o del otro”, acotó Patiño.

¿Qué pasará mañana? ¿Qué movimientos hará cada sector?, ¿menguará la protesta de los venezolanos en las calles o se incrementará? Se trata de hechos no anticipables, pero que hasta ahora se han desenvuelto de forma dramática. 

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