Informe del Idaan identifica puntos críticos en la potabilizadora que interrumpen el suministro

El principal problema es la falta de mantenimiento, equipo en mal estado y escasez de personal idóneo. Para subsanar las deficiencias se calcula una inversión de $50 millones 

La falta de mantenimiento en los floculadores (reactor de flujo forzado que permite la dosificación adecuada de los productos químicos) coloca en riesgo la eficiente potabilización para hacer frente a turbiedades

La planta de tratamiento Federico Guardia Conte, que abastece de agua a más de un millón de capitalinos presenta serias deficiencias en el mantenimiento del equipo que actúan como una bomba de tiempo en la continuidad del servicio y “ponen en riesgo la vida de sus trabajadores”, como lo describe un informe elaborado por la entidad en mayo de 2024. 

El informe revela diez hallazgos en distintas áreas y contabiliza una inversión de $50.4 millones entre equipos de bombeo y mejora en la infraestructura eléctrica, filtros, sedimentadores, cambio del tendido eléctrico, válvulas y personal debido al “alto pasivo laboral que es crítico en áreas de operaciones, mantenimiento y áreas verdes”, para subsanar los desperfectos.

Uno de ellos apunta a la subestación eléctrica de la planta, donde no opera un interruptor de potencia de modo remoto desde la estación, poniendo en riesgo la producción y la seguridad física de los técnicos que se encuentren en el sitio. Asuntos que no son nuevos, pero que al no resolverlos, “Panamá se ve afectada por la falta del vital líquido, como ha ocurrido en varias ocasiones. Falta realizar estudio de coordinación de protecciones para evitar disparos en la planta”, menciona el documento.

El documento también hace referencia a otras áreas como el tendido eléctrico de media tensión; la Estación de Bombeo de Agua Cruda (EBAC); las dosificaciones que dado el descuido de varias administraciones “los equipos de polímeros aniónicos, catiónicos están en estado crítico, cualquier momento terminan colapsando”, se lee.

La falta de mantenimiento en los floculadores (reactor de flujo forzado que permite la dosificación adecuada de los productos químicos) coloca en riesgo la eficiente potabilización para hacer frente a turbiedades. También se hallaron deficiencias en los sedimentadores; filtros de ambas plantas; la estación de bombeo de agua tratada; la nueva estación de bombeo de agua tratada y en el edificio de químicos y administración.

En todos los puntos anteriores del informe al que tuvo acceso La Decana se detallan deficiencias de mantenimiento que denotan escasez de personal idóneo, así como la repetición en las deficiencias, que no se resuelven y por ende,  interrumpen de alguna forma reiteradamente el suministro del líquido.

El pasado jueves 22 de agosto los residentes de la capital sufrieron las consecuencias de esta situación

En resumen, la planta potabilizadora de Chilibre presenta falencias ante la falta de mantenimientos correctivos, preventivos y predictivos que se reflejan en las múltiples salidas de operación de la misma. El informe elaborado por el personal de la Planta advierte que las áreas “más críticas son la eléctrica, hidráulica, la falta de nuevos equipos de bombeo, conjunto bomba-motor, así como nuevos equipos de dosificación para mitigar las altas concentraciones de turbiedad que atraen los fenómenos atmosféricos. 

CAPITAL SIN AGUA 

El pasado jueves 22 de agosto los residentes de la capital sufrieron las consecuencias de esta situación. Despertaron con la noticia de que no tenían agua para bañarse o tomar para preparar el café, las clases se suspendieron, los restaurantes no atendieron a sus clientes. Para esa fecha, el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan), presentaba varias fallas en las estaciones de bombeo de agua cruda del Lago Alajuela.

El Idaan sufrió “una discontinuidad en el servicio de energía, un bajón de voltaje”, indicó un funcionario de la institución que solicitó no ser identificado. Después, el director, Juan Antonio Ducret lo definió como un “evento eléctrico anormal, cuya causa se encuentra en investigación”, hasta ahora.

Al revisar el equipo, en conjunto con el personal de Etesa y los funcionarios de electromecánica del Idaan, detalló Ducret, se encontró que en uno de los dos vigaductos (tuberías donde están los cables), que van desde la planta hasta el lago Alajuela de donde se surte la planta, se observó que el evento eléctrico había causado afectación en uno de los conectores. “Si metíamos corriente para funcionar las cinco bombas podíamos causar un daño mayor y perder gran parte de la planta. Por eso se decidió parar el vigaducto, bajar la producción al 80% y reparar los conectores, hasta volver a cinco bombas para funcionar”, explicó Ducret a La Estrella de Panamá como parte del operativo para restablecer el suministro.

“Han tenido que bajar la producción de agua cruda esperando que se enfríe la línea para volver a ponerla. Se produjeron dos fenómenos seguidos, el sistema estuvo vacío 12 horas y se calentó la línea”, manifestó a este diario uno de los exdirectores del Idaan consultado sobre el incidente.

Sin embargo, el evento se prolongó por un día más, cuando aún muchas zonas no tenían agua. Dos exdirectores del Idaan explicaron a La Estrella de Panamá que se había presentado un problema en la línea eléctrica de alimentación de la EBAC. “Estaba recalentanda”, dijeron. De acuerdo a la versión de los exdirectores “al intentar estabilizar el suministro, que se intentó hacer a la máxima potencia, el cable de media tensión se recalentó por no contar con el amparaje”.

Este tendido eléctrico de media tensión se menciona en el estudio como uno de los asuntos a resolver. El informe explica que en 2017 la empresa ENSA ejecutó un cambio de cables de calibre 750 Kcmil en buen estado, que fueron colocados por la Autoridad del Canal de Panamá en su momento. Estos cables fueron sustituidos por otros de menor capacidad 500 Kcmil, “restando la capacidad de transporte sin aterrizaje e incumpliendo con los arreglos de las fases para mitigar las corrientes parásitas que en la actualidad viajan por la chaqueta de los cables creando puntos de falla y peligro de muerte de los trabajadores de dicha planta”, resalta.

Consultamos a Ensa la razón por la que en 2017 se solicitó el cambio del cable a uno de menor intensidad. Pero su respuesta se centró en el incidente ocurrido el pasado jueves: “no existen elementos de juicio técnico que permitan relacionar de manera responsable esta falla con el reemplazo del cable”.

Ducret recuerda que el cambio ocurrió durante la visita del Papa Francisco a Panamá para la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud: “Cierto que cuando venía el Papa se cambiaron y se hizo con Ensa”. El por qué no está claro. Las versiones extraoficiales varían desde un análisis de riesgo, hasta el robo del cobre de los cables.

En todo caso, Ducret negó que el evento eléctrico del 22 de agosto se originó por los cables de media tensión, “porque afectó varios componentes, varios fusibles”, dijo.

EL NIVEL DEL LAGO Y LA ENERGÍA 

En cambio, Ducret explicó la relación entre el nivel del lago y la energía necesaria para extraer el agua cruda. Dijo que la planta de Chilibre tiene una producción de agua potable diaria de 220 millones de galones, que es lo que despacha a la ciudad. Para lograr esto, se necesita extraer la suficiente agua cruda del lago, utilizando las bombas que están en la estación de agua cruda.

Detalló que dependiendo del nivel que mantenga el lago Alajuela, se determina la cantidad de bombas y su velocidad de operación para sostener el caudal necesario de agua cruda a procesar. “Normalmente operan 3 a velocidad fija y de 1 a 2 a velocidad variable ( para poder regular la cantidad de agua a extraer)”, indicó.

Esto tiene efectos sobre la cantidad de energía necesaria para extraer el agua, de tal forma que a medida que baja el nivel del lago, se requiere más potencia y la corriente eléctrica aumenta a un voltaje nominal determinado.

El nivel normal de operación del lago es de 251 pies sobre el nivel del mar y esto permite que se pueda operar con 4 bombas sobre el lago para lograr extraer el agua cruda suficiente para producir los 220 mgd, variando la velocidad en algunas bombas para compensar la pérdida de caudal por la disminución del nivel del lago, lo que se denomina el aumento de la cabeza de succión.

Cuando el nivel baja, precisó Ducret, “aumenta la cabeza de succión de las bombas y la capacidad de bombeo en galones por minuto de cada bomba también baja, lo cual se compensa variando la velocidad de rotación de las bombas para aumentar el caudal, con un consecuente aumento de la necesidad energía para alimentar cada bomba”. Si sigue bajando el nivel del lago, y las 4 bombas trabajando al 100% de su capacidad no logran mantener el caudal necesario, se requiere arrancar una quinta bomba para compensar el caudal. De esta manera se aporta el agua cruda necesaria cuando el lago alcanza los 212 pies sin afectación a la capacidad de producción de la potabilizadora.

Bajar el nivel del lago desde los 210 pies hasta los 190 pies, con la necesidad actual de agua cruda, demanda aún más energía y capacidad de conducción de la misma por lo que requería reforzar la capacidad del cableado. Además, será necesario  aumentar la capacidad de bombeo para compensar la baja de la capacidad de las bombas por el aumento de la cabeza de succión.

Un problema recurrente que el Idaan busca resolver con nuevas líneas redundantes para fortalecer la capacidad de conducción y una toma flotante que compense la pérdida de capacidad de succión de las bombas cuando los niveles del lago están entre los 212 pies y los 190 pies, que es el objetivo conjunto con la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) para optimizar el uso del algo en las temporadas secas, como el reciente fenómeno de El Niño.

“A raíz del crecimiento urbano, se requiere sostener una producción de la potabilizadora a su nivel nominal de 220 mgd de agua potable y es necesario hacer las inversiones para poder alinear esto a las necesidades operativas de la ACP, que es poder optimizar el uso del Embalse Alajuela bajando su nivel hasta 190 pies en la temporada seca de mayor intensidad como los años niño”, recalcó Ducret.

BOMBA CAE AL POZO

Los reportes del personal con respecto a los incidentes o “eventos” con los que tiene que lidiar el Idaan motivan que la producción de agua hacia la ciudad sea irregular. Por ejemplo, el 22 de junio pasado, de acuerdo a un evento ocurrido en la Estación de Bombeo de Agua Cruda (EBAC) del lago Alajuela, la fuente que suple a la capital y a las operaciones del Canal de Panamá, el personal notó que estaban funcionando 5 de los 6 conjuntos motor-bomba de la estación. Escucharon un “ruido fuerte”, y notaron que los amperajes estaban en un 63%, por debajo de lo normal. Debido a esto, se procedió a apagar el motor, pero el eje acoplado al motor mantuvo el sentido correcto del giro y continuó haciéndolo de forma rápida como si ya no tuviera el contrapeso que ejerce la bomba. El fallo fue subsanado, pero provocó que durante aproximadamente dos horas la producción de agua fuese irregular, suministrando entre un 80% y 90% de la producción normal.

Un día después, el 23 de junio se registró un segundo incidente entre las 12:00 am y las 6:30 de la mañana con un problema similar que también redujo la capacidad de producción de agua potable. A las 6:30 am, nuevamente se escuchó un gran estruendo en la EBAC, “como si algo hubiese caído al fondo del pozo de succión”. El personal que reportó el incidente reportó lo siguiente: “Se sospecha que la bomba de la posición #2 de esta estación cayó al fondo del pozo de succión. En resumen, de las 6 posiciones de , solamente funcionan 5 posiciones. De estás 5 posiciones, únicamente 4 posiciones son las que probablemente muestren mejor eficiencia. Desde el domingo 23 de junio se mantiene esta condición y desde entonces ha sido necesario en algún momento del día parar motores en las estaciones de bombeo de agua potable de la Planta de Chilibre para recuperar el nivel de los tanques”.